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00:00Buenos días. Admitimos de entrada la superioridad del medio radio porque permite escuchar a los
00:05protagonistas sin desvirtuar el discurso con sus imágenes. En la radio más reciente,
00:10la semana pasada, escuché en esta emisora a una octogenaria que defendía la necesidad de
00:15una oficina bancaria en su ancladera. Manda narices que en un país civilizado se tenga
00:19que reivindicar esta evidencia, pero no sigamos por aquí. Al día siguiente atiendo a los argumentos
00:25de una caravanista por obligación. En otro momento nos fijaremos en sus razones. Hoy
00:29destacaremos la pureza de la expresión de ambas, la altura de miras de su discurso,
00:34incluso su capacidad de seducción oral. En efecto, son virtudes que antes recalaban
00:40en los líderes políticos, hoy ausentes. No es decir mucho, pero caravanistas y jubiladas
00:45sin banco dejan en ridículo a los balbuceantes gobernantes locales, por no hablar de los
00:50financieros que los exprimen sin solucionarles ni una ventanilla. Los desfavorecidos se expresan
00:57hoy de maravilla y en los discursos germinan las revoluciones. Convendría que los favorecidos
01:02empezaran a preocuparse.