• hace 2 años
Aprovechando que en España hay más tontos que botellines y quedan millones de ingenuos, despistados o ignorantes convencidos de que existe un ‘PSOE Auténtico’, socialdemócrata y español, diferente de ese tinglado sectario que se abraza a golpistas y proetarras, el caradura de Pedro Sánchez ha subido un tuit a su cuenta oficial en el que dice:
“El procés ha acabado, estamos en una nueva etapa de convivencia y concordia”.
Hay pardillos, pazguatos, ilusos y cándidos, incluido alguno de postín, que pican.
Hace nada, escuche en la COPE, en la tertulia de Carlos Herrera, a un egregio columnista, muy aficionado a los restaurantes con estrellas Michelin, afirmar untoso que la situación y el clima político son mucho mejores ahora en Cataluña, de lo que eran antes, apuntándose al argumentario que difunde Moncloa para justificar su ignominiosa claudicación ante los golpistas.
Cierto que los cachorros de la CUP han dejado momentaneamente de dar palizas, no se queman contenedores a diario, ya no esta cortada Vía Layetana y en 2022, cada catalán ha recibido de los presupuestos del Estado 400 euros más que cada madrileño, pero eso no tapa que Cataluña se ha desplomado en todos los rankings.
Las empresas que se fueron no han vuelto, los médicos piden el traslado, se persigue al niño que quiere estudiar en español y a los estudiantes extranjeros ya no les resulta seductora Barcelona, ciudad que lidera las todas estadísticas de delincuencia callejera.
Ambientes, censuras y percepciones aparte, merece la pena dar una vuelta a ese tuit de Sánchez en el que afirma que ‘el procés ha acabado’.
No hombre, no. Los indultos a los golpistas, la eliminación del delito de sedición y el pulido del de malversación, para adecuar el Código Penal al gusto de ERC, no son el cierre del ‘procés’, sino el inicio de su fase final.
Esa que, en la calenturienta imaginación de los Junqueras, Puigdemont, Rufián y compinches, debe concluir con la separación de Cataluña.
Lo acaba de dejar muy claro Pere Aragonès, a la sazón presidente de la Generalitat catalana.
Tras solazarse con todo lo que le han ido sacando al Gobierno español, ha advertido en tono solemne que impondrá a Sánchez en 2023 una fecha para celebrar un referéndum independentista.
Tratando de taparse el trasero y antes de que el tal Pere saliera en TV3, el líder del PSOE aseguraba -en el mismo tuit donde da por concluido el ‘procés’- que en Cataluña no va a haber ninguna consulta de autodeterminación.
No la va a haber, si lo echamos en cuanto haya elecciones.
Si sigue Sánchez en el poder otros cuatro años, habrá referéndum independentista y hasta una frontera en el Ebro, entre lo que quede de España y Cataluña.

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