Memoria Audiovisual de Festival Internacional de Poesía de Medellín.
Francisco Madariaga nació en Argentina en 1927 y falleció el 24 de septiembre de 2002. Publicó importantes libros de poesía, entre ellos: El pequeño patíbulo (1954), Las jaulas del sol (1960), El delito natal (1963), Los terrores de la suerte (1967), Aguatrino (1976), La balsa mariposa (1982), Una acuarela móvil (1985) y más recientemente Un palmar sin orillas, Criollo del universo y su autobiografía Sólo contra Dios no hay veneno.
Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, alemán, italiano, sueco y portugués. Bajo el título de El tren casi fluvial, ha sido reunida toda la producción poética de Francisco Madariaga, donde confluyen líneas diversas, gauchesca y surrealista, el barroco americano y las constelaciones de Oliverio Girondo.
Lectura de poemas dentro del IX Festival Internacional de Poesía de Medellín, en el Cerro Nutibara, Teatro al aire libre Carlos Vieco, en junio de 1999.
Crédito: Revista Prometeo
Francisco Madariaga nació en Argentina en 1927 y falleció el 24 de septiembre de 2002. Publicó importantes libros de poesía, entre ellos: El pequeño patíbulo (1954), Las jaulas del sol (1960), El delito natal (1963), Los terrores de la suerte (1967), Aguatrino (1976), La balsa mariposa (1982), Una acuarela móvil (1985) y más recientemente Un palmar sin orillas, Criollo del universo y su autobiografía Sólo contra Dios no hay veneno.
Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, alemán, italiano, sueco y portugués. Bajo el título de El tren casi fluvial, ha sido reunida toda la producción poética de Francisco Madariaga, donde confluyen líneas diversas, gauchesca y surrealista, el barroco americano y las constelaciones de Oliverio Girondo.
Lectura de poemas dentro del IX Festival Internacional de Poesía de Medellín, en el Cerro Nutibara, Teatro al aire libre Carlos Vieco, en junio de 1999.
Crédito: Revista Prometeo
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CelebridadesTranscripción
00:00Margarita, qué lejanos están el celeste, el colorado, el verde, el amarillo, y vos,
00:24mi madre, en una tumba sin colores, en medio de una provincia joyante, vecina en el cementerio
00:37del viento que se pudre en el corazón seco y negro de ciertas familias, ¿estarás cantando
00:48la canción que cantaban tus celestes ojos italianos o estarás escuchando cómo canta
00:56mi corazón, que fue la única maravilla en tu fracaso y en tu terror a los viejos gauchos
01:07bandoleros? Llueve para tus ojos el color de unas invisibles esmeraldas y estoy por
01:20primera vez cantando para vos junto a un mar salvaje y aldeano. El resplandor de dos países
01:33natales encendió el color a veces verde de mis ojos y deambulé condenándolas a los
01:45impostores de la poesía con los sueños y poderes de las aguas, brillando desesperado
01:56en mi amistad con los gauchos más arcaicos.