Fui acosada por una mujer misteriosa

  • hace 5 años
Hola, ella es Karla. Quiere contarte una historia de la que le cuesta mucho hablar. Se trata de cómo un encuentro y una conversación pueden convertir tu vida en el caos.

¿Qué puede decir Karla de sí misma? Es una adolescente que vive en una gran ciudad. No tiene hermanos y solo habla con sus padres y amigos. Pero tiene muchos amigos. En una ciudad con millones de habitantes, solo podrías ser alguien solitario si realmente lo quisieras. A Karla no le gusta quedarse en casa, y después de la escuela siempre sale con amigos, sin importar adónde: en Central Park, en las cafeterías o en los centros comerciales. A ella le gusta salir y nunca ha tenido miedo de los lugares llenos de gente, incluso cuando era una niña.

En esa época, una vez se perdió en un centro comercial. Bueno, no estaba muy perdida, solo estaba siguiendo a un carrito de algodones de azúcar. Su mamá pasó mucho tiempo buscándola, y cuando finalmente encontró a Karla, lloró e incluso le gritó. Esa podría haber sido la única vez que sus padres han estado tan enojados con ella; por lo general son muy amables y tiernos. Pero ese día su madre se asustó mucho, pensó que su hija había sido secuestrada.

De ahí que ella es una adolescente común y corriente, y ahora probablemente estés pensando: ¿qué tipo de historia nos va a contar? En realidad es una historia sobre acoso y secuestro. Al menos, el secuestro de su serenidad.

¿Pero cómo podría explicar lo que sintió ese día? Ella estaba sentada en una cafetería con sus amigos, comiendo una porción gigantesca de nieve. ¡Y pues ella estaba siendo OBSERVADA! Miró detrás de sí y le llamó la atención una mujer de mediana edad. Tenía una cara amable, pero poco llamativa, ropa modesta y limpia, sin maquillaje ni joyas. Lo único que se notaba era su larga y anticuada trenza, una de sus amigas se rio de su ridículo peinado. En ese mismo momento, por alguna razón, Karla se sintió muy incómoda, pero se volvió hacia su nieve y lo olvidó todo por completo.

Pero poco después le recordaron lo que había pasado. Esta vez estaba sola sentada en su parque favorito, completamente absorta en la lectura de las aventuras de sus héroes favoritos, cuando de repente alzó la vista fuera de su libro. ¡Un banco cercano estaba ocupado por la misma mujer! Le seguía pareciendo discreta, pero reconoció la trenza enrollada alrededor de su cabeza. La mujer la miraba fijamente, pero cuando se dio cuenta de que Karla la había visto, parecía un poco avergonzada y pronto se fue, abruptamente.

Pero la situación seguía repitiéndose. Karla comenzó a notar esa CONDENADA trenza por doquier, ¡en las multitudes de gente que la rodeaban! O, ¿era solo su imaginación? Estaba confundida; no entendía cómo podía pasar esto, pero veía a esta mujer por todas partes, en el parque, en la cafetería, en el centro comercial, ¡e incluso caminando por las puertas de su escuela! ¡¿QUÉ DEBERÍA DE PENSAR?!

Y luego se asustó

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