• hace 5 años
★ Suscríbete a ASÍ ES LA VIDA: http://bit.ly/2rH5mEv

El nombre de esta chica es Christine, y tiene una historia muy compleja que contar. La cuestión es que sus padres son un poco tradicionales en cuanto a criar a las niñas, y su relato es sobre cómo ella tuvo dificultades para luchar contra eso.

Christine vive junto con sus padres y su hermano mayor, Ed. Él es solo un par de años mayor que ella, y ahora ambos son adolescentes. Sus padres tienen un enfoque tradicional de los valores familiares: un hombre es el jefe de la familia, el sostén, y se supone que la mujer lo obedece. Ella respeta las elecciones que sus padres han hecho en la vida. Pero, desafortunadamente, se convirtió en un gran problema cuando se trató de criar a sus hijos.

Ed y Christine ciertamente no se odian. Él es un hermano muy bueno y cariñoso, y ella lo ama mucho. Pero también lo envidia. El punto es que, desde su primera infancia, sus padres siempre han sido estrictos con Christine. Se suponía que debía tener un día bien programado: estudios diligentes, tareas domésticas, un par de horas con una niña aprobada, jugando con muñecas bajo la atenta mirada de sus padres y en el hogar a más tardar a las 7 p. m. ¡Todo suena bien hasta que comparas esta rutina con la de Ed, quien podía hacer lo que quisiera con quien quisiera en cualquier momento del día!

Christine realmente no podía entender cuál era la diferencia drástica entre ella y Ed. Bueno, él era un chico y era un par de años mayor, pero básicamente tenían las mismas necesidades: relajarse y, a veces, desobedecer. Sin embargo, la vida no era tan simple. Tomemos las tareas domésticas, por ejemplo. Ed podía descansar cuando quisiera, mientras que Christine tenía que hacer los quehaceres todos los días, incluso si estaba cansada o no estaba de humor. Cuando Ed comía algo, su mamá la llamaba a lavar sus platos. "Disculpa, ¿por qué no puede hacerlo él? Estos son SUS platos". Su madre respondía: "Es un chico y no necesita hacer nada en casa, es nuestro deber".

¿QUÉ? Christine ya sabía sobre la idea de la igualdad social, y Ed en realidad no se oponía a lavar sus platos él solo, pero su madre insistía. ¿Qué se suponía que iba a hacer ella? Por supuesto, hay muchos otros casos en los que tiene pruebas de una comprensión diferente de lo que los niños y las niñas podían y no podían hacer. Ed tenía muchos amigos, hombres, mujeres y… bueno, él vivía la vida normal de un adolescente sin ninguna limitación. Podía volver a casa cuando quisiera y su padre solo le preguntaba cómo había ido la noche.

Por eso, Christine creció con un fuerte sentido de la justicia y la igualdad. Ella no quiere quejarse demasiado de sus padres, son muy afectuosos con ella y puede confiarles su vida. Sin embargo, lo que mejor sabe es que para ella es crucial no apoyar los mismos valores que le han pasado, incluso si se siente triste por decirlo. Mientras crecía, sentía que vivía en una jaul

Recomendada