Audiolibro novela romantica
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DiversiónTranscripción
00:00Ella lo miró sin comprender y una lágrima cayó por el lateral del rostro hasta terminar
00:03despeñándose sobre la almohada.
00:06Con manos temblorosas Caroline cogió la cara de Kaine entre las manos y tiró de él hasta
00:09volver a besarlo.
00:11Si aquello no era nada más que un sueño, ¿por qué no dejar que sucediera, por qué
00:15no dejar que se sintiera deseada, querida, amada, ni que fuera por un instante?
00:21Kaine palideció, jamás en toda su vida había estado tan excitado ni tan furioso consigo
00:25mismo.
00:26Ella era virgen.
00:28Nunca, los bastardos como él no eran dignos de tocarlas, ni siquiera los hombres que conocía
00:35de la alta sociedad tenían acceso a ellas, al menos que pagaran un alto precio, el matrimonio.
00:41Le había arrebatado la virtud, la había dañado y ahora comprendía el significado
00:44de sus lágrimas.
00:46No podía sentirse peor.
00:47¡Oh, pequeña!, dijo, dulcemente, mientras con los labios capturaba una de esas perlas,
00:54antes de que ésta recorriera el mismo camino que las demás.
00:58Sin embargo, a pesar de sus dudas, Caroline no sentía miedo, al contrario, lo atrajo
01:03hacia ella y el deseo fue más fuerte que todo.
01:06Kaine apretó los puños sobre la cama y cedió pujando y hundiéndose en su interior.
01:10Sus caderas se movieron entrando con suavidad en un principio y más fuerte cuando ella
01:14se abrió más a él y las pequeñas uñas se le clavaron en la espalda.
01:17Escuchó los eróticos gemidos que la joven expulsaba de sus sensuales labios, contra
01:21su oído, y Kaine sintió que se le iba la cabeza.
01:25No podía parar y mucho menos separarse de ella.
01:28La escuchó gemir y supo que era de placer al ver sus labios entreabiertos y sus ojos
01:31cerrados.
01:33Arqueó la espalda contra Kaine y él devoró su boca, bebiendo de ella como si no pudiera
01:37llegar a saciarse.
01:38Las suaves piernas rodearon su cintura y apretó los puños a ambos lados del cuerpo de la
01:42joven.
01:43Sobre sus codos, echó un vistazo a los ojos de la dama y fue más que suficiente para
01:47que el deseo le hiciera estallar en mil pedazos.
01:50Todo acabó en un instante.
01:52Llegó el clímax más rápido de su vida y aún así no se apartó de ella.
01:57Jesucristo.
01:58Por todos los infiernos.
02:00Kaine apoyó la frente en la de ella y la vio mirarlo con detenimiento.
02:03Ella vio el azul de sus iris brillar con intensidad.
02:07Pasados unos instantes, Kaine apretó la mandíbula y se maldijo.
02:11La ira crecía en su interior y se acusó por ser tan idiota.
02:14Algo le decía que aquella mujer que yacía tumbada bajo su cuerpo, caliente y sudorosa,
02:19no era ninguna prostituta de Robert Lawson.
02:21¡Oh, cómo había estado tan ciego!
02:24Ella no había fingido inocencia, pues era realmente una cándida señorita, y él la
02:29había corrompido.
02:30Se apartó con cuidado y acarició el rostro de la mujer, su piel caliente y la mirada
02:34febril lo devolvieron a la realidad de un mazazo.
02:36¡Maldita sea!
02:39Ella intentó decir algo, lo miró y frunció el ceño, después los ojos de Caroline vagaron
02:43por la habitación intentando saber dónde se encontraba.
02:47Kaine se levantó de un salto, compuso sus ropas, que ni siquiera se había quitado,
02:51y se maldijo entre dientes.
02:53Tiró de ella al verla tan expuesta y le puso las prendas que él mismo le había quitado,
02:57todo ello con los ojos vidriosos de la dama, desconcertada por todos sus movimientos.
03:03Quería mirarla con el enojo que sentía, pero era incapaz de echarle la culpa a ella.
03:07Había bebido mucho aquella noche, quizás la excitación de los combates le había hecho
03:11perder el juicio, pero ni siquiera eso era excusa suficiente como para no darse cuenta
03:15de que la predisposición de la mujer era a causa de su estado febril.
03:19¡Santo cielo!
03:20No sólo era una inocente dama, sino que estaba débil a causa de la fiebre.
03:25Se mesó los cabellos tras atarle el vestido y darle su chaquetilla, el corsé seguía
03:29en el suelo.
03:30¡Que Dios nos asista!
03:32Dio varias zancadas hasta llegar a la chimenea.
03:35Miró las llamas arder e intentó controlar su mal genio.
03:38A duras penas lo consiguió.
03:40La miró de pie, apoyada en el poste de la cama, con los ojos llorosos, y...
03:46¿Qué puede saber qué demonios hace una dama en el estigma?
03:48Lo preguntó con los dientes apretados.
03:51Caroline parpadeó, como si acabaran de despertarla de un sueño.
03:54Yo.
03:56Su boca estaba seca.
03:58Intentó decir algo más, pero no lo consiguió.
04:01Se miró el vestido arrugado y fue incapaz de creer que había sucedido en aquella habitación,
04:05con ese hombre.
04:07Lo miró con fijeza y se llevó una mano a la frente.
04:10Le dolía terriblemente la cabeza.
04:12Notaba la frente ardiendo.
04:14Se sentía a morir.
04:16Intentó seguir de pie sobre la rica alfombra, pero su cuerpo no la sujetó.
04:20Si no fuera porque Keine acudió veloz en su ayuda, seguramente hubiera caído de bruces
04:24sobre la alfombra.
04:26Quédate quieta.
04:27Keine estaba iracundo, más consigo mismo que con ella, y no se moderó en absoluto
04:31a la hora de soltar su enfado.
04:34Se separó de ella dejándola sentada en la cama.
04:36Será mejor que empieces a decirme quién eres y qué demonios haces en mi club.
04:41Ella se encogió ante la ira de su voz.
04:43Se llevó una mano a la frente y gimió.
04:45Huía de unos hombres.
04:47Dijo con la voz entrecortada y como si no hablara con nadie en particular.
04:51Vi la puerta abierta y entré para que no me vieran.
04:54Pretendía pedir ayuda, usted me vio, usted.
04:58Caroline miró alrededor como si no pudiera acabar de aceptar lo que había pasado en
05:01aquella cama.
05:03Keine cerró los ojos y sintió como si las sienes le fueran a estallar.
05:07Santo cielo, aquello era peor de lo que habría imaginado.
05:10Tomó aire con lentitud para acallar los fuertes pálpitos de su corazón, que parecía querer
05:14escapar del pecho, y cuando lo logró ligeramente, clavó su mirada azul en la de ella.
05:20¿Por qué demonios no me lo dijiste?
05:22Sí, era un reproche, pero sonó a culpa.
05:26Ella lo miró a su vez con los ojos nuevamente inundados en lágrimas.
05:29Y al verla así, la neblina a causa del alcohol pareció desvanecerse de golpe.
05:34Yo no lo sé.
