• hace 3 meses
La toma panorámica muestra un paisaje montañoso y árido, pura estepa teñida por las primeras luces del amanecer. Siguiendo la idea visual de ir de lo general a lo particular para situar al espectador en el contexto geográfico, la cámara “baja” al ras de la tierra y detiene su movimiento horizontal en un rancho hecho de troncos, barro y chapa donde un hombre mira a su mujer embarazada durmiendo. Los modos, el estilo y la iconografía de esta secuencia introductoria –virtuosa y de notable factura técnica, como el resto de la película– son indisociables del western: allí están el carácter ínfimo del ser humano al lado de la inmensidad de la naturaleza, la lejanía de lo urbano, el aislamiento hecho norma y un hombre curtido y barbado con indudable pinta de forajido y cuyo silencio parece decir mucho más que mil palabras, entre otros elementos propios del género de las espuelas.

De esa tradición tan cara al cine estadounidense –y, por qué no, al de todo el mundo– se nutre buena parte del ideario de los directores y guionistas Andrés Tambornino (uno de los responsables de El descanso, de 2002, que vuelve a la silla plegable luego de años de dedicación exclusiva a la edición) y Alejandro Gruz en Hombre muerto. Pero no es un western como los clásicos, esos que transitaban la mitificación civilizatoria enfrentando al héroe de turno con la “barbarie” del lejano oeste, sino uno que transcurre en un pequeño pueblo del noroeste de la Argentina –el rodaje fue en la provincia de La Rioja– en la década de 1980 y sigue a un hombre que, se verá, de heroico tiene poco y nada.
Transcripción
00:00Desde el momento en el que decidieron que mi muerte cambiaría todas sus vidas, el precio
00:10de mi vida es igual a la suma de todas las suyas.
00:13¿Usted no se iba a ir en el tren?
00:16¡Un brindis para el corteño!
00:19¡Salud!
00:20¡Salud!
00:21No estoy buscando trabajo.
00:22Tenía bien pago.
00:23No sirvo para tener patrón.
00:25¿Sabes cuánto vale un trabajo en un lugar en el que nadie tiene trabajo?
00:31Nada.
00:36Me imagino que aceptaste el trabajo.
00:38¡No me tome por idiota, Almeida!
00:39¿De qué se trata ese trabajo?
00:41Estamos tranquilos entonces.
00:43¿Volvís a tener crédito o qué?
00:45Hablando de milagros.
00:46¿Agarraste el trabajo?
00:47Lo felicito por haber aceptado el trabajo.
00:49Agarraste, ¿no?
00:51¿En qué crees que están pensando?
00:53¿En Dios?
00:55Aunque no nos miren, están pensando en nosotros.
00:57Y lo que van a hablar cuando vuelvan.
01:05Sin nadie a quien culpar por su desgracia, la gente sería mejor persona.
01:11Probablemente.
01:14Pero el mundo no funciona así.
01:16Tiene reglas.
01:18Y usted elige si juega con esas reglas
01:21o se queda afuera.
01:24Pero el juego un día termina.

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