La grasa visceral es un tipo de grasa que se acumula en la parte profunda del abdomen, rodeando órganos vitales como el hígado y el páncreas.
Este tipo de grasa se asocia a diversos problemas de salud, como la resistencia a la insulina, la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Para controlar los riesgos para la salud, el perímetro abdominal es un indicador importante.
Para las mujeres, la medida ideal es inferior a 80 cm; para los hombres, inferior a 94 cm. Los valores superiores a estos límites son una señal de alarma para la salud.
Una de las principales causas es una dieta rica en alimentos ultraprocesados y azucarados, combinada con un estilo de vida sedentario y un consumo excesivo de alcohol.
Sin embargo, la buena noticia es que esta grasa es la más fácil de reducir con las estrategias adecuadas.
Para perder grasa visceral, adopta una dieta de déficit calórico y combínala con ejercicio regular.
La calidad de tu alimentación es fundamental: prioriza la fruta, la verdura, los cereales integrales y las proteínas magras.
Limita el consumo de bebidas alcohólicas y evita los alimentos refinados, como el arroz blanco, el pan industrializado y los fritos.
Además, la actividad física, como caminar y el entrenamiento de fuerza, es esencial para quemar grasa y mejorar la salud general.
Con un estilo de vida sano, es posible reducir la grasa visceral y mantener el perímetro abdominal en niveles óptimos, favoreciendo el bienestar y la calidad de vida.
Este tipo de grasa se asocia a diversos problemas de salud, como la resistencia a la insulina, la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Para controlar los riesgos para la salud, el perímetro abdominal es un indicador importante.
Para las mujeres, la medida ideal es inferior a 80 cm; para los hombres, inferior a 94 cm. Los valores superiores a estos límites son una señal de alarma para la salud.
Una de las principales causas es una dieta rica en alimentos ultraprocesados y azucarados, combinada con un estilo de vida sedentario y un consumo excesivo de alcohol.
Sin embargo, la buena noticia es que esta grasa es la más fácil de reducir con las estrategias adecuadas.
Para perder grasa visceral, adopta una dieta de déficit calórico y combínala con ejercicio regular.
La calidad de tu alimentación es fundamental: prioriza la fruta, la verdura, los cereales integrales y las proteínas magras.
Limita el consumo de bebidas alcohólicas y evita los alimentos refinados, como el arroz blanco, el pan industrializado y los fritos.
Además, la actividad física, como caminar y el entrenamiento de fuerza, es esencial para quemar grasa y mejorar la salud general.
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