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Madrid, 03 may (efesalud.com). El doctor Carlos Macaya Miguel, jefe del servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, y el cardiólogo Julián Pérez-Villacastín, nos explican en este vídeoblog para qué sirven los catéteres cardíacos con los que se diagnostican y tratan múltiples patologías cardiovasculares, como la ateroesclerosis y la fibrilación auricular paroxística o persistente.

En medicina existen muchos tipos de catéteres, tubos de plástico huecos, de grosores y largos dispares, que se introducen en los tejidos y venas con el fin de inyectar fármacos, alimentar a los pacientes, drenar líquidos o acceder a zonas del cuerpo sin necesidad de una cirugía.

El cateterismo cardíaco evidencia enfermedades del sistema cardiovascular y suma capacidades curativas al aprovechar la vía abierta en el paciente, ya sea a través de una arteria radial del antebrazo o a través de una arteria femoral en la zona inguinal de la pierna.

En una sala de hemodinámica, donde se practica la coronariografía y se monitoriza todo el procedimiento, el catéter se guía hasta las arterias coronarias o por el interior del corazón para observar enfermedades recurrentes o posibles cardiopatías.

"Para revisar el sistema cardiovascular se inyecta un contraste -solución de yodo-. Se visualiza el recorrido del flujo sanguíneo y se determina si existe obstrucción coronaria, normalmente ateroesclerosis, patología que suele avisar con angina de pecho antes de causar infarto agudo de miocardio", señala el doctor Macaya.

El cardiólogo aprovecha este cateterismo para tratar la patología.

"Se introduce otro catéter más fino que lleva una especie de balón hinchable en su extremo distal. Su grosor dependerá de la arteria del paciente que se pretende dilatar. Con el globo inflado se consigue abrir el vaso (angioplastia). En ocasiones es necesario colocar un stent (malla metálica o de material reabsorbible) para optimizar el resultado final a largo plazo", dice.

Para mostrar el tipo de catéteres que se emplean a la hora de solucionar arritmias cardíacas, sobre todo la fibrilación auricular (FA), el doctor Carlos Macaya vuelve a entrevistar a su colega Julián Pérez-Villacastín Domínguez, director de la Unidad de Arritmias del mismo hospital.

Cabe recordar que el 80% de las arritmias cardíacas en personas con 40, 50 o 60 años de edad se solucionan con ablación eléctrica y crioablación.

Los catéteres para tratamientos antiarrítmicos, al ser más gruesos, solo se introducen a través de las arterias femorales. Y tampoco ocasionan daños o cicatrices.

Nuestro cardioperiodista se interesa por su eficacia diagnóstica y terapéutica.

"Una vez localizado el lugar exacto del corazón donde se produce la arritmia, se emplea un catéter que dispone de un electrodo en su extremo distal. Se calienta por efecto de la radiofrecuencia y se destruye la zona de tejido donde se genera la disfunción", explica el doctor Pérez-Villacastín.

También se emplean catéteres que congelan el tejido arrítmico para anularlo.

"Este catéter tiene en su extremo distal un balón hinchable que consigue aislar las venas pulmonares del resto de la aurícula. El balón se congela a -70º y daña el tejido arrítmico. Ese es nuestro objetivo, hacer un aislamiento eléctrico de esas venas pulmonares", destaca.

Ambos procedimientos se visionan a través de un ecocardiograma intracardíaco que ayuda a ver la exactitud de la operación.

¿Qué sienten los pacientes a los que se les está quemando una pequeñísima zona de tejido cardíaco?, pregunta Macaya.

"Nada. Usamos anestesia general para que el paciente no sufra y se despierte de la operación con una sensación de bienestar. El procedimiento dura varias horas, según los casos. Primero tenemos que identificar el área del corazón afectada por la arritmia y luego quemarla o congelarla", resalta Pérez-Villacastín.

¿Y cuánto tiempo debe estar ingresado el paciente después de la intervención?

"En el caso de la fibrilación auricular, el paciente estaría en el quirófano un máximo de tres horas, y una o dos noches ingresado bajo observación; después del alta ya puede realizar una vida normal que incluye paseos sin grandes esfuerzos", apunta.

Por encima de los 70 años, una de cada diez personas puede padecer fibrilación auricular. El estudio OFRECE indica que la FA afecta a un millón de personas solo en España, 90.000 sin diagnosticar.

"El cateterismo cardíaco es absolutamente seguro y eficaz para solucionar enfermedades cardiovasculares", concluye el doctor Carlos Macaya.

Y como siempre es mejor prevenir que curar, debemos evitar el sobrepeso y la diabetes. "Hay que controlar la hipertensión como principal factor de riesgo de la Fibrilación Auricular", aconseja la Sociedad Española del Corazón.

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