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00:00La palabra del día con Isaías Lafuente. Calcomanía la dejamos para otro día.
00:04Hoy hablamos de la palabra salario que nos llegó del latín salarium y que,
00:08nos dicen los etimólogos, suena a lo que era, una forma de pago en especie que se
00:13daba en la Antigua Roma en una época en la que la sal era un buen y era un bien
00:18muy valioso. Después llegó el pago con dinero, con una moneda concreta que se
00:23llamaba solidus y de ahí deriva el término sueldo. En el primer diccionario
00:27académico, hace tres siglos, el sueldo y el salario eran los que los amos daban a
00:32sus criados. Para el resto de los trabajadores la palabra registrada era
00:36jornal porque el trabajo estable no existía entonces no era frecuente al
00:41menos y se pagaba a los trabajadores por días, por jornadas. Más tarde las cosas
00:46avanzaron y en 1869 los académicos ya registraron la palabra mensualidad y una
00:52nueva acepción de sueldo para referirse al pago periódico que recibía cualquier
00:57trabajador por un mes trabajado. Sabemos que los salarios no suben con
01:01facilidad, no así sus sinónimos. Tenemos la soldada que hoy se refiere
01:06generalmente al sueldo que perciben los soldados. También tenemos remuneración,
01:11paga y retribución para los trabajadores en general y honorarios o emolumentos
01:17para nombrar los pagos que realizamos a profesionales liberales. Y para los
01:23complementos pues también tenemos un ramillete de primas, de pluses, de
01:27gratificaciones, de propinas y de sobresueldos que algunos se lo toman
01:32literalmente al pie de la letra y los dan o lo reciben bajo cuerda, es decir en
01:38sobres.