Apesto y no Puedo hacer nada al Respecto

  • hace 5 años
★ Suscríbete a ASÍ ES LA VIDA: http://bit.ly/2rH5mEv

Él es Josías, y solo tiene unos minutos para contarte su historia, pero eso es más de lo que ha tenido antes. ¿Por qué? Porque él apesta. Literalmente. Josías es el tipo de persona que no querrías conocer en la vida real.

“Está bien, Josías, apestas, entonces, ¿cuál es el problema?”, dirás, “ve y toma una ducha”. Pero espera. La verdad es que Josías se ducha hasta 15 veces al día y aun así huele muy mal. Sí, suena imposible. Cuando aún era un niño pequeño, Josías recuerda que su madre lo bañaba y luego decía con afecto: "¿Quién es mi pequeño niño apestosito?". Puede parecer una frase linda y amorosa que en realidad no significa nada. Pero ella lo decía porque él tenía, y aún tiene, un olor desagradable que todos a su alrededor pueden sentir, todos excepto Josías.

Esto puede parecer un poco incoherente, pero Josías siente la necesidad de transmitirte su dolor y frustración. Antes de comenzar a ir a la escuela, su madre lo mantenía en casa la mayor parte del tiempo y no necesitaba socializar mucho. En realidad, no le molestaba cuando intentaba jugar con otros niños y ellos huían con caras de disgusto. Josías ni siquiera se daba cuenta de que él era la razón. Su madre era muy buena para disimular ese tipo de momentos, ella lo distraía o hacía comentarios alegres. Al mismo tiempo, ella lo llevaba constantemente a citas médicas, y él nunca se preguntó por qué. Josías se sentía bien, así que pensaba que eran solo chequeos regulares.

¡El punto es que Josías nunca había podido obtener un diagnóstico preciso! Su pobre madre lo había estado oliendo durante años, y todo lo que obtuvo fue: "Esto debe ser una peculiaridad individual, solo báñelo con regularidad y pasará". Pensaron que tal vez eran las hormonas, o quizás una infección por hongos, o bacterias, ¡pero nada, absolutamente nada! Su madre le enseñó a lavarse y usar desodorantes cada vez que tenía un minuto libre, y eso es lo que hizo. Pero lamentablemente no fue suficiente.

Josías llegó el primer día a la escuela sonriente y amistoso, pensando que haría amigos de inmediato. No entendió la reacción de los otros niños. Parecía vivir en una zona de exclusión dentro de la cual nadie pondría un pie. Y cuando trataba de acercarse a las personas, solo decían “¡Qué asco!", hacían cara de disgusto y huían. Es imposible explicarte lo frustrante que puede ser esto. Imagina que te encuentras en tal situación. Puedes ver cómo sería de doloroso, ¿verdad? Imagina que no entiendes la razón de su comportamiento. Josías no puede sentir el olor; ¡ni siquiera entiende lo horrible que es!

Para ayudarte a entender, lo que apesta es su sudor y también su aliento. Apesta a varias cosas desagradables, principalmente pescado podrido, pero puede variar. Si se queda quieto, no parece ser tan horrible. Pero imagina cómo es después de una clase de educación física e

Recomendada