Hace 30 días, la nube de la muerte cada vez era más grande en Siria. Su destino negro, incierto, sin esperanza, y sin rumbo. Hace 30 días, ese derrotero de sangre parece haber cambiado.
Hace 30 días se declaró una tregua que para ese entonces parecería ser de papel. Rusia y Estados Unidos se llamaron por teléfono y se pusieron de acuerdo para convencer a sus aliados a que dejaran de dispararse. Se cumple así, un mes de la tregua con resultados mejores que la muerte que carcomía a Siria.
Hace unas horas la ciudad de Palmira fue ya rescatada por el Ejército del Gobierno sirio, y como esa localidad, muchas más a lo largo de las últimas semanas. Los terroristas pierden terreno.
Y es que la tregua es entre los opositores, rebeldes armados y el Ejército gubernamental, nada más, lo que permite concentrar todo el fuego, de todos, contra todos los terroristas: el grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe) y la banda terrorista Frente Al-Nusra, los principales grupos.
La tregua era lo menos que se podía y debía hacer, basta ver la devastación: para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son más de 255 mil muertos, en otros reportes, es más de medio millón. Y el número de "sin casa" es trágico, más de 11 millones que abandonaron su hogar y 4 millones el país.
La mitad de esa nación árabe está en ruinas, su infraestructura, derruida en más del 50 por ciento. No obstante, Rusia y EE.UU., a pesar de las violaciones registradas en el alto al fuego, están satisfechos con la tregua y hablan ya de unir fuerzas para apoyar la transición política pacífica, que es ahí donde hay problemas.
Aunque continúan los diálogos de paz en la ciudad suiza de Ginebra para que opositores y el Gobierno sirio alcancen un acuerdo, el acuerdo se ve lejos porque los opositores y quien los apoya, como EE.UU., siguen insistiendo que para que se arreglen las cosas el presidente de Siria, Bashar al-Asad, tiene que caer, abandonar el poder.
El Gobierno contesta que eso jamás, porque tiene que decidirlo el pueblo. Esa es quizá la ecuación más importante de despejar, es la pregunta obligada que sigue abierta y que abre la posibilidad del regreso al caos: y qué pasa si opositores, quienes están armados y en tregua, no llegan a ningún acuerdo con el Gobierno sirio, entonces... ¿hasta cuándo durará la frágil tregua que se vive, que está evitando miles de muertes?
Hace 30 días se declaró una tregua que para ese entonces parecería ser de papel. Rusia y Estados Unidos se llamaron por teléfono y se pusieron de acuerdo para convencer a sus aliados a que dejaran de dispararse. Se cumple así, un mes de la tregua con resultados mejores que la muerte que carcomía a Siria.
Hace unas horas la ciudad de Palmira fue ya rescatada por el Ejército del Gobierno sirio, y como esa localidad, muchas más a lo largo de las últimas semanas. Los terroristas pierden terreno.
Y es que la tregua es entre los opositores, rebeldes armados y el Ejército gubernamental, nada más, lo que permite concentrar todo el fuego, de todos, contra todos los terroristas: el grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe) y la banda terrorista Frente Al-Nusra, los principales grupos.
La tregua era lo menos que se podía y debía hacer, basta ver la devastación: para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son más de 255 mil muertos, en otros reportes, es más de medio millón. Y el número de "sin casa" es trágico, más de 11 millones que abandonaron su hogar y 4 millones el país.
La mitad de esa nación árabe está en ruinas, su infraestructura, derruida en más del 50 por ciento. No obstante, Rusia y EE.UU., a pesar de las violaciones registradas en el alto al fuego, están satisfechos con la tregua y hablan ya de unir fuerzas para apoyar la transición política pacífica, que es ahí donde hay problemas.
Aunque continúan los diálogos de paz en la ciudad suiza de Ginebra para que opositores y el Gobierno sirio alcancen un acuerdo, el acuerdo se ve lejos porque los opositores y quien los apoya, como EE.UU., siguen insistiendo que para que se arreglen las cosas el presidente de Siria, Bashar al-Asad, tiene que caer, abandonar el poder.
El Gobierno contesta que eso jamás, porque tiene que decidirlo el pueblo. Esa es quizá la ecuación más importante de despejar, es la pregunta obligada que sigue abierta y que abre la posibilidad del regreso al caos: y qué pasa si opositores, quienes están armados y en tregua, no llegan a ningún acuerdo con el Gobierno sirio, entonces... ¿hasta cuándo durará la frágil tregua que se vive, que está evitando miles de muertes?
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