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La Declaración de los Líderes del G20 fue aprobada por consenso en Río de Janeiro, abordando cuestiones como el fin de las guerras, la imposición de impuestos a los ultrarricos y la regulación de la inteligencia artificial (IA).

El texto se publicó el lunes 18 de noviembre, tras el consenso alcanzado entre los participantes, incluido el Presidente argentino Javier Milei, que inicialmente mostró resistencia.

Tres temas prioritarios guiaron la declaración: la lucha contra el hambre y la pobreza con la creación de la Alianza Global contra el Hambre, la sostenibilidad climática y las reformas para una mayor representación de los países emergentes en organismos globales como la ONU.

Los cambios de última hora incluyeron las palabras «infraestructuras», en relación con los ataques a civiles, y «específicamente», en el párrafo sobre la guerra en Ucrania.

El G20 reafirmó sus compromisos con la Agenda 2030, advirtiendo de que sólo el 17% de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) van por buen camino.

Se hizo hincapié en la reducción de las desigualdades como parte del lema «Construir un mundo justo y un planeta sostenible».

Los líderes condenaron los ataques en Ucrania y la Franja de Gaza, abogaron por soluciones diplomáticas y reafirmaron su apoyo a una solución de dos Estados para el conflicto entre Israel y Palestina.

Los compromisos climáticos incluyen alcanzar las emisiones netas cero para 2050 y aumentar la eficiencia energética en todo el mundo para 2030.

La declaración puso en marcha el Grupo de Trabajo para la Movilización Mundial contra el Cambio Climático y destacó la necesidad de financiación climática para los países en desarrollo.

Se creó la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza para promover políticas como las transferencias monetarias, la alimentación escolar y los microcréditos.

Las reformas de la gobernanza mundial incluyeron la defensa de una mayor representación en el Consejo de Seguridad de la ONU y una mayor participación de los países emergentes en el FMI y el Banco Mundial.

La inclusión de la Unión Africana como miembro de pleno derecho del G20 se celebró como un hito histórico.

Se hizo hincapié en la necesidad de gravar a los ultrarricos para reducir las desigualdades y financiar los ODS, centrándose en la lucha contra la evasión fiscal y la aplicación de sistemas fiscales progresivos.

Se abordó la regulación de la inteligencia artificial, haciendo hincapié en la ética, la transparencia y el uso responsable para la salud, la educación y la inclusión social.

El G20 reafirmó el papel de la OMS en la salud mundial y subrayó la importancia de contar con sistemas resistentes ante futuras pandemias, y de ampliar el acceso a vacunas y tratamientos.

Los compromisos en materia de biodiversidad incluyeron financiación innovadora e incentivos para la preservación de los bosques mediante el pago por servicios medioambientales.

La diplomacia brasileña fue reconocida como un actor clave en la aprobación del texto, marcando avances en cuestiones sociales, climáticas y de paz mundial.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

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