• hace 2 meses
Dormir sólo seis horas de forma constante puede perjudicar considerablemente la salud.
Las investigaciones demuestran que la falta de sueño aumenta el riesgo de padecer enfermedades graves como cardiopatías, diabetes de tipo 2 y obesidad.
Dormir menos altera el equilibrio hormonal, lo que provoca antojos de alimentos poco saludables y aumento de peso, que incrementa aún más el riesgo de diabetes y problemas cardiacos.
La salud mental también se resiente; dormir poco está estrechamente relacionado con la ansiedad, la depresión y el aumento del estrés.
Desde el punto de vista cognitivo, la falta de sueño afecta a la concentración, la toma de decisiones y la memoria, y aumenta la impulsividad y la sensibilidad emocional.
Además, la privación crónica de sueño debilita el sistema inmunitario, haciéndolo más susceptible a enfermedades como los resfriados e incluso la demencia.
Los efectos a largo plazo también pueden incluir enfermedades renales y una mayor probabilidad de deterioro cognitivo.
Aunque seis horas puedan parecer suficientes, los efectos acumulados sugieren lo contrario: de siete a nueve horas son cruciales para una salud y un bienestar óptimos.
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