• hace 4 años
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¡Hola a todos! Me llamo Sherryl. Tengo dieciocho años. ¿Han escuchado el dicho "Arriésgate, comete errores. Así es como creces"? Creo firmemente que hay momentos en tu vida en los que no hay lugar para los errores. En un lapso de debilidad, tomé la decisión equivocada, y he estado pagando el precio desde entonces.

Así que, ahí estaba yo, una chica determinada con un futuro prometedor. Acababa de terminar la escuela y estaba en mi primer año de universidad. Fue entonces cuando conocí a Brody. Él ya era un estudiante universitario, así que me ayudó a adaptarme. Nos hicimos muy buenos amigos y no tardamos mucho en convertirnos en pareja. Éramos tan jóvenes y estábamos tan enamorados. Parecía que teníamos todo el mundo a nuestra disposición, pero nunca se sabe.

El tiempo pasó, pero empecé a notar algunos cambios raros en mi humor y en mi cuerpo. Me despertaba destrozada y exhausta, incluso si había dormido bien. Hasta les hablaba mal a mis amigos sin motivo. Así que, me atormentaron algunas dudas preocupantes y se lo conté a mi compañera de cuarto. Inmediatamente ella me recomendó que me hiciera una prueba de embarazo. Ese era el último pensamiento que tendría sobre mi condición, pensaba que era algo que solo ocurría en las películas. Este tipo de cosas nunca me pasarían en la vida real. Pero sucedió. No podía creer lo que veían mis ojos cuando vi esas dos líneas en la prueba. Decir que estaba en shock sería quedarse corta. No, no tengo nada en contra de los niños, ¡pero yo solo tenía diecisiete años! ¿Y qué había de mi brillante futuro? ¿Mis planes? ¿Qué diría mi madre? ¡Todo parecía el fin del mundo!

Le envié un mensaje de texto a Brody en medio de la noche y le pedí que se viera conmigo en el campus. Cuando llegué allí, él ya estaba sentado en el banco y esperándome. Se veía muy preocupado y me preguntó qué había pasado. No fue difícil decirle que estaba embarazada, fue mucho más difícil admitir que no quería el bebé. Así que no dije ni una palabra acerca de mis sentimientos. ¿Qué pensaría él de mí entonces? Pero cuando Brody dijo: "No está bien. ¡No es el momento para eso ahora!", ¡me sentí tan traicionada! ¡Era tan fácil para él decirlo! ¿Qué pensó que se suponía que debía hacer ahora? ¿Cómo podía la persona que más me amaba tratarme así?

No pegué un ojo esa noche. No podía dejar de pensar en todo y fina

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