05:35Pero sí sabía, su vida había quedado rota, y en algún momento aquello no le había parecido
05:40real.
05:41Lloró y Keine se inclinó sobre ella, dudando si rodearla o no con los brazos.
05:45Te compensaré por esto, dijo como si hubiese compensación posible.
05:50Ella pareció recuperar algo de sentido e intentó levantarse.
05:52¿Compensar?
05:55Yo no quiero su dinero, dijo obviamente ofendida.
05:58Miró a su alrededor intentando buscar una salida.
06:01Quería salir de allí.
06:02Yo.
06:03No, maldita sea.
06:06No hablo de dinero, hablo de...
06:08Un toque en la puerta hizo que Keine maldijera de nuevo en voz alta.
06:11¿Qué?
06:13Gritó con toda la rabia que sentía.
06:15La puerta se abrió y un impecable hombre con librea lo miró alzando una ceja interrogante.
06:19Al segundo, el altivo mayordomo vio a la joven y una sombra de desaprobación cruzó su rostro.
06:25Pero la demoledora sinceridad del señor Howard no apareció, quizás porque tenía un asunto
06:30más urgente entre manos.
06:31¿Debería venir, señor?
06:34Lord Harold le acaba de partir el pómulo al panadero, creo que puede ser una fractura
06:38muy severa.
06:39Ha perdido el conocimiento y nuestro médico no está en la casa, ya que ha acompañado
06:43al pobre chico de la posta al hasp.
06:44Genial.
06:47Gritó fuera de sí.
06:48Esta es la noche perfecta.
06:50Baje e intente hacer algo útil mientras yo me ocupo de otro asunto mucho más urgente.
06:55Howard miró a su señor como si reprobara el asunto en cuestión.
06:58Le esperó en el salón azul.
07:01Caroline fue incapaz de decir nada al ver cómo el hombre desaparecía tras la puerta.
07:05Caroline se acercó a la cama y ella pudo sentir aquellos ojos azules, otrora fríos
07:09como el hielo, en esos momentos cargados de culpa y anhelo, deslizarse por su rostro hasta
07:13encontrar su mirada.
07:14«¡No te muevas de aquí!»
07:17Era una orden, sin lugar a dudas.
07:20Regresó en dos minutos.
07:21Dicho esto, se encaminó hacia la puerta blanca de doble hoja.
07:25Abrió una de ellas y cerrándola de un portazo salió fuera, en busca del mayordomo.
07:29«¡Qué maldita noche!»
07:32rugió mientras bajaba los peldaños.
07:357.
07:36Como si el sonido de la puerta al cerrársela hubiera devuelto al mundo real, Caroline se
07:40puso de pie, agarrándose al poste de la cama.
07:43Dios.
07:44¿Qué había hecho?
07:46Puso la frente sobre la madera y nuevamente las lágrimas acudieron a sus ojos.
07:50Las derramó sin control y movió la cabeza en señal de negación.
07:54Eso no estaba pasando.
07:56Eso no había pasado.
07:57Y mucho menos no le había pasado a ella.
08:00Pero al abrir los ojos tuvo que aceptar la verdad.
08:03Se había pasado, y debía huir de allí antes de que nadie se enterara.
08:07Por unos segundos que le parecieron horas, se quedó quieta como una estatua, ni siquiera
08:11parpadeó.
08:12Sólo tragó saliva, y le supo amarga como la hiel.
08:16Pensó que se le había detenido el pulso, cuando de pronto se le aceleró y creyó que
08:19estaba sufriendo un ataque cuando la cruda realidad la golpeó de lleno.
08:22¿Qué les diría a sus tíos?
08:25A su madre.
08:27Se tapó la boca con la mano intentando detener un sollozo.
08:30Se notó la piel del rostro caliente, ardiendo.
08:33Tenía fiebre, le dolía todo el cuerpo, pero no podía quedarse ahí por más tiempo.
08:39Había sido una inconsciente.
08:41Se había dejado arrastrar hasta esa cama, por aquel hombre, a quien se había entregado.
08:46Y no sabía quién era, no sabía absolutamente nada de él, ni tan siquiera su nombre.
08:51Santo Dios, le había entregado la virtud a un completo desconocido.
08:55Se tocó los labios hinchados y se maldijo.
08:58Si algo no podía hacer era echarle la culpa solo a él.
09:01Ella lo había deseado, Caroline había deseado que alguien la quisiera.
09:05Pero no era amor lo que ese hombre le había ofrecido momentos antes, quizás lujuria,
09:09inequívocamente si placer.
09:11Pero las consecuencias de esos actos.
09:14Niña estúpida, se reprendió en un jadeo.
09:17Era una cualquiera y sin duda su tío se lo haría pagar muy caro.
09:20Si se enteraba, ya no podría casarse, estaba deshonrada, manchada.
09:25De por vida.
09:27Con la mirada buscó sus zapatos, encontrarlos fue mucho más fácil que ponérselos.
09:32Se colocó las ropas rápidamente, deseosa de escapar antes de que él volviera.
09:36En dos minutos, le había dicho.
09:39En dos minutos regresaría.
09:41No podía encontrarla allí.
09:43Caroline no sabía qué intenciones tenía ese hombre, pero tampoco se iba a quedar para
09:47averiguarlo.
09:48Había oído cosas horribles de los clubs y los burdeles de la ciudad.
09:52Había chicas jóvenes, casi niñas, que desaparecían en ellos y jamás volvían a
09:56aparecer.
09:57A veces lo hacían, pero sin vida.
10:00También había oído hablar de perversiones que a los petímetres les encantaba hacer
10:03con las mujeres de los bajos fondos.
10:06Se estremeció de terror y le entraron unas arcadas que le resultaron difíciles de controlar.
10:10No.
10:12Definitivamente ella no iba a quedarse en aquel lugar para averiguar qué planes tenía
10:15ese hombre para ella.
10:17Miró en deredor para saber si se había dejado algo.
10:20No, no había dejado nada, pero, contempló por un momento la mancha que había sobre
10:25las sábanas blancas.
10:26Notó la humedad en sus muslos y volvió a sollozar.
10:29Angustiada se dirigió a la puerta.
10:32No quería pensar en ello ahora.
10:34Debía salir de allí.
10:36Volver a casa de sus tíos o a Devansiair.
10:37Sí, volvería al campo, donde la gente era buena y no había tanta maldad en las calles.
10:43Se tapó la boca de nuevo para acallar el llanto y sin saber cómo se dirigió a la
10:47puerta, pegó la oreja en la madera fría.
10:50Aliviada no escuchó ningún ruido en el corredor y abrió despacio.
10:53Con sumo sigilo, pero sin detenerse, bajó la escalera hasta encontrarse de nuevo en
10:58el recibidor.
10:59Las imágenes volaron a su mente, se vio besando a ese hombre, recostada contra su pecho.
11:05Debería admitir que había sentido paz entre sus brazos, algo que la desconcertó tanto
11:09como alarmó.
11:10Estaba enferma, se recordó.
11:13Seguro la fiebre la hacía delirar, esa era la única explicación de por qué sentía
11:16que aquel hombre era su amigo y no su enemigo.
