• hace 6 meses
No es sorpresa.

Pedro Sánchez ya tiene acostumbrado a los españoles a sus vaivenes.

Lo que un día es negro para el presidente del Gobierno, al siguiente puede ser blanco.

Todo depende de que los hechos se ajusten a su entero capricho.

Ahora, con la citación de su mujer, de Begoña Gómez, para declarar el próximo 5 de julio de 2024 en los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, el inquilino de La Moncloa se parapeta en la debilidad de las denuncias y en que todo se debe a la ya famosa máquina del fango:

Están produciendo nuevas diligencias previas en base a la denuncia de dos organizaciones ultraderechistas, como son Manos Limpias y Hazte Oír. Y estoy seguro de que pronto la Justicia archivará estas dos denuncias falsas de dos organizaciones ultraderechistas sin más. Porque lo único que hay es fango.

Sin embargo, cuando la Justicia puso en tela de juicio la labor de la alcaldesa de Valencia, de Rita Barberá y del ministro de Economía, Luis de Guindos, ambos del PP, a Pedro Sánchez le faltó tiempo para reclamar y exigir dimisiones como si no hubiese un mañana:

La ejemplaridad en política significa, simple y llanamente, que la política tiene que ir un paso por delante de la legalidad. Y por eso yo hoy pido la dimisión de Barberá y de Guindos del Gobierno de España.

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