Alfonso Rojo: “La corrupción del PSOE salpica a Sánchez, a 7 ministros y hasta a la Guardia Civil”
La corrupción del PSOE llega hasta la cabeza y tiene más patas que un pulpo.
En total, entre el ‘Begoñagate’ del juez Peinado y las tramas que investiga el magistrado Ismael Moreno en la Audiencia Nacional, aparecen chapoteando en el fango siete ministerios y varias empresas públicas.
Un tercio del faraónico Consejo de Ministros de Sánchez esta pringado hasta loas cejas.
Los audios son dignos de ‘Los Soprano’, ‘El Padrino’ o cualquier película de La Mafia: “Llevamos a Ferraz 90.000 euros en una bolsa de plástico dentro de una bolsa de cartón”; ‘El Gomina’ no es trigo limpio”…
Ferraz, como todos ustedes saben, en la sede-puticlub que el PSOE tiene en Madrid.
Y el ‘Gomina’ era Aldama, el que estaba en Barajas la noche que la chavista Delcy le pasó a Ábalos 40 maletas, el que se reunió 7 veces con Begoña, el ‘perejil’ de todas las salsas.
Duele ver a mandos de la Guardia Civil pringados en el mangoneo, facilitando a los corruptos teléfonos seguros, cobrando mordidas y dando soplos, pero eso es una constante cuando están en el poder los socialistas.
En tiempos de Felipe González tuvimos a Roldán, robando hasta los fondos de los huérfanos de la Benemérita; después sufrimos a una directora cuyo consorte se lo llevaba en pisos y ahora aparece uno muy sociata, que daba ‘soplos’.
Con el inefable Zapatero padecimos el ‘Caso Faisán’: un chivatazo desde el Ministerio de Interior a un terrorista de la red de extorsión de ETA, a quien se alertó de una inminente redada, para que se diera a la fuga.
Con Sánchez tenemos ya el ‘Caso Pollo’: un informe de la UCO revela que era Leonardo Marcos, siendo director general de la Benemérita, quien filtraba a Koldo y sus cuatreros qué teléfonos tenían pinchados sus agentes.
Lo cuenta el propio hombre de confianza de Ábalos, quien por cierto fue uno de los beneficiarios de los 100 móviles ‘indetectables’, que repartieron los ‘picoletos’ pringados entre sus amigotes de la trama de las mascarillas.
Marcos fue designado director de la Benemérita por el propio Sánchez, en junio de 2023 y cesó en su cargo en septiembre de 2024 alegando ‘cuestiones personales’.
Ya sabemos cuáles eran las ‘cuestiones personales’: su sorprendente marcha se produjo justo cuando la UCO empezó a elaborar el informe que lo incrimina.
¿Actuó Marcos por propia iniciativa o el chivatazo a Koldo fue por mandato de sus superiores?
Los superiores del paisano eran Marlaska y Sánchez y entre lo que preguntaron a sus cómplices en la Guardia Civil fue si a este último -‘al Jefe’- también se le había incluido en las vigilancias de la UCO.
Txapote se comerá el turrón y brindará con champán esta Nochevieja en su casa, gracias a Sánchez; y el marido de Begoña pasará la Navidad en La Moncloa, gracias al asesino de Miguel Angel Blanco.
Todo huele que apesta.
En total, entre el ‘Begoñagate’ del juez Peinado y las tramas que investiga el magistrado Ismael Moreno en la Audiencia Nacional, aparecen chapoteando en el fango siete ministerios y varias empresas públicas.
Un tercio del faraónico Consejo de Ministros de Sánchez esta pringado hasta loas cejas.
Los audios son dignos de ‘Los Soprano’, ‘El Padrino’ o cualquier película de La Mafia: “Llevamos a Ferraz 90.000 euros en una bolsa de plástico dentro de una bolsa de cartón”; ‘El Gomina’ no es trigo limpio”…
Ferraz, como todos ustedes saben, en la sede-puticlub que el PSOE tiene en Madrid.
Y el ‘Gomina’ era Aldama, el que estaba en Barajas la noche que la chavista Delcy le pasó a Ábalos 40 maletas, el que se reunió 7 veces con Begoña, el ‘perejil’ de todas las salsas.
Duele ver a mandos de la Guardia Civil pringados en el mangoneo, facilitando a los corruptos teléfonos seguros, cobrando mordidas y dando soplos, pero eso es una constante cuando están en el poder los socialistas.
En tiempos de Felipe González tuvimos a Roldán, robando hasta los fondos de los huérfanos de la Benemérita; después sufrimos a una directora cuyo consorte se lo llevaba en pisos y ahora aparece uno muy sociata, que daba ‘soplos’.
Con el inefable Zapatero padecimos el ‘Caso Faisán’: un chivatazo desde el Ministerio de Interior a un terrorista de la red de extorsión de ETA, a quien se alertó de una inminente redada, para que se diera a la fuga.
Con Sánchez tenemos ya el ‘Caso Pollo’: un informe de la UCO revela que era Leonardo Marcos, siendo director general de la Benemérita, quien filtraba a Koldo y sus cuatreros qué teléfonos tenían pinchados sus agentes.
Lo cuenta el propio hombre de confianza de Ábalos, quien por cierto fue uno de los beneficiarios de los 100 móviles ‘indetectables’, que repartieron los ‘picoletos’ pringados entre sus amigotes de la trama de las mascarillas.
Marcos fue designado director de la Benemérita por el propio Sánchez, en junio de 2023 y cesó en su cargo en septiembre de 2024 alegando ‘cuestiones personales’.
Ya sabemos cuáles eran las ‘cuestiones personales’: su sorprendente marcha se produjo justo cuando la UCO empezó a elaborar el informe que lo incrimina.
¿Actuó Marcos por propia iniciativa o el chivatazo a Koldo fue por mandato de sus superiores?
Los superiores del paisano eran Marlaska y Sánchez y entre lo que preguntaron a sus cómplices en la Guardia Civil fue si a este último -‘al Jefe’- también se le había incluido en las vigilancias de la UCO.
Txapote se comerá el turrón y brindará con champán esta Nochevieja en su casa, gracias a Sánchez; y el marido de Begoña pasará la Navidad en La Moncloa, gracias al asesino de Miguel Angel Blanco.
Todo huele que apesta.
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