• hace 4 meses
Durante la maniobra de esquiva hemos obtenido un resultado malo con el SEAT Arona. Probamos dos versiones diferentes, ambas con las mismas ruedas pero los dos tipos de suspensión disponibles, y el resultado fue prácticamente calcado.

El Arona llega a sufrir un derrape del eje trasero que puede poner en apuros a un conductor poco avezado si se ve obligado a esquivar un obstáculo repentino. La carrocería sufre fuertes rebotes como consecuencia de estos derrapes.

Durante el eslalon, las impresiones que obtuvimos corroboraron las que tuvimos en carretera, ya que en ningún momento se lleva al vehículo a una situación crítica. En estas condiciones, el Arona es muy ágil cambiando de trayectoria y tiene un tacto de dirección rápido y preciso.

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El Arona es un modelo completamente nuevo en la gama de SEAT. Tiene una carrocería de aspecto todoterreno y es más pequeño que el Ateca. Respecto a un Ibiza, modelo con el que comparte estructura (junto al Volkswagen Polo), tiene una carrocería más alta, que también va más alejada del suelo. Aparte de por la distancia al suelo (19 centímetros), el Arona no está preparado para circular fuera del asfalto. No puede tener tracción en las cuatro ruedas, ni asistente de descenso de pendientes ni, de serie, unos neumáticos mixtos para terrenos deslizantes (los puede montar el propietario a posteriori, con lo cual la capacidad de tracción mejorará). Estos dos últimos elementos sí los puede tener, por ejemplo, el Citroën C3 Aircross.

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Motor
Transcripción
00:00Seat Arona
00:10Maniobra de esquiva
00:13Hemos probado dos versiones del Arona. La primera, de color claro, con el motor de gasolina de 116 CV, cambio automático y suspensión de dureza fija.
00:22La segunda, de color oscuro, con motor diésel de 116 CV, cambio manual y suspensión de dureza regulable. Ambos tenían las llantas de 18 pulgadas y los neumáticos más grandes disponibles.
00:34Los resultados que hemos obtenido en esta maniobra no han sido satisfactorios.
00:43Este fue el único intento de los muchos que hicimos en el que logramos no derribar ningún cono con el Arona de motor de gasolina, no sin esfuerzo.
00:50La velocidad de entrada fue 74 kmh. Aunque aparenta superarlo con agilidad, el conductor necesitó aprender bien las reacciones del coche para no acabar con un derrape. Esta situación no sería la habitual ante una maniobra brusca de un conductor desprevenido.
01:06Conforme aumentábamos la velocidad de entrada, los resultados empeoraban considerablemente.
01:12En esta otra toma, a 75 kmh, tras el segundo giro, se produce un patrón de respuesta que se repetía siempre de forma más o menos acusada. Un subviraje inicial, seguido de un sobreviraje brusco y, finalmente, un latigazo de la carrocería al entrar en el tercer carril de conos.
01:32La sensación que tiene el conductor, en todo momento, es la de que el control de estabilidad interviene siempre tarde y mal.
01:43Ante estas reacciones, es posible que un conductor sienta descontrol y miedo.
01:48Esta pasada a 79 kmh demuestra que, al aumentar la velocidad de entrada, la tendencia a derrapar y a rebotar de la carrocería iba siempre a más.
02:09En otros vehículos equivalentes, como el Citroën C3 Aircross, el único efecto de entrar más rápido es el de que los frenos actúen con más intensidad y se produzca un subviraje fácilmente controlado.
02:39Decidimos hacer la prueba con una unidad diferente para comprobar si se trataba de un fallo puntual o no.
02:46En el Arona con motor diésel con amortiguación regulable, obtuvimos un resultado prácticamente calcado al de la primera ocasión. También fue difícil no derribar conos.
02:56Las pasadas que mostramos en este vídeo están hechas en la posición normal, pero hicimos pruebas en la posición Sport, en la que sucedía exactamente lo mismo. La velocidad máxima de entrada fue 75 kmh.
03:08A la salida del tercer carril de conos se produce un sobreviraje moderado que obliga a hacer una corrección en el último momento. A 76 kmh superamos los dos primeros volantazos con éxito, pero vuelve a sobrevenir un derrape en la última parte tras un rebote de la carrocería.
03:25Esta es una de las mejores pasadas que fuimos capaces de hacer sin apenas derribar conos.
03:38Al igual que con la primera unidad, un aumento en la velocidad de entrada supone obtener el patrón antes descrito. El Arona pierde muy poca velocidad durante toda la maniobra, algo poco habitual.
03:49Se produce un subviraje acusado que abre la trayectoria por fuera de la zona de conos. Nuevamente el eje trasero derrapa y los rebotes de la carrocería hacen ingobernable el vehículo para lograr alcanzar el último carril a tiempo.
04:00Hemos intentado probar una versión con llantas de menor tamaño, pero no estaban disponibles.
04:08Este fue el primero de todos los intentos que hicimos con el Seat Arona, antes de conocer sus reacciones para hacernos al coche.
04:14El resultado pilló desprevenido al conductor, que, no acostumbrado a que un coche pierda tan poca velocidad a la entrada de la maniobra, reaccionó más tarde en el camino.
04:45Se salió por completo de la zona delimitada de conos.
04:48Mostramos esta toma para ejemplificar cuáles fueron nuestras primeras impresiones, y las que podría tener un conductor que no conoce las reacciones del coche.
04:56En ningún caso anterior de los más de 100 coches que hemos sometido a esta prueba, tuvimos esta sensación inicial. Ni uno resultado es así, excepto en contadas ocasiones, como con el Ssangyong XLV y el Nissan Juke.
05:12Slalom
05:14En este ejercicio, en el que no se lleva al límite de sus posibilidades al Seat Arona, constatamos nuestras impresiones en carretera, contadas en la prueba que aparece enlazada en la descripción del vídeo.
05:24Es un coche que permite cambiar con rapidez de trayectoria y enlazar curvas a un ritmo elevado debido, en gran parte, a que el control de estabilidad no interfiere en ningún momento, restando velocidad.
05:44¡Gracias por ver el vídeo!

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