Las fracturas y luxaciones del codo infantil

  • hace 10 años
Madrid, 16 sep (efesalud.com). La doctora Marta Guillén Vicente, de la Clínica CEMTRO, nos recibe en su despacho para vídeobloguear acerca de las fracturas y luxaciones que sufren los niños pequeños cuando practican deporte o cuando juegan en los parques infantiles, al caerse de un columpio o tropezar en el jardín, sobre todo durante los días soleados.

"Aunque los niños son adultos en pequeñito, las patologías traumáticas del codo, como las fracturas, y las no traumáticas, como las epitrocleitis -dolor tras un golpe en los tendones de la inserción de los músculos-, no son totalmente extrapolables", expone.

A estas edades, si practican ciertos deportes, es muy importante modificar los gestos o movimientos perniciosos para sus codos.

"Un niño en crecimiento tiene el codo más valgo, desviado, y según el movimiento repetitivo que realicen, ya sea por la técnica del deporte o por el tipo de juego, pueden sufrir una patología por sobrecarga; algo que es muy difícil de corregir en la etapa adulta", advierte.

Para la traumatóloga, es una etapa en la que el profesor de educación física, el entrenador o el preparador físico resultan determinantes: "La continuidad en un movimiento que desencadena la sobrecarga puede obligar a dejar la práctica deportiva en el futuro", sostiene.

Cuando un niño se rompe el codo no es frecuente la intervención quirúrgica, pero en las fracturas denominadas supracondileas -húmero distal- es importante descartar que no haya una patología neurovascular asociada.

"En estos casos, la cirugía intentará alinear las estructuras óseas para que los nervios o vasos sanguíneos no lleguen a causar el síndrome compartimental -afección que implica un aumento de la presión dentro de las fascias o tejidos que separan los músculos-. La fractura se reducirá en el quirófano y se sintetizará con agujas de Kirchner -para alinear- que hay que retirar en el futuro", explica.

A muchos padres les ha tocado en suerte enfrentarse al codo de niñera o pronación dolorosa.

Su retoño tiene alrededor de un año y sufre una dislocación parcial de la cabeza del radio al levantarlo por las manos cuando se va a caer, cuando se dispone a subir un escalón o simplemente cuando lo eleva por el aire para jugar a volar.

"Se produce una subluxación del codo por interposición de partes blandas. La lesión se resuelve con giros leves del brazo para que el tejido interpuesto vuelva a su posición. En ocasiones, se origina impotencia para la rotación y para la flexión del codo. Hay que tener en cuenta que el niño no se deja manipular por el dolor que siente", apunta.

Para la doctora Guillén "ser niño de por sí, ya es un deporte. Es complicado hablar del reposo de un niño porque el deporte es inherente a su actividad del día a día".

Y por este motivo debemos perseverar en la prevención de los accidentes al aire libre -nos recuerda-, ya que "es muy difícil que un niño se fracture el codo en la butaca de un cine".

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