11:19Se detuvo en el rellano al ver salir a dos hombres de la misma puerta cercana a la entrada.
11:24La misma por la que el diablo había hecho acto de presencia, aquella que antes le había
11:27parecido un armario.
11:28Obviamente, era la entrada hacia un lugar que ella no deseaba ni quería saber de qué
11:33se trataba.
11:34«Esa herida ha sido muy fea», escuchó decir a uno de esos hombres.
11:38Suerte que Kane le ha hecho entrar en razón y se lo ha llevado al médico.
11:42Los sujetos llevaban la camisa arremangada hasta los codos igual que él, y las chaquetas
11:46colgaban despreocupadamente de sus brazos, pero antes de salir se las pusieron entre
11:50risas y Caroline vio cómo se quedaba de nuevo sola en aquel lugar.
11:54Escuchó música y voces al final de un largo pasillo, música de la que no se había percatado
11:58antes cuando estuvo ahí con Kane.
12:01Debía irse rápido, antes de que apareciera más gente y se viera atrapada.
12:05Bajó los escasos peldaños que le quedaban para llegar al recibidor y se abalanzó sobre
12:09la puerta.
12:10Asió el pomo y tiró de él después de un ligero giro.
12:13Al salir al exterior el frío le llegó hasta los huesos, pero gracias a Dios la niebla
12:17no era tan espesa.
12:19Podía ver la calle en penumbra y un carruaje de caballos.
12:22Su salvación.
12:23Ni siquiera se molestó en cerrar la puerta.
12:26Corrió hacia él con la esperanza de que parara.
12:29Kane subió los escalones de la entrada, se había ocupado de la pelea y de procurar que
12:32ninguno de esos estúpidos muriera a causa de las heridas.
12:36Sus botas dejaron manchas en la alfombra roja cuando entró en el recibidor.
12:40Había tardado poco más de media hora, y sólo esperaba que la muchacha estuviera más
12:44serena para poder tener una conversación civilizada.
12:47Cerró los ojos y tomó aliento antes de subir.
12:50En esos minutos, en los que se había encargado de los desagradables asuntos de aquella noche,
12:54no se concentró demasiado en sus deberes.
12:57Sólo podía pensar en la mujer que tenía en su habitación.
13:00¿Quién demonio sería, porque justamente había aparecido en su casa, y qué relación
13:04tenía con Robert?
13:06Su prometida.
13:07Kane abrió los ojos de golpe.
13:10No era eso lo que había dicho el jefe de recepción de su hotel.
13:13Esa comprensión le provocó un sudor frío que le recorrió la espalda hasta asentarse
13:17en la nuca, seguramente eso era lo que él inducía en los demás, y estaba poco acostumbrado
13:21a esa sensación.
13:22¡Maldita sea!
13:25Ahora lo recordaba, pero él jamás lo habría creído.
13:27¿Cómo una escoria como Robert Lawson podía estar comprometido con una dama?
13:32Apretó los puños y se dijo que pronto lo averiguaría.
13:35Llegó hasta su habitación y respiró hondo antes de tocar suavemente la puerta, esperando
13:39no asustarla.
13:41Acto seguido entró.
13:42«Siento el retraso».
13:44Las palabras murieron en su boca cuando vio que en la inmensa estancia no había nadie.
13:49Apretó los labios y respiró hondo, dispuesto a que la rabia no lo dominara.
13:52¿Qué palabra de, no te muevas, era la que esa mujer no había entendido?
13:57Se acercó a la cama para asegurarse de que no estaba bajo los cobertores.
14:01Y efectivamente la mujer había desaparecido.
14:03«Maldición», dijo con los dientes apretados.
14:07Empezó una furia.
14:08Salió de su dormitorio y empezó a gritar antes de llegar a la escalera.
14:11«¡Howard!»
14:13Lo llamó hasta tres veces antes de que el mayordomo apareciera con su teza esculpida
14:16en mármol, tan inalterable como siempre.
14:19Keynes se precipitó escaleras abajo.
14:21«¿Dónde está?»
14:23le preguntó a Howard, que lo esperaba a los pies de la escalera.
14:27No era posible que esa mujer tuviera tan pocos eso como para perderse de nuevo en las calles
14:31de Londres, a esas horas, a merced de cualquier chacal.
14:34«¿La dama?»
14:36preguntó Howard, y Keynes pudo ver algo de desconcierto en su mirada, pero fue muy fugaz.
14:41Howard vio cómo el señor del estigma pasaba apresuradamente frente a él para llegar a
14:45la puerta de entrada.
14:47La abrió de par en par.
14:49El mayordomo fue a su lado y miró la calle por encima de su hombro.
14:52«Debe de haberla asustado, si el señor me permite decírselo».
14:56Lo fulminó con su mirada azul, pero en vez de replicar bajo los escalones hasta llegar
15:00al centro de la calle, miró en una y otra dirección sin acabar de ver nada.
15:05Tomó aire para llamarla, pero se dio cuenta de que ni siquiera sabía su nombre.
15:09Se mesó los cabellos y tiró de ellos sin poder creérselo.
15:12¡Ah!
15:13Ella había desaparecido.
15:14¡Maldita sea!
15:17Howard ni siquiera parpadeó cuando lo vio desgañitarse.
15:19«Creo que, si grita de esa manera, lejos de volver, la dama huirá aún más lejos,
15:25señor».
15:26Keynes volvió sobre sus pasos y de nuevo lo fulminó con la mirada.
15:30«No estoy para tus bromas, Howard».
15:33El hombre pareció mirarlo ofendido.
15:34«No estoy haciendo ninguna broma».
15:37Con una mano firmemente sujeta detrás de la espalda y su pose estirada, Howard se limitó
15:41a añadir, «Quiere que mande a alguno de los criados tras ella».
15:45Keynes pareció vacilar.
15:46«Pero, por supuesto.
15:49Si andaba cerca la encontrarían y como mínimo podía devolverla sana y salva a su casa.
15:54De lo contrario, sólo Dios sabía lo que podría pasarle.
15:57Hazlo.
15:58Ahora.
16:00¿Por qué tanto interés por la dama, señor?»
16:03Le preguntó al verlo volver a la casa.
16:05Howard no hacía preguntas y realmente sabía que podía encontrar una respuesta sin necesidad
16:09de hacerlas.
16:11Pero estaba claro que ver a su señor persiguiendo a una mujer era toda una novedad, por no decir
16:15algo tan inusual como que el señor Keyne Black perdiera en algo.
16:19Era virgen, maldito estúpido.
16:21Pasó por su lado sin prestarle más atención, el mayordomo lo siguió, y cerró de un portazo.
16:27Howard no cambió su expresión ni un ápice, aunque si parpadeó varias veces.
16:31«¿Estás seguro, señor?»
16:34Keyne lo miró como si le hubiese salido otra cabeza.
16:36«A pesar de mi escasa educación creo saber distinguir a una puta de una virgen cuando
16:41la monto».
16:42Howard puso los ojos en blanco.
16:44«Oh, ese ha sido un comentario muy suez, señor».
16:48Creía que se había deshecho de ese lenguaje malsonante y su acento irlan.
16:51«¡A la mierda!»
