Hemos pillado a Sánchez mintiendo como un bellaco.
Habrá entre ustedes algunos que se encogerán de hombros y enarcando las cejas soltarán un receloso ‘¿y que’?
Por supuesto que hay hueco para los escépticos, porque no hay día que no pesquemos al marido de Begoña con el pantalón a media asta, pero es que esta vez es gordo.
El muy caradura estaba perfectamente al tanto de que el juez había imputado a su mujer por tráfico de influencias y corrupción, cuando subió a Twitter su lacrimógena carta y se retiró cinco días a reflexionar a un cuarto de baño de La Moncloa.
Y mientras se choteaba de sus súbditos y compinches, amagando en falso con irse y dejarlos tirados sin amnistía ni chupetines, montó dos crisis internacionales de cojón de mico, para intentar tapar los apaños de la parienta, mientras amenazaba a jueces y periodistas no adictos.
Begoña, a quien la Universidad Complutense ha dado la dirección de una cátedra sin ser siquiera licenciada, está imputada desde hace hace mes y medio por actividades y chapuzas que nunca debió perpetrar y que en cualquier democracia hubieran provocado ipso facto la caída política del consorte consentidor.
Este impostor, jefe del partido más putero, corrupto y ovino de Occidente, miente al por mayor, pacta con terroristas, cambia el Código Penal al dictado de alguno de los delincuentes que le ayudan a seguir en La Moncloa y ahora aprueba una amnistía infame para comprar siete votos, ha hecho de la división social su bandera.
Y del fango, porque ya me dirán ustedes si nos es cenagoso que su mujer presionara a Telefónica, Google e Indra para que le crearan gratis un software para su Máster.
Como es chapotear en el barro que, imputada por sus sospechosas prácticas, tenga el cuajo de personarse en la Complutense a impartir ¡lecciones de reputación empresarial!
Y un lodazal me parece que Ábalos, ese ex ministro de Sánchez que sale por la tardes pavoneándose con Risto en televisión, estuviera desde el inicio en coordinación con Koldo y al tanto de la trama corrupta, como acaba de desvelar la UCO.
Como habrá sido de sucia la cosa que Álvaro Sánchez, jefe de Puertos del Estado y conocido como ‘Alvarito’ en el argot de los mangantes de ‘Soluciones de Gestión’ a los que compró con nuestro dinero 20 millones en mascarillas, le decía a su segunda tras firmar la tropelía: "Después de esto, gestionaremos el Cártel de Cali”.
Todo en Sánchez, en el PSOE y en esta izquierda inicua que padecemos, incluidos El País, la SER y esos periodistas de la ‘Brunete Pedrete’ que ocultan o justifican la corrupción, es fango.
Habrá entre ustedes algunos que se encogerán de hombros y enarcando las cejas soltarán un receloso ‘¿y que’?
Por supuesto que hay hueco para los escépticos, porque no hay día que no pesquemos al marido de Begoña con el pantalón a media asta, pero es que esta vez es gordo.
El muy caradura estaba perfectamente al tanto de que el juez había imputado a su mujer por tráfico de influencias y corrupción, cuando subió a Twitter su lacrimógena carta y se retiró cinco días a reflexionar a un cuarto de baño de La Moncloa.
Y mientras se choteaba de sus súbditos y compinches, amagando en falso con irse y dejarlos tirados sin amnistía ni chupetines, montó dos crisis internacionales de cojón de mico, para intentar tapar los apaños de la parienta, mientras amenazaba a jueces y periodistas no adictos.
Begoña, a quien la Universidad Complutense ha dado la dirección de una cátedra sin ser siquiera licenciada, está imputada desde hace hace mes y medio por actividades y chapuzas que nunca debió perpetrar y que en cualquier democracia hubieran provocado ipso facto la caída política del consorte consentidor.
Este impostor, jefe del partido más putero, corrupto y ovino de Occidente, miente al por mayor, pacta con terroristas, cambia el Código Penal al dictado de alguno de los delincuentes que le ayudan a seguir en La Moncloa y ahora aprueba una amnistía infame para comprar siete votos, ha hecho de la división social su bandera.
Y del fango, porque ya me dirán ustedes si nos es cenagoso que su mujer presionara a Telefónica, Google e Indra para que le crearan gratis un software para su Máster.
Como es chapotear en el barro que, imputada por sus sospechosas prácticas, tenga el cuajo de personarse en la Complutense a impartir ¡lecciones de reputación empresarial!
Y un lodazal me parece que Ábalos, ese ex ministro de Sánchez que sale por la tardes pavoneándose con Risto en televisión, estuviera desde el inicio en coordinación con Koldo y al tanto de la trama corrupta, como acaba de desvelar la UCO.
Como habrá sido de sucia la cosa que Álvaro Sánchez, jefe de Puertos del Estado y conocido como ‘Alvarito’ en el argot de los mangantes de ‘Soluciones de Gestión’ a los que compró con nuestro dinero 20 millones en mascarillas, le decía a su segunda tras firmar la tropelía: "Después de esto, gestionaremos el Cártel de Cali”.
Todo en Sánchez, en el PSOE y en esta izquierda inicua que padecemos, incluidos El País, la SER y esos periodistas de la ‘Brunete Pedrete’ que ocultan o justifican la corrupción, es fango.
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