• hace 2 semanas
Comenzar una comida con una ensalada puede mejorar significativamente el control glucémico y la saciedad, especialmente para aquellos con resistencia a la insulina o diabetes. 

Un estudio de Shukla y sus colaboradores (2018) analizó el impacto del orden de la ingesta de alimentos en pacientes prediabéticos. 

Los resultados mostraron que empezar la comida con verduras o proteínas, antes de los carbohidratos, da lugar a picos más bajos de glucosa e insulina. 

Cuando empezamos con ensalada, rica en fibra, se retrasa el vaciado gástrico, favoreciendo una mayor sensación de saciedad y ayudando a controlar la ingesta de alimentos.

Esto se debe a que la digestión de los hidratos de carbono comienza rápidamente en la boca, elevando los niveles de glucosa e insulina, lo que puede provocar una sensación de hambre más rápida. 

En cambio, la fibra y las proteínas, presentes en verduras y legumbres, liberan la glucosa más lentamente, manteniendo estables los niveles de insulina.

Para controlar mejor la glucemia y perder peso, recomendamos empezar la comida y la cena con una ensalada o una sopa de verduras, seguidas de proteínas e hidratos de carbono. 

Una buena regla general es componer la mitad del plato con verduras, ¼ con proteínas y ¼ con hidratos de carbono complejos, como arroz integral o quinoa. 

En el desayuno, combina hidratos de carbono con proteínas o grasas buenas, como avena con yogur o tapioca con huevo.

Estos pequeños cambios en los hábitos alimentarios ayudan a mantener equilibrada la glucemia y favorecen una dieta más sana y nutritiva.
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