Mis amigos creen que estoy muerto

  • hace 5 años
¡Hola a todos! Sé que lo primero que debería hacer es presentarme, pero lamentablemente no puedo. Sabrás por qué en los siguientes minutos. Es más, habrá varios detalles de esta historia que deberán permanecer en secreto por razones de seguridad. Quizá ni siquiera debería contar la historia, pero estas últimas semanas han sido tan duras que necesito sacarlo de mi pecho.

Vayamos al pasado: hace dos años, soy un niño normal de 14 años, sin problemas más grandes que el estrés de la escuela o aburrirme los fines de semana. Tengo muchos buenos amigos, ningún enemigo y una gran familia. Solo somos mis padres y yo. Siempre supe que mi padre hacía algo vinculado a las finanzas, la economía y… bueno, cosas como esa. Para ser honesto, no me interesaba mucho, así que supuse que era un trabajo normal, como el que tienen la mayoría de los papás normales. Es por eso que no sospeché nada cuando un par de hombres de traje aparecieron en nuestra casa y hablaron con papá, que parecía desconcertado. Pero fue difícil no notar que algo andaba mal cuando regresaron una segunda vez… y se llevaron a mi papá con ellos.

Como dije antes, lamento no poder entrar en detalles, pero resulta que mi padre, que nunca fue ningún tipo de mafioso ni nada parecido, estaba involucrado en un crimen. Esa noche lo arrestaron. Regresó al poco tiempo porque, como supe más tarde, había aceptado ayudar en la investigación… Se había convertido en un testigo. Aparentemente, eso lo ponía en peligro. Nunca pregunté quiénes eran esas personas que podían hacernos daño, lo cierto es que no quería saber qué tan involucrado estaba mi papá. Ahora todo se acabó, eso es lo único que importa.

En pocas palabras, nuestra familia iba a ser parte de un sistema de protección de testigos. Fue entonces cuando la pesadilla comenzó. La primera parte no fue muy emocionante que digamos. Nos quedamos en nuestra casa, pero siempre había una patrulla vigilando afuera por nuestra seguridad. Mi vida se volvió más estresante, aunque no era nada comparado con lo que me esperaba.

En ese momento no sabía nada, pero, mientras todo eso ocurría, se hacían arreglos para que nos mudáramos a otra parte del país. ¡Imagínate lo sorprendido que estaba cuando una mañana me dijeron que tenía que empacar mis cosas, solo lo esencial, y que nos iríamos esa misma noche! Supongo que los oficiales recomendaron a mis padres no decir nada, en caso de que no fuera capaz de mantener el secreto.

En fin, a las 2 de la mañana entramos a una camioneta y no volvimos a mirar atrás. El conductor era un hombre que no conocía, guardó silencio en todo momento. Nuestro coordinador también estaba con nosotros en el asiento del copiloto. Condujeron toda la noche y el día siguiente, casi no se detuvieron en ningún momento. Finalmente llegamos a una ciudad de la que nunca había oído hablar. Teníamos todo lo que necesitábamos, pero… no era un “hogar”. Era un espacio para vi

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