16:54Poco seguido desapareció camino a la cocina para buscar a sus criados.
16:58Iba a encontrarla, aunque le llevara toda la noche.
17:01Howard vio partir a su señor y suspiró, pensando que la caza no había hecho más que empezar.
17:06CAPÍTULO 8
17:08CINCO MESES DESPUÉS
17:09Los esfuerzos de Keyne por encontrar a aquella mujer fueron inútiles.
17:13Se la había tragado la tierra.
17:15Hacía casi cinco meses desde su encuentro y Keyne se sentía un inepto, jamás había
17:19tardado tanto en encontrar a alguien, y eso que a lo largo de su vida había buscado a
17:24mucha gente.
17:25La información era poder y él vivía de ella.
17:27Y lo peor era que no sabía si realmente la frustración era por el hecho de sentirse
17:31un inútil o porque ansiaba volver a verla de nuevo.
17:34De inmediato desechó ese último pensamiento, que se le antojó absurdo y fuera de lugar,
17:38e intentó concentrarse en algo útil que lo ayudara a dar con la solución a ese problema
17:42o enigma.
17:44Sentado tras el escritorio de su despacho, miró la tranquila calle adoquinada, por la
17:48que apenas circulaban carruajes y mucho menos transeúntes.
17:51Era mediodía, pero la inclemente lluvia caía sin cesar desde muy temprano.
17:56Noviembre era frío y, aunque no había nieve amontonada a los lados de la calle, podía
18:00jurar que la temperatura era digna del pleno invierno.
18:03Durante toda la mañana, Keyne había permanecido encerrado en su casa, esperando que pasaran
18:08las horas para poder acudir al club y desquitarse con el primer imbécil que se le pusiera a
18:12tiro en su sótano.
18:14Pero eso no sería antes del anochecer.
18:16Se deshizó del lazo de corbata que Howard le había anudado con tanta maestría.
18:20Allí dentro el fuego de la chimenea estaba encendido y caldeaba toda la habitación llena
18:24de estantes repletos de libros.
18:26Estaba de mal humor y no necesitaba poner la excusa del tiempo para ello.
18:30Hacía meses que lo estaba sin aparente razón para nadie, más que para sí mismo.
18:34Pero él sí sabía el motivo de su desvelo.
18:37Caroline B.
18:38Tuart.
18:39Al principio se había dicho que lo hecho hecho estaba, pero con esa afirmación sólo
18:42pretendía engañarse a sí mismo.
18:45Ella se había convertido en una obsesión, porque por su culpa se había convertido en
18:49lo que siempre había odiado, un hombre como su padre.
18:52Capaz de abusar de cualquiera sin que ninguna consecuencia estuviera ligada a sus actos.
18:57A causa del alcohol, por un malentendido, o por lo que fuera, una doncella había acabado
19:01en su cama, y lejos de poder excusarse había visto cómo ella se había esfumado sin poder
19:06enmendar lo ocurrido.
19:08Era increíble.
19:09Ningún truano delincuente podía esconderse de Keene Black, y no obstante una mujer de
19:13ojos llorosos, sin medios ni recursos había sido capaz de eludirlo por completo y durante
19:18más de cuatro meses.
19:19Se le había tragado la tierra, aunque al menos había averiguado su nombre, Caroline
19:23B.
19:24Tuart, hija de Henry y Virginia B.
19:26Tuart.
19:27Un varonet venido a menos y una dama sin título, cuyo único valor era tener un hermano despiadado
19:31en los negocios que había amasado una fortuna a costa de los demás.
19:35William Cramwell, el hermano de Lady B.
19:37Tuart, de alguna manera se había enterado del desafortunado incidente que Keene tuvo
19:41con su sobrina, de lo contrario no la habría echado de su casa.
19:45Cortó la mesa con el puño y pensó en ella.
19:47¿Merecían la pena esos quebraderos de cabeza?
19:50Sería ella tan inocente como parecía o, como su tío, albergaba un corazón oscuro
19:55capaz de todo para sacar provecho.
19:57Sin ni siquiera ser consciente se acarició los labios recordando a la pequeña dama acurrucada
20:01en su cama, con el cabello sobre la almohada y la mirada tierna y asustadiza.
20:06No podía ser como su tío, y ya la había juzgado mal, por ese mismo motivo estaba ahora
20:10en esa situación, por creerla a una prostituta que fingía inocencia para seducir a los hombres.
20:16Cerró los ojos.
20:17No era momento para pensar en ello, ni para lamentarse de sus errores, porque si, eran
20:22sus errores y no era lícito continuar culpando a una inocente de la cual, además, se había
20:27aprovechado.
20:28Mejor concentrarse de nuevo en lo que se traía entre manos.
20:32No sin esfuerzo, su atención se dirigió de nuevo a la misiva que había recibido de su
20:36amigo Anthony, a quien no había pedido ayuda, pero que por algún motivo había intuido
20:40que en su discreta pregunta sobre Virginia Bituorta había un interés oculto.
20:44Agradecía que su carácter me tome en todo por naturaleza hubiese sido de ayuda.
20:48Estimado Keine.
20:50Sigo en Devonshire, y como vi preocupación, más que interés despreocupado en tu última
20:54misiva, he supuesto que la dama a la que con tanto ahínco buscas debe de significar más
20:58de lo que quieres dejar ver.
21:00No sé si darte la enhorabuena o el pésame por los sentimientos que, por primera vez,
21:04tu negro corazón alberga.
21:07Pero si está en mi mano ayudarte, no seré yo quien se niegue a la silenciosa petición
21:10de auxilio.
21:11Keine refunfuñó entre dientes, Anthony era tan florido en sus cartas como elocuente en
21:16persona.
21:18Semanas atrás le había preguntado si conocía a su vecina la viuda Bituorta, a lo que por
21:21supuesto Anthony, que en pocas ocasiones visitaba sus propiedades en el campo, le había dicho
21:26que no.
21:27Por fortuna o desgracia, la pregunta de Keine despertó interés en su amigo el Lord.
21:32La curiosidad de Anthony fue más que suficiente para que indagara y le diera un detallado
21:36informe sobre el carácter de la dama, gustos y preferencias.
21:40Virginia Bituorta es una viuda que lleva con muy bien fingida pena el traspaso de su marido
21:43al otro mundo.
21:45Participaba activamente en la vida social del pueblo, hasta que su condición de viuda,
21:49para su disgusto, ha refrenado dichas actividades.
21:53No obstante, la reciente defunción del señor Bituorta ha hecho que se vuelque en las actividades
21:57benéficas que realiza diariamente en la parroquia.
22:00Dicha actividad, para acallar a las malas lenguas, asegura hacerla para distraerse de
22:05la pena de haber perdido a su marido y la lejanía de su hija que disfruta la temporada
22:08en Londres.
22:10Sobra decirte que no hay rastro de Lady Caroline Bituorta en los salones londinenses.
22:14Aquí es donde imagino, mi querido amigo, que está todo el interés que sientes por
22:18este pequeño rinconcito de Devons y Aire y esta familia.
22:21Caroline Bituorta es una muchacha bien considerada por nuestros vecinos.
