La obesidad de las arterias

  • hace 9 años
Madrid, 25 mar (efesalud.com). El doctor Carlos Macaya Miguel, jefe de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, nos convoca en uno de los quirófanos de hemodinamia para mostrarnos el estrangulamiento progresivo de la circulación sanguínea cuando el colesterol "malo" se acumula entre el endotelio y las fibras musculares de las arterias y llega a causar ictus cerebral, infarto agudo de miocardio o claudicación en las piernas.

El sistema circulatorio se compone de venas y arterias. Sus diferencias estructurales se acentúan en la medida que sus funciones corporales determinan su grosor y su capacidad de soportar la presión sanguínea.

Las paredes de las venas son más delgadas debido a su escasez de tejido muscular, aunque son más flexibles. la sangre discurre en un único sentido y la presión sanguínea es menor. Transportan la sangre sin oxígeno, el dióxido de carbono y los desechos metabólicos.

Las arterias disponen de un tabique mucho más grueso porque soportan una alta presión sanguínea. Llevan la sangre oxigenada a todas las partes del cuerpo. Sus paredes, por tanto, son muy resistentes.

Se observan tres capas fundamentales alrededor de la cavidad arterial por donde circula la sangre:

La primera, muy fina, llamada endotelio, está lubricada de tal forma que todos los elementos de la sangre (glóbulos rojos -eritrocitos-, glóbulos blancos -leucocitos-, plaquetas y células) no generan coágulos o trombos en su interior.

La segunda está formada por tejido muscular y es capaz de contraerse y o relajarse. Ofrecen un aspecto y un espesor regular.

La tercera, exterior, es una capa de tejido conjuntivo o conectivo de menor trascendencia. Configura y sujeta las dos capas internas que rodean la luz de la arteria.

"Las placas de ateroesclerosis -pasta de grasa y tejido fibroso- se forman entre la primera y la segunda capa de las arterias. Son depósitos de colesterol malo o LDL. Su acumulación puede ocurrir a edades muy tempranas de la vida, entre los veinte y treinta años", explica el doctor Macaya.

"Si la alimentación es rica en grasas saturadas, existen antecedentes familiares, hipertensión arterial, diabetes o hábitos poco o nada saludables, como falta de ejercicio físico y consumo de tabaco, el amontonamiento de grasa irá a más, progresivamente, estrangulando casi por completo la vía por donde discurre la sangre", indica.

"En estadios avanzados, las placas de colesterol asfixiarán la circulación, reduciendo significativamente la luz del vaso e incluso taponándolo. El flujo sanguíneo, entonces, estará comprometido. Faltará riego sanguíneo. Si las arterias son coronarias, el corazón se verá en peligro con un infarto. Si las arterias son carótidas, el cerebro estará amenazado por un ictus", alerta.

"Si las placas se forman en las arterias que irrigan las piernas -ilíacas y femorales- aparecerá la claudicación intermitente. El paciente se detiene porque no le llega sangre a las piernas y los pies. Sufrirá calambres, debilidad y dolor muscular, especialmente en los gemelos", detalla.

Para el cardiólogo Carlos Macaya, la enfermedad de las arterias, la más prevalente del mundo desarrollado, especialmente en el norte de América y Europa, donde abundan el ictus o el infarto agudo de miocardio, se puede minorar en gran medida con hábitos de vida saludables: dieta mediterránea, ejercicio físico diario y destierro definitivo del cigarrillo.

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