Xavier Vidal-Folch reflexiona sobre la decisión del Tribunal Supremo, que investiga al fiscal general del Estado Álvaro García Ortiz por revelación de secretos.
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00:00El Supremo imputa al Fiscal General del Estado.
00:03Suena fuerte,
00:05pero los detalles son claves.
00:06No le investiga por revelar en una nota pública secretos sobre el novio de
00:11Isabel Díaz Ayuso,
00:12un delincuente confeso.
00:14Este pretendía exactamente eso
00:17y por eso se querelló contra el fiscal.
00:20Pero el Supremo ha dicho que no hay revelación de secretos en su nota
00:24oficial.
00:25Es más,
00:26valida que Álvaro García Ortiz,
00:28el fiscal general, la emitiese desmintiendo el bulo del gabinete de
00:32Ayuso, según el cual
00:34era la fiscalía quien ofreció un pacto al corrupto
00:38y no éste
00:39quien imploró al Ministerio Público
00:42ese pacto.
00:43Los magistrados lo dicen clarito,
00:46pero no lo verán en muchos titulares.
00:48Aparentemente no hay información
00:51en esa nota
00:52indebidamente revelada, dicen.
00:54¿Por qué?
00:56Porque no había secreto ninguno,
00:58pues ya antes de publicarse la nota, el gabinete Ayuso había desvelado el
01:02pacto existente entre el criminal y la fiscalía
01:06por el que se reducía la petición de pena,
01:09aunque claro,
01:10en orden inverso al real,
01:13y porque además algunos periódicos habían reproducido los correos entre
01:17ambas partes, esta vez correctos,
01:19con detalle.
01:21La imputación del Supremo a García Ortiz es para investigar
01:24quién filtró
01:26esos correos antes de hacerse pública la nota.
01:30Resulta que hay una docena de personas que habían tenido
01:33acceso a esta información, por lo menos,
01:36o sea,
01:37que es inútil precipitarse,
01:40insultar,
01:41escandalizarse
01:42o condenar antes de saber.
01:45Lo mejor
01:46siempre es la verdad,
01:47aunque a veces
01:49no se obtenga en cinco minutos.