22:25Si bien es cierto que nunca había oído hablar de ella, puedo asegurarte que nuestra cocinera
22:29está muy apenada por su larga estancia en Londres, pues ha quedado privada de su compañía.
22:35A la dama le gustan los caballos, las obras de beneficencia, odia pintar y tocar el piano,
22:40pero ama los libros.
22:41Sí, mi querido amigo, las mujeres de Devons y Aire y mis doncellas son una fuente inagotable
22:46de información.
22:48Pero esta información proviene del servicio, así que es la más fiable de todas.
22:52Si escucháramos a su madre, Virginia Bituorta, llegaríamos a la conclusión de que su hija,
22:57a pesar de no poseer ni inteligencia ni belleza, siempre ha sido obediente.
23:02¿Eso deseas, una mujer obediente?
23:05Le da a mi detectivesco olfato que la dama no languidece en Londres, y más bien ha huido,
23:09no de las tío del campo, sino de ti.
23:13Debo preocuparme.
23:14Persigue mi querido amigo a doncellas Berjanals por Inglaterra.
23:18Me pregunto qué depravadas atenciones habrá recibido de ti mi querida vecina, como para
23:22huir sin dejar rastro.
23:24La información sobre el mezquino tío te la dejé en la carta anterior.
23:27Pero, resumiendo, es un miserable déspota de quien no me extrañaría la hubiese lanzado
23:32a la calle, si como sospecho se ha convertido en tu querida.
23:35Sí, entiende que aunque no me hayas confirmado nada, mi desbocada imaginación ve en esta
23:40búsqueda cierta desesperación por encontrar al ser amado.
23:44Te pido disculpas si malinterpretas mis palabras y crees que no me importa tu preocupación
23:48por la dama.
23:49Te prometo que nada más lejos de la realidad.
23:52Seguiré en Devons y a ir un par de semanas, después acudiré a Londres para hablar contigo
23:56en persona y conocer a la mujer que te quita el sueño, porque de seguro ya la habrás
23:59encontrado.
24:01No en vano sobre Keine Black cae la leyenda de que consigue todo lo que se propone.
24:05Tu fiel amigo.
24:07Anthony Mendizábal.
24:08P.D., descuida, aparecerá.
24:11Keine podía ver claramente en su imaginación la sonrisa burlona de su amigo Anthony.
24:16Por eso, cuando leyó la posdata puso los ojos en blanco.
24:20Cierto que Anthony era un fiel amigo, pero en más de una ocasión lo había sacado de
24:23sus casillas.
24:25Pero si él podía tener vigilada a la madre de Caroline Bituorte e informarlo de la posible
24:29aparición de la muchacha, bendito fuera.
24:32Tiró la carta sobre la mesa y se puso de pie.
24:35Como un animal enjaulado se acercó a la ventana.
24:38Miró afuera y vio cómo la llovizna persistía, haciendo brillar todos los adoquines de la
24:42calle.
24:43—¿Dónde estás?
24:44—Apretó los labios y respiró hondo.
24:47Sabía que la había visto antes y ese hecho era su única pista, su punto de partida.
24:51Miró por el hotel y, como no, por el señor Robert.
24:55Uno de sus chicos le había hecho llegar un recado de que el señor Black quería verlo
24:58de inmediato.
25:00Había cometido el error de subestimar la cobardía de Robert.
25:03El esquivo jugador se había marchado de la ciudad antes de acudir a su cita, cortando
25:07esa vía para poder encontrar a Caroline.
25:10Pero en su hotel conocían su nombre y de ahí Kane había tenido un hilo del que tirar.
25:14Su esperanza cayó en saco roto cuando William Cramwell había mentido sin ninguna clase
25:18de miramiento, advirtiendo que su sobrina había regresado con su madre dos días antes.
25:22¿Mentira?
25:24Por supuesto.
25:25Desde ese momento sus hombres lo vigilaban, pero ella no había vuelto a aparecer.
25:29Caroline, pronunció su nombre y lo hizo con cierto pesar.
25:33¿Por qué se habría marchado del cobijo de su casa?
25:36A no ser que de lo que intentara huir estuviera dentro.
25:39Unos golpes llamaron su atención.
25:42Howard entró con una taza de té y lo dejó sobre el escritorio.
25:45— No he pedido esto, le dijo Kane malhumorado.
25:47— Lo sé, señor, pero, si no fuera por mí, no bebería ni comería nada en todo
25:53el día.
25:54Por lo que aparezco de vez en cuando para mantenerlo con vida.
25:58Kane lo miró por encima del hombro.
25:59— Retírate, Howard.
26:01— De nada, señor.
26:04Lo dijo sin atisbo de burla.
26:06Kane se sirvió el líquido humeante y aceptó que quizás su impertinente mayordomo tenía
26:10razón y que todo ese asunto le había afectado mucho más de lo que quería admitir.
26:14Todo como para hacerle olvidar momentáneamente el asunto más importante de su vida, la venganza.
26:20Pero sólo era una tregua, una pequeña e insignificante tregua.
26:24Capítulo 9
26:26Caroline no sabía qué hacer.
26:28Estaba desesperada, al punto de cometer cualquier locura.
26:31Se odiaba a sí misma por haber sido tan estúpida, inocente y confiada.
26:36Todo ello, que podrían haber sido virtudes en otras circunstancias, la hacía sentirse
26:40culpable y la había llevado a la situación en la que en esos momentos se hallaba.
26:44Una situación absolutamente impropia para una dama.
26:47Habían pasado cinco meses desde que descubriera que Robert no era más que un cazafortuna
26:51sin corazón.
26:52El mismo tiempo que había transcurrido desde su encuentro con ese hombre.
26:56El hombre que no podía sacarse de la cabeza y que había cambiado su vida para siempre.
27:00Metió los pies enfundados en medias de lana bajo las mantas de la cama y se arrebujó
27:04todo lo que pudo para olvidar el frío que le aguijoneaba la piel en aquella húmeda
27:07habitación.
27:09Apenas dos días atrás había regresado a Londres, para fingir ser una viuda reciente.
27:14Pero eso no la salvaría de las agobiantes preguntas de su casera.
27:18Caroline observó las paredes oscuras y el escaso mobiliario destartalado a través de
27:21las lágrimas de sus ojos.
27:23Meneó la cabeza como si no entendiera cómo había llegado a esa situación.
27:27Pero lo sabía, pensó dando rienda suelta al llanto.
27:30Un llanto que la agotaba, y del cual no podía desprenderse.
27:34Un llanto que la hacía aún más débil.
27:37Sabía el momento exacto en que había empezado ese camino hacia el desastre.
27:40No le daría la culpa al Hombre de Ojos de Zafiro y Mirada Lobuna, la única culpable
27:44de todo era ella.
27:46Ella, que había creído las mentiras de Robert desde el principio, que había sido lo suficientemente
27:51estúpida como para confiar en él y correr a sus brazos para descubrir que nunca la había
27:54amado.
27:56Si no hubiese estado tan ciega jamás habría corrido en su busca, no habría ido a ese hotel,
28:00ni se habría adentrado en las órdidas calles de Londres en plena noche, y jamás lo hubiera
28:04conocido a él.
