• hace 2 años
Que el socialista Sánchez ha puesto en almoneda la democracia española está fuera de toda duda.
Y que sus apaños con la ultraizquierda, los proetarras y el separatismo, sólo tienen como objeto prolongar su estancia en La Moncloa, tampoco.
La pregunta es qué será lo próximo, porque si los independentistas le exigen un referéndum en Cataluña, Sánchez, forzará la Ley para permitirlo.
Y ante eso, suenan ridículos esos tertulianos sabelotodo, alguno de los cuales he escuchado esta mañana en la COPE de Carlos Herrera, según los cuales no se atreverá.
Son los mismos listillos que decían que no indultaría a los golpistas o que no cepillaría el Código Penal para santificar a los malversadores y exonerar a ladrones y corruptos.
Afirmar que se opondrán a nuevas tropelías los Page, Vara, Lambán, Ximo Puig, Margarita Robles, Nadia Calviño y compañía es un chiste y casi tan malo como sostener que hay un PSOE decente.
Tampoco vale y hay que subrayarlo, la pavada de que Europa frenará al aprendiz de dictador.
Mientras Sánchez perpetraba su golpe blando en el Congreso, para adaptar el Tribunal Constitucional a sus siniestros propósitos; la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, comparecía sonriente con él y hasta le hacía cucamonas.
No ha habido abuso, atraco, pifia o barbaridad del líder del PSOE y su banda criminal que no haya contado con la complicidad de la UE y muy particularmente de la alemana que dirige el politburó de 27 comisarios, que tanto se preocupa por lo que puede pasar en Hungría o Polonia y tan poco por lo que ocurre aquí.
Lo de la Unión Europea, sus dos sedes parlamentarias y esos costosos organismos, donde sestean a cuerpo de obispo una legión de perezosos, prejubilados, caraduras y pijos de todos los partidos de todos los países del Viejo Continente, exige un análisis, pero lo dejamos para otro día.
Lo mismo que lo de la maciza Eva Kapili, la socialista griega con cargo de vicepresidenta, pillada con un saco de billetes procedentes del régimen de Qatar.
De esa tropa de mangantes que ha hundido a Europa en la crisis, con su nefasta política monetaria y la suicida decisión de imprimir y regalar dinero que ahora hay que devolver con inflación y tipos de interés disparados, ya hablaremos.

Lo que tenemos que dilucidar ahora y con urgencia es qué hacer.
Yo no se si lo que conviene es una moción de censura o hay que optar por el boicot institucional, pero estamos ante una situación excepcional y nadie, que ame a España, puede seguir actuando como si las ignominias de Sánchez estuvieran dentro de la normalidad.
Ha llegado el momento de poner ‘Pie en Pared’.

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