"Inversores chinos buscan piso en esta zona. Oferta y firma en sólo 15 días. Rápido y fácil". Este escueto mensaje escrito en una cuartilla de papel lleva años circulando por Madrid. Está en los buzones de muchas viviendas, en los parabrisas de los coches o pegado en las farolas de barrios como Campamento, Aluche o San Fermín.
Se trata de una campaña publicitaria impulsada por Bafre Inmobiliaria, empresa de origen chino que gestiona la venta y alquiler de viviendas de segunda mano, y comercializa obra nueva en la Comunidad de Madrid. Fue fundada por la familia de Long Fang Hu, el actual CEO, en 2004. La base de operaciones estaba (y aún hoy se mantiene) en el barrio de Usera, el Chinatown madrileño. Por aquel entonces, la mayoría de sus clientes formaba parte de la comunidad china no residente en el país.
"Cuando comenzamos había una gran barrera con el idioma. Las personas de China que querían comprar pisos en barrios humildes de la ciudad se encontraban con muchos problemas, ya que no podían comunicarse con los propietarios para ver las casas, tampoco para negociar el precio ni tramitar toda la documentación de la compraventa. Nosotros les ayudamos con eso y también a negociar con los bancos", explica Long Fang Hu. Este empresario de 32 años empezó a trabajar en la empresa familiar como comercial en 2010, en plena crisis del ladrillo, y dos años después compró la compañía a su hermano. Fue entonces cuando comenzó el proceso de expansión hacia el mercado nacional.
Se trata de una campaña publicitaria impulsada por Bafre Inmobiliaria, empresa de origen chino que gestiona la venta y alquiler de viviendas de segunda mano, y comercializa obra nueva en la Comunidad de Madrid. Fue fundada por la familia de Long Fang Hu, el actual CEO, en 2004. La base de operaciones estaba (y aún hoy se mantiene) en el barrio de Usera, el Chinatown madrileño. Por aquel entonces, la mayoría de sus clientes formaba parte de la comunidad china no residente en el país.
"Cuando comenzamos había una gran barrera con el idioma. Las personas de China que querían comprar pisos en barrios humildes de la ciudad se encontraban con muchos problemas, ya que no podían comunicarse con los propietarios para ver las casas, tampoco para negociar el precio ni tramitar toda la documentación de la compraventa. Nosotros les ayudamos con eso y también a negociar con los bancos", explica Long Fang Hu. Este empresario de 32 años empezó a trabajar en la empresa familiar como comercial en 2010, en plena crisis del ladrillo, y dos años después compró la compañía a su hermano. Fue entonces cuando comenzó el proceso de expansión hacia el mercado nacional.
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