28:05¿Qué podría hacer para sobrevivir a esa situación?
28:09Ir a casa de su tío era impensable.
28:11La mataría.
28:13Aquella fatídica noche, meses atrás, cuando había conseguido parar a un carruaje que
28:17la llevara a casa, su entrada no pasó desapercibida.
28:20Tuvo que pedir ayuda a su tío para apagar el carruaje.
28:24Sin atisbo de emoción en su rostro, el tío William pagó al cochero y al cerrar la puerta
28:28descargó el primer golpe sobre ella.
28:30No supo cómo tío William había sabido lo que ella había hecho esa noche, pero sin
28:34duda parecía enterado de ello, de eso estaba segura.
28:37Sus ojos cargados de odio y desdén parecieron saber con exactitud el pecado que había cometido.
28:42¿Qué habremos hecho en esta casa para merecer semejante castigo?
28:46Bramó, desquiciado, con los ojos rojos de ira.
28:49No eres más que una ramera.
28:52El rostro de él se había vuelto del color de la grana.
28:55Caroline apenas pudo respirar con normalidad mientras sus gritos despertaban a todo el
28:58servicio.
29:00La había arrastrado hasta su biblioteca personal y allí delante de su esposa, y para regocijo
29:04de la misma, la castigó tal y como él creía que se merecía.
29:08La vara había marcado su piel por días y el moratón de la mejilla tardó mucho más
29:11tiempo en desaparecer.
29:12«Has traído la vergüenza a esta casa», había dicho tía Clementine.
29:16«Sólo espero que nadie te haya visto de esta manera, a estas horas».
29:21«¿Qué vergüenza?
29:22¿Qué dirá tu madre?»
29:24Las palabras le dolieron más que los golpes.
29:26¿Qué diría su madre?
29:28Negó con la cabeza, no sin cierta desesperación.
29:32Su madre no diría nada, pues jamás le había prestado atención más que para criticar
29:36su estatura, sus gustos, sus modales.
29:39Avergonzada y muerta de hambre en aquella habitación, Caroline se dijo que prefería
29:43morir antes que volver arrastrándose a casa de su tío o pasar la vergüenza de que su
29:46madre la viera en ese estado.
29:49De todas formas, su tío no la recibiría nuevamente, pues, sin ningún atisbo de compasión,
29:54ya se había deshecho de ella.
29:56«Te enviaré a la costa», le había dicho, «a una de mis posesiones.
30:01Quizás el trabajo duro te haga perder al niño y nos ahorres la vergüenza de tener
30:04un bastardo en la familia».
30:06La mirada penetrante de William la perseguiría en sus pesadillas.
30:09«Le diré a tu madre que estás enferma y que he tenido que mandarte al campo a recuperarte.
30:14Añadiré que, como es contagioso, no la molestaré pidiéndole que vaya a verte».
30:19De igual modo, su madre jamás se hubiese molestado, pensó amargamente Caroline, cuando
30:24su tío la encerró en su habitación y decidía qué hacer con ella.
30:27Así que durante esos días, mientras se recuperaba de los golpes, que tuvo tiempo
30:31para pensar en qué iba a hacer con su vida.
30:34Pero no fue hasta leer un anuncio en el periódico que se decidió.
30:37No podía casarse con Robert, y después de lo que había hecho difícilmente nadie la
30:41aceptaría como esposa.
30:43No quería seguir viviendo con su tío.
30:45Y volver junto a su madre llena de vergüenza era lo último que querría hacer en la vida.
30:50Así pues, se decidió finalmente a contactar con una familia que había puesto un anuncio
30:54en el periódico.
30:55Se buscaba institutriz.
30:57Una nueva esperanza había brillado en el horizonte.
31:01Pero poco había durado ese fulgor.
31:03No había esperado a responder al anuncio mediante una misiva, no quería esperar respuesta,
31:07y se aventuró a deducir que, si se presentaba en esa casa, bajo un nombre falso, con referencias
31:13y sus modales que perfectamente podrían pasar por los de una estudiosa institutriz, la familia
31:17la acogería.
31:19Ese era su deseo.
31:21Así que, de noche, reunió todo el coraje que había estado rehuyendo durante toda su
31:25vida y se marchó, como un ladrón, escabulléndose nuevamente hacia las calles de Londres.
31:30En la casa de postas cogió el primer carruaje hacia su destino.
31:34Atrás quedaría su antigua vida y, cuando lograra recuperarse de las heridas del corazón,
31:38quién sabe si podría volver a confiar en alguien y volver a ver a su madre.
31:42Pero las cosas a Caroline jamás le salían como ella esperaba.
31:46Más de tres meses había estado en esa casa, lidiando con dos niñas que parecían haber
31:50salido del infierno.
31:52Pero, finalmente, a pesar de haber aguantado estoicamente las mil travesuras de las endiabladas
31:57pequeñas, las mismas que le habían hecho mirar cada noche bajo las sábanas en busca
32:01de arañas y sanguijuelas, el tiempo en esa casa se había acabado.
32:05Habían descubierto su pecado.
32:06Lo sentimos, señorita Bituart, pero no podemos tener a alguien de su moral educando a nuestras
32:12hijas.
32:13El tono frío y despectivo de las señoras Stevens le había helado la sangre.
32:17Había sido tan evidente, tan pronto.
32:20Pero ya se le notaba, no.
32:22Caroline se acarició el apenas abultado vientre y sorbió por la nariz.
32:26No era para menos el enfado de las señoras Stevens, sin tan siquiera sospecharlo, había
32:30contratado a una mujer embarazada.
32:33Desde que la despidieran de Grayson House, le había estado dando vueltas a su futuro.
32:37Y ahora de nuevo en Londres, en aquella horrible ciudad que apenas conocía, sin amigos y con
32:42escaso dinero para seguir adelante un par de semanas, sabía que le quedaban pocas opciones.
32:48Cómo iba a cuidar de ese niño era algo en lo que no había parado de pensar desde
32:51su segunda falta.
32:52Pero esa noche había decidido que no le quedaban muchas alternativas.
32:56Volver a casa, con una madre que la enviaría con su tío, y eso era algo a lo que no pensaba
33:01arriesgarse, o bien pedir ayuda, con la esperanza de que no se la negaran.
33:05Las casas de ayuda no eran lugares agradables donde alguien acudiera por voluntad propia,
33:10por lo que sólo quedaba una opción.
33:11Inconscientemente, se llevó una mano al vientre.
33:15Darle ayuda al padre de la criatura era la única opción que le quedaba.
33:19Y que Dios la protegiera de ese irlandés salvaje, si también decidía deshacerse de
33:23ella.
33:24Así que, a la mañana siguiente, recogió las pocas pertenencias que le quedaban y se
33:28encaminó hacia la casa.
33:30No tardó en encontrarla.
33:31¿Cómo olvidarla?
33:34Lindaba entre el barrio elegante de la ciudad y los más sordidos garitos.
33:38La había descubierto por casualidad cuando el cochero pasó frente a ella para dirigirse
33:41hacia la casa de Grayson House donde estuvo trabajando de institutriz.
33:45Se paró frente a la puerta con su abrigo gris, que ocultaba sus formas y el abultado
33:49vientre.
