• hace 5 años
Oh, hola, amigos. Me llamo David. Miren… Eh… ¿Alguna vez han estado en una situación tan ridícula que les cuesta creer que está ocurriendo? Déjenme contarles mi experiencia. Básicamente, mi amigo va a casarse con mi madre.

Tengo 18 años, y acabo de ingresar a una prestigiosa universidad. Mi mamá enseña economía allí. Decidí no decírselo a nadie para que no creyeran que ella tenía un favoritismo hacia mí. Además, debo agregar que no es como la típica profesora. Es hermosa y atractiva, y tiene 36 años, pero parece mucho más joven. Como imaginarás, oigo todo el tiempo a mis compañeros mencionar que quieren invitarla a salir. Sé que solo bromean, pero mi buen amigo Mike parecía cada vez más enamorado de ella. ¡Era lo único de lo que hablaba! Intenté decirle cosas como “Vamos, es una profesora”, o “Es demasiado mayor para ti, amigo”, pero no me escuchaba. La buscaba para hablar con ella en el pasillo y se quedaba después de clases para hacerle preguntas sobre economía. Por supuesto, toda la situación se veía más que ridícula. Además, mi mamá era una mujer decente y tenía un gran gusto con los hombres.

Una noche, mamá se preparaba para una cita. Se me ocurrió invitar a Mike para pasar el rato y jugar con la Xbox. Lo llamé, pero no respondía. “Oh, bueno, veré una película solo”, pensé. Cinco minutos después, tocaron el timbre. Mamá me gritó desde el baño: “Abre la puerta, aún no estoy lista”. Imagínate mi sorpresa cuando abrí y encontré a Mike con un ramo de flores. Me quedé paralizado, literalmente. No podía decir ni una palabra de la sorpresa. Mamá llegó y nos presentó. “Él es Mike. Mike, mi hijo, David. Ya se conocen”. Nos estrechamos la mano con incomodidad, mamá me besó, y los dos se fueron. Me quedé inmóvil unos cuantos minutos, completamente confundido. ¿Mamá estaba saliendo con Mike? ¿Qué? ¿Cómo podía ocurrir algo así?

Pasé varias horas esperando a mamá. Llegó a casa tarde. Le dije todo tipo de cosas: “¡No puedes salir con él, mamá! Es mi compañero de clase, ¡tiene veinte años menos que tú!”. No le gustó nada eso. Respondió irritada: “En primer lugar, tiene 18 años menos. En segundo lugar, ¡puedo salir con quien yo quiera!”. Ese fue el fin de nuestra conversación. Puede que yo no tuviera el derecho a decirle con quién salir, ¡pero nada de eso tenía sentido! ¡Mamá estaba saliendo con mi amigo! Muy bien, quizás ella no me escucharía, pero podía hablar con Mike y explicarle que todo eso estaba mal. Así que decidí buscarlo en clases al día siguiente.

Mientras caminaba por el pasillo camino a mi clase, vi a Mike rodeado de mis compañeros. Estaba contándoles algo, y los demás se reían en voz alta. Supe de inmediato que les estaba hablando de mi madre. Me enojé tanto que corrí hacia él y estuve a punto de golpearlo en la cara. Pero los demás nos separaron de inmediato, así que le grité: “¡¿Cómo te atreves a

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