Viento en la Pernía, montaña palentina, ventisca.

Estás imágenes nos quieren rescatar una realidad atemorizante sobre todo para aquellos pernianos que ya habían visto peligrar su casa o de plano desaparecer, bien sea por un incendio o por otra catástrofe. Cuando se desataban los vientos y azotaban su endeble casa, sobre todo el techo, hubo quien se cobijó en otra casa mientras amainaba la tempestad.

Cómo olvidar ese sonido fúnebre del viento chocando en las paredes del cementerio o en los árboles del mismo, en momentos tan tristes como cuando se estaba enterrando a un ser querido¡. O el aire frío de los días invernales que te martillaba la cara cuál cuchillas afiladas penetrándote hasta los huesos…¡.

Pero no hemos de olvidar la experiencia contraria, cuando el aire reconfortante y revitalizador, refrescaba en los veranos calurosos ahuyentando la latosa galbana.