33:50Sí, ahí estaba, su aldaba dorada de latón macizo, con el aspecto de un lobo en lugar
33:55de un león, como venía siendo la moda.
33:58Y no es que el león no fuera un animal fiero, pero cualquiera que conociera al dueño.
34:03El lobo era feroz, a la par que inteligente y... temible.
34:07Caroline cerró los ojos, tomó aire y finalmente se decidió.
34:11Subió uno de los escalones mirando la puerta cerrada.
34:14Se paró y tragó saliva.
34:15Era de día, no debía temer nada.
34:18Además, tenía la esperanza de que ese hombre la ayudaría.
34:22Tal vez volvía a pecar de ilusa, pero al menos tenía que intentarlo.
34:26Apelaría al honor, a la responsabilidad, y si ese hombre tenía un ápice de todo ello,
34:31estaba en la obligación de socorrerla.
34:33Lo había pensando mucho y, de hecho, si hubiese querido hacerle daño no se hubiese deshecho
34:38en disculpas, ni le hubiese dicho que la compensaría por lo ocurrido.
34:42Caroline se agarraba a eso para pensar que el dueño del estigma haría lo correcto.
34:46La ayudaría para no tener que recurrir a un asilo o morir de hambre y frío en la calle.
34:51Empezó a notar los dedos de los pies entumecidos y se obligó a subir el resto de los peldaños.
34:56Al llegar a la feroz aldaba, agarró la argolla y llamó.
34:59Los dos golpes parecieron resonar más en su cabeza que en el interior de la casa.
35:04Apretó las manos entre sí, decidida a que no temblaran y a mostrarse con una serenidad
35:07y entereza que no sentía.
35:09Los labios acariciaron el pañuelo que llevaba anudado al cuello cuando agachó la cabeza.
35:14Se removió inquieta, intentando espantar el frío que se apoderaba de ella a pesar
35:18del grueso abrigo.
35:20Pero no hubo respuesta.
35:21Esperó bajo el frío invernal de la mañana y volvió a llamar dejándose vencer por la
35:25impaciencia.
35:26Nadie acudía a su llamada y la inquietud la recorrió una vez más.
35:30Tal vez no hubiese nadie en la casa en aquellos momentos, y casi deseó que fuese así.
35:35No pensaba disculparse por ser una cobarde, había acudido allí después de todo.
35:40Mientras se debatía entre volver a agarrar el pasador o marcharse, un elegante mayordomo
35:44con el ceño fruncido y la barbilla altiva le abrió la puerta.
35:47El hombre la miró muy serio, alzó la ceja izquierda y no le hizo falta hablar, pues
35:51su expresión era interrogante.
35:53Caroline tragó saliva y reunió el valor para que su voz sonara serena.
35:56— Disculpe.
35:59La expresión severa e inquisitiva del mayordomo mudó a la de pura sorpresa.
36:03Pero ésta solo duró los escasos segundos que le costó recuperarse.
36:07Sus facciones parecieron suavizarse al contemplarla, pero eso no hizo más acogedor su escrutinio.
36:12Caroline lo reconoció enseguida, y estaba convencida de que él también
36:16era el hombre que los había interrumpido aquella noche.
36:18— Señorita.
36:21En algún lugar de su interior, Caroline buscó la fuerza para hacer lo que la había llevado
36:25hasta allí, encontrarse con el señor del estigma.
36:27— Buenos días, señor.
36:30Se aclaró la garganta antes de continuar.
36:32— Busco a...
36:34Tenía preparadas las palabras, apenas tres frases de cortesía, y alguna más por si
36:38el mayordomo pretendía cerrarle la puerta en las narices, pero al parecer no fue necesario.
36:43Antes de que pudiera terminar su ensayada frase, éste le dedicó una inclinación
36:47de cabeza y algunas palabras con un tono acogedor.
36:50— El señor la está esperando.
36:53Caroline balbuceó.
36:54— Per...
36:55Pero...
36:56Aquello la había pillado por sorpresa.
36:58Era imposible que la estuviera esperando, pero el hombre no parecía bromear.
37:03La miraba con seriedad, sí, pero en los ojos podía leer cierta preocupación, alivio y...
37:09Bienvenida.
37:10— Quizás se haya confundido, pensó Caroline.
37:13Quizás el hombre esperara a otra mujer, sola, delante de su puerta antes de que tocara el
37:17mediodía.
37:19Su mente en aquellos momentos era un remolino de elucubraciones, que se vio obligada a callar
37:23moviendo la cabeza de un lado a otro, como si con ese simple gesto fueran a desaparecer
37:27como por arte de magia.
37:29No resultó, así que tomó aire para hablar, dispuesta a sacarlo de su error, pero el mayordomo
37:34solícito se apartó de la puerta y la invitó a entrar.
37:37Su cuerpo reaccionó antes que su mente y, sin pensarlo, pasó al caldeado interior.
37:43Temblaba y, aunque el día era gris y húmedo, y sus manos empezaban a ponerse azules a causa
37:47del frío, Caroline sabía que el temblor se debía a los nervios.
37:50— Me permite su abrigo.
37:53pidió el hombre, en un tono calmo.
37:56Ella dudó, pero con dedos torpes empezó a buscar los botones delanteros.
38:00Cuando se lo entregó, un lacayo trotó veloz hacia la puerta y se lo arrebató cuidadosamente
38:05de las manos.
38:06— Sígame.
38:07— No, yo.
38:09Ese hombre tenía que estar equivocándose de mujer.
38:12Nadie la esperaba e intentó sacarlo de su error hasta que la miró por encima del hombro
38:15y levantó una ceja que la hizo callar de golpe.
38:17— Sí, señorita.
38:20Ella forzó una sonrisa.
38:21En fin.
38:23¿Cómo iba a llevarla con el dueño de la casa?
38:26Pues que así fuera, por algo había llegado hasta allí.
38:29No es nada.
38:30— Le sigo señor.
38:32Él le lanzó una tranquilizadora sonrisa y asintió satisfecho de que no se resistiera
38:35al encuentro con su señor.
38:38Frente a los ojos de Caroline se extendía un largo y ancho pasillo, a su izquierda la
38:41puerta que no sabía a dónde conducía, pero de la cual todos los caballeros salían con
38:45las camisas arremangadas.
38:47Más hacia delante, la gran escalera lateral que subía a las habitaciones personales de
38:51aquel hombre.
38:54Las imágenes de aquella noche se agolparon en su cabeza, pero eso no la detuvo.
38:58Pasaron a la sala del fondo.
39:00Un gran salón con mesas vacías.
39:03Había tres mujeres y dos sirvientes limpiando a toda prisa.
39:06Cuando Caroline ralentizó el paso, el mayordomo le habló.
39:09— Aguarde aquí un momento, avisaré al señor que la visita que esperaba ha llegado.
39:15Caroline lo miró sorprendida y habló por fin.
39:17— Yo creo que no me espera.
39:19Howard se paró sobre sus pies y al darse la vuelta ella sintió como si lo que iba a
39:22decir fuese de vital importancia.
39:24— Oh, señorita.
