Alfonso Rojo: La corrupción del PSOE, la doble vara de medir de los periodistas y la desvergüenza del progre
- hace 2 años
No tienen vergüenza. Ni medida. Ni sentido del ridículo.
¿Ya han adivinado de quién hablo?
Pues del PSOE y sus compinches.
Y ahí los tienes, clamando contra la corrupción en Andalucía, después de haber mangado 680 millones con los EREs o pidiendo la ilegalización de la prostitución, tras gastarse fondos europeos, destinados a obreros y empresarios, en putas y cocaína.
No se ponen ni colorados. Y sale Errejón, el de la ‘beca black’, exigiendo al Rey Juan Carlos que de explicaciones o aparece en televisión Garzón, el vago anti-vacas que se hartó de solomillo en su boda y se forra de jamón pata negra a cuenta nuestra, tildando de ladrón al viejo monarca.
Podría citar un centenar de casos de esta mezcla de gilipollez y perversión moral, pero voy a centrarme en el socialista Ximo Puig, cofrade de la catalanista Mónica Oltra, quien a un año de las elecciones autonómicas valencianas va a ser imputada por tapar los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada.
Imaginen por un momento que el hermano de Isabel Díaz Ayuso, hubiera recibido de la presidenta madrileña suculentas subvenciones y, una vez pillado, para intentar irse de rositas, cargara contra su pariente por no haberle advertido de que no se debía tangar.
Bueno… Pues eso ha hecho el hermano de Ximo Puig. El tipo, que untó de forma obscena al Gobierno PSOE-Compromis, se escuda en que la culpa la tienen los funcionarios de su pariente, porque no le advirtieron de que no se podían duplicar facturas ni inflar los gastos.
El desahogo del hermano de Puig sólo es comparable al de la Generalitat valenciana, que dio por buenas sus facturas fraudulentas.
Y vamos a la doble vara de medir del periodista.
A Ayuso, los progres que pueblan el periodismo y la política nacional le montaron una infame campaña, porque la Comunidad de Madrid, sin estar ella al tanto, firmó un contrato de compra de mascarillas con una empresa vinculada a su hermano, quien se llevó 50.000 euros en comisiones.
El hermano de Puig ha trincado irregularmente millones, sabiéndolo el presidente socialista, y El País, la Cadena SER, LaSexta, RTVE y los tertulianos de la ‘Brunete Pedrete’ todavía no parecen haberse enterado.
Mentiría si digo que me indigna la hipocresía de estos hipócritas, porque lo que me da es mucha risa.
¿Ya han adivinado de quién hablo?
Pues del PSOE y sus compinches.
Y ahí los tienes, clamando contra la corrupción en Andalucía, después de haber mangado 680 millones con los EREs o pidiendo la ilegalización de la prostitución, tras gastarse fondos europeos, destinados a obreros y empresarios, en putas y cocaína.
No se ponen ni colorados. Y sale Errejón, el de la ‘beca black’, exigiendo al Rey Juan Carlos que de explicaciones o aparece en televisión Garzón, el vago anti-vacas que se hartó de solomillo en su boda y se forra de jamón pata negra a cuenta nuestra, tildando de ladrón al viejo monarca.
Podría citar un centenar de casos de esta mezcla de gilipollez y perversión moral, pero voy a centrarme en el socialista Ximo Puig, cofrade de la catalanista Mónica Oltra, quien a un año de las elecciones autonómicas valencianas va a ser imputada por tapar los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada.
Imaginen por un momento que el hermano de Isabel Díaz Ayuso, hubiera recibido de la presidenta madrileña suculentas subvenciones y, una vez pillado, para intentar irse de rositas, cargara contra su pariente por no haberle advertido de que no se debía tangar.
Bueno… Pues eso ha hecho el hermano de Ximo Puig. El tipo, que untó de forma obscena al Gobierno PSOE-Compromis, se escuda en que la culpa la tienen los funcionarios de su pariente, porque no le advirtieron de que no se podían duplicar facturas ni inflar los gastos.
El desahogo del hermano de Puig sólo es comparable al de la Generalitat valenciana, que dio por buenas sus facturas fraudulentas.
Y vamos a la doble vara de medir del periodista.
A Ayuso, los progres que pueblan el periodismo y la política nacional le montaron una infame campaña, porque la Comunidad de Madrid, sin estar ella al tanto, firmó un contrato de compra de mascarillas con una empresa vinculada a su hermano, quien se llevó 50.000 euros en comisiones.
El hermano de Puig ha trincado irregularmente millones, sabiéndolo el presidente socialista, y El País, la Cadena SER, LaSexta, RTVE y los tertulianos de la ‘Brunete Pedrete’ todavía no parecen haberse enterado.
Mentiría si digo que me indigna la hipocresía de estos hipócritas, porque lo que me da es mucha risa.