El éxtasis | Mar, verano, Manuel Vicent y los gozos

  • hace 2 meses
A principios del verano, José Luis Sastre fue a Dénia para charlar con el periodista y escritor Manuel Vicent, que vive allí durante estos meses. En el paseo marítimo de la ciudad, con vistas al Mediterráneo que ha navegado tantas veces, Vicent reflexiona sobre aquello de lo que él ha escrito como ninguno: los pequeños placeres. 
La sobremesa empezó hablando de la importancia del mar y, de ahí, fue pasando por la literatura, la nostalgia o los recuerdos, que son la base de la última novela que ha publicado el escritor bajo el título de 'Una historia particular' (Alfaguara). 
La extensa charla se ha dividido en siete epígrafes, que se irán emitiendo viernes a viernes a las 10 de la mañana, como pórtico de 'Gozo', la sección que el programa dedicará para charlar de los libros, películas o lugares en los que uno se refugia para ser feliz.

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Transcript
00:00Hola Manuel, buenos días.
00:02Buenos días.
00:03Oye, ¿dónde me has traído?
00:04Pues te he traído a mi casa, a mi territorio, tanto literario como físico.
00:11Bueno, yo tengo este Mediterráneo dividido en tres partes,
00:16el Mediterráneo de mi infancia, que es el pueblo donde nací,
00:19la playa de Moncofas, que era una playa de pescadores muy humilde.
00:23Mis padres alquilaron allí, te estoy hablando de antes de la guerra,
00:28a punto de empezar la guerra.
00:31Yo con dos meses estaba en ese mar de Moncofas,
00:35en una casa de pescadores que habían alquilado mis padres,
00:40que todavía permanece, está intacta, porque era una casa zen,
00:44que no podía destruirse porque no tenían nada que destruir.
00:48Era un pasillo, dos habitaciones a los lados y un pequeño patio detrás.
00:53Cuando el mar se levantaba y entraba, pues se le dejaba pasar.
00:57Cuando el mar se retiraba, se le despedía,
01:00dejaba la casa desinfectada, con salitre y con un olor a alga.
01:07Bueno, se llamaba Villa Alegría y está todavía.
01:10¿Entraba mucho el mar? ¿Muy a menudo?
01:12Bueno, cuando había mareas, de pronto el mar entraba.
01:15Entonces yo tenía dos años y me imagino que mi mucosa,
01:20que era agua y sal, mi cerebro es agua y sal,
01:24estaría penetrado por el olor a brea de unas barcas de pesca que había allí varadas,
01:30el olor a alga, el relámpago de la arena con el sol,
01:36esas sensaciones primarias que ya no te puedes evadir de ellas.
01:42Ese mar inconsciente es de mi infancia.
01:47Cuando ya lo descubrí con un poco más de conciencia,
01:53que ibas con una tartana o con un carro allí al mar,
01:57yo recuerdo que cuando llegabas ya a la arena,
02:02era la visión de tirarte de la tartana o tirarte del carro para ir corriendo hacia el mar.
02:08Y el mar te recibía con una especie de gran golpe de brisa salada y de la libertad.
02:15Ese tirarte de la tartana para alcanzar corriendo al mar,
02:20para mí es el símbolo de la libertad.
02:23Después está el mar de la Malvarrosa.
02:26El segundo mar es el mar de la Malvarrosa.
02:28El mar de la Malvarrosa que es un tranvía que unía la ciudad,
02:31esa dictadura, esa represión con la libertad que era el mar.
02:37Y era un viaje de iniciación del héroe que siempre tiene que regresar un viaje.
02:44En ese caso el viaje era un tranvía azul que te llevaba a la Malvarrosa.
02:48Y después está ya cuando yo he empezado con un pequeño barco que tenía
02:53a navegar por mí mismo aquí en Denia.
02:56Esto ha sido aquí en Denia.
02:57Eso es en Denia, que a mí me enseñó un viejo marinero a navegar a vela
03:04y me dijo una cosa casi de sufí, de místico o de gurú oriental.
03:13Me dijo, claro, yo no comprendía cómo el mar viniendo de frente o por la aleta
03:18el barco iba en dirección contra el viento.
03:22Y claro, hay una descomposición de fuerzas con la quilla y con la caña.
03:29Y me dijo una cosa, cuando notes que el viento antes que inflar la vela
03:35pasa por dentro de ti y después va a la vela, entonces sabrás navegar.
03:41Casi eso lo puede decir un sufí o lo puede decir un gurú.
03:46Y si es un gurú californiano tienes que pagarle un dinero por eso.
03:50Ahora escuchándote hablar, hay algo cuando lees tus columnas,
03:54cuando lees tus libros, esa capacidad poética que tienes de,
03:57no sé si has reflexionado mucho sobre eso o no después de tantos años
04:00dedicados a la literatura, pero desde luego algo que te caracteriza
04:04y que el lector encuentra en ti es esa capacidad evocadora
04:06de a partir de imágenes tan primarias que están en nuestra infancia,
04:09en nuestra vida cotidiana, cómo las elevas un poco o cómo construyes metáforas.
04:15Antes has hablado de las breas, de la infancia, de aquella primera casa.
04:19¿Eso lo has leído? ¿Te viene a ti ese instinto? ¿De dónde viene eso?
04:25Bueno, yo es que tal vez no estoy dotado para crear personajes de la ficción.
04:34Yo estoy convencido de que todo lo que sabemos, lo sabemos a través
04:41de los cinco sentidos corporales que son vías de conocimiento.
04:46Lo que has oído, lo que has tocado, lo que has visto, lo que has comido.
04:54Claro, eso se transforma después en inteligencia.
04:58Eso primero está en un cerebro límbico, en el cerebro de las emociones,
05:02que es previo a que haya llegado a ti el córtex, la inteligencia.
05:09Todo eso forma un nudo. Yo de hecho creo que la mística, el éxtasis,
05:15cuando yo veo la escultura de Berlín y de Teresa de Ávila,
05:22yo creo que ese éxtasis se produce cuando eres capaz de unificar
05:29en un solo punto, en un vértice, los cinco sentidos corporales.
05:34Tú imagínate aquí en la playa, en un chiringuito, te pides un gin tonic,
05:42tienes la visión del mar, después puedes acariciar la piel amorosa
05:49de un ser querido, después puedes oler a brea, puedes oler a alga
05:56y después queda el sonido del mar, el golpe del mar.
06:02Bueno, si tú esos cinco sentidos corporales tienes el esfuerzo,
06:07la ascética de unificarlos en uno, se produce un éxtasis.
06:17O si quieres, de otra forma, un orgasmo psíquico.
06:24Si puedes unir dos sentidos a la vez, por ejemplo, el sabor del gin tonic
06:30y la visión del mar, pues maravilloso.

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