39:27Yo creo que hace meses que la espera.
39:29Esa afirmación la desconcertó, pero antes de que pudiera mostrar su sorpresa, el mayordomo
39:34dio media vuelta y la dejó sola en el salón, desapareciendo más adelante en otro ancho
39:38pasillo.
39:39Cuando se paró frente a la puerta del fondo, tocó fuertemente con los nudillos y se escuchó
39:43un rugido que la sobrecogió.
39:46La puerta se abrió, pero Caroline pudo ver cómo el mayordomo se quedó parado en el
39:49sitio.
39:51De su interior no salió nadie y ella se encontraba a varios metros de distancia, incapaz de saber
39:55si estaba vacía.
39:56Nerviosa, estiró el cuello para ver si veía a ese hombre, pero no lo logró, así que
40:01volvió a entrelazar las manos para no mostrar cuánto le temblaban.
40:04De pronto, la voz ronca masculina la hizo estremecerse de pies a cabeza.
40:10Era él.
40:11Su tono era inconfundible.
40:13Aunque no alcanzaba a verlo, podía imaginárselo, solitario y altivo.
40:18Desde luego, no parecía de buen humor.
40:21Caroline clavó la vista en el suelo, donde solo pudo ver la punta de sus botines, negros
40:25y desgastados, que sobresalían por debajo del vestido grisáceo.
40:29Pero la curiosidad, o la ansiedad, la obligó a levantar la cabeza tras escuchar hablar
40:33al mayordomo.
40:34«Señor», dijo el hombre, con estudiada calma.
40:39Luego cruzó el umbral de la puerta, pero no la cerró.
40:42«Hay a alguien que desea verlo».
40:44Sus palabras se escucharon alto y claro.
40:47También pudo oír la respuesta del dueño de la casa y quizás fue por eso que Caroline
40:51volvió a temblar.
40:52«¿Qué parte de las palabras, no quiero que se me moleste, es la que no has entendido,
40:56viejo irlandés molesto?»
40:58Caroline dio un respingo y sin apenas darse cuenta sus pies se pusieron en movimiento,
41:02retrocediendo unos pasos.
41:05Sintió miedo.
41:06Se arrepintió profundamente de estar allí.
41:09Una vez más, había sido una tonta, una ilusa.
41:12Ese hombre era un demonio.
41:15Apretó las manos, aún más, hasta que se le pusieron blancos los nudillos.
41:21Él era frío, muy frío, y desagradable.
41:23Era muy probable que careciera de corazón.
41:26Empezó a preguntarse si sería buena idea marcharse por donde había venido, cuando
41:30escuchó hablar de nuevo al mayordomo.
41:32«Creo que su petición es bastante clara.
41:35El elegante sirviente no lo temía en absoluto.
41:37O bien era un hombre osado y carente de sentido común.
41:41Más bien era una orden.
41:42Bramwell.
41:44«Como siempre, hay excepciones», dijo de nuevo impasible.
41:48Me aventuro a asegurarle que ésta es una de ellas.
41:51«Sí, un maldito atrevido es lo que eres.
41:54¿Quién demonios es esa visita que tanto te urge llevar ante mí?
41:57«Como para castigarlo, el hombre guardó silencio unos segundos, en un acto que al
42:01señor de la casa y a ella misa les pareció de una insolencia inaudita.
42:04«Es alguien a quien esperaba hace tiempo», escuchó, sin ver cómo se levantaba de la
42:09silla.
42:10«El marqués».
42:12Notó cómo su tono se volvía helado al preguntarlo.
42:14«No he visto llegar su carruaje.
42:17El mayordomo negó con la cabeza, como si se disculpara por hacerle pensar eso.
42:21No.
42:22«¿Entonces, quién demonios?»
42:25Al parecer perdió la paciencia y Caroline pudo escuchar sus fuertes zancadas acercarse
42:29a la puerta del pasillo.
42:30Howard se retiró para que él saliera.
42:34Fue entonces cuando Caroline lo vio aparecer bajo el marco de la puerta.
42:37Un sudor frío la recorrió de arriba abajo al ver su expresión, lo que hizo que retrocediese
42:42un paso más para alejarse de él.
42:44Con el semblante furioso, Kane miró hacia donde ella estaba y su mandíbula pareció
42:48desencajarse cuando la reconoció.
42:51Caroline clavó la vista en esos ojos fríos, ahora cargados de sorpresa.
42:55Sólo la voz del mayordomo la persuadió para no echar a correr hacia la salida de aquella
42:58endiablada casa.
42:59«No la asuste demasiado, señor, creo que en cualquier momento saltará y se agarrará
43:04a la lámpara del techo».
43:06Kane puso los ojos en blanco para después gruñir y pedirle sin palabras que se fuera
43:10de ahí.
43:11El señor no explicó más, dio media vuelta y se acercó a Caroline, animándola con un
43:15gesto amable a que se acercara y pasara al interior del despacho.
43:19CAPÍTULO 10
43:20Kane no habló porque al intentarlo sólo habría logrado balbucear.
43:24Ella tampoco lo hizo en los dos minutos que llevaban encerrados en aquella sala.
43:28Como si fuera el señor en su castillo, Kane la había hecho pasar.
43:32Se situó tras su escritorio, pero no se sentó, quedó de pie observándola, mirando cada
43:37detalle, desde sus gastadas botas hasta el vestido gris de tosca lana que se podía ver
43:41bajo el chal, también de lana, con el que se cubría.
43:45No iba a juego con su atuendo, pero intuía que era el más cálido que tenía.
43:49Su aspecto era absolutamente mejorable.
43:51A saber las penalidades que habría pasado esa joven.
43:56Caroline no se atrevía a mirarlo.
43:58Podía ver sus ojos curiosos y asustados lamer los lomos de los libros que reinaban juzgándolos
44:02desde las estanterías.
44:03«Siéntese», le dijo en tono seco y ella dio un respingo al escucharlo.
44:08Carraspeó al notar que su tono era demasiado ominoso.
44:10«No, no», dijo tímida, «yo, estoy bien de pie».
44:15Kane no estaba acostumbrado a que lo contradijeran, pero tampoco insistió en que tomara asiento.
44:20¿Por dónde empezaría a hablar?
44:23Pues ella era quien había acudido a él, pero Kane tenía demasiadas cosas que preguntarle
44:27y que aclarar.
44:28Por su parte, Caroline observaba la sala, algo sorprendida.
44:33No sabía qué esperaba encontrarse allí, pero desde luego no una habitación limpia
44:36y ordenada, con grandes ventanales, una acogedora chimenea encendida y tal cantidad de libros
44:41que no podría leerse ni aunque estuviera un año sin hacer otra cosa.
44:45Observó cada pequeño detalle, pero finalmente los ojos de ella se desviaron para quedarse
44:49fijos en Kane cuando vio que éste, a su vez, la miraba inmutable.
44:53Fuerte, altivo, con una arrogancia que rayaba el despotismo.
44:59Eso fue lo que captó de él cuando miraba a su mayordomo molesto por la interrupción,
45:03pero cuando la miró a ella su semblante había cambiado, aunque más suave, seguía sin inspirarle
45:07la confianza suficiente.