No fue ayer, 15 de octubre de 2022, el día de Yolanda Díaz.
Después de la bronca de varios obreros en su acto de Sumar, pocas horas después tuvo que vivir una esperpéntica escena en el acto celebrado en la Ciudad Condal con motivo del Día Mundial de la Alimentación.
El evento se celebró en el Diseño Hub de Barcelona y allí no solo se encontró con el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y la alcaldesa capitalina, Ada Colau.
También tuvo que aguantar el chorreo de una activista animalista que quiso tener su momento de gloria.
Y eso que, inicialmente, cautivó a los políticos allí presentes defendiendo los hábitos alimenticios propulsados por el Gobierno socialcomunista:
Perdone, interrumpo este acto para exigir a los gobiernos, tanto catalán como español, una transición a un sistema de alimentación basada en plantas, justo y sostenible para todos, tanto para las personas humanas como para los animales
Pero en cuanto cogió confianza, empezó a dar palos a diestro y siniestro:
Muchos diálogos, pero no se está haciendo nada. Estamos hartas de actos y reuniones y no vemos ninguna acción.
A partir de ahí, la organización le reclamó que dejase el escenario y ella, más ancha que pancha, dijo haberse pegado con cola al atril
Inicialmente, la moderadora del acto no daba crédito y la invitaba a abandonar la tribuna de oradores, pero al ver que era cierto que se había adherido al atril con pegamento tuvo que requerir ayuda.
Hasta allí fueron varios operarios para demontar el atril y desconectar varios cables antes de poderse llevar a la activista.
Esta, ya sin micrófono delante, grito antes de ser sacada por la puerta:
Justicia animal, ya. No tenemos planeta B.
Después de la bronca de varios obreros en su acto de Sumar, pocas horas después tuvo que vivir una esperpéntica escena en el acto celebrado en la Ciudad Condal con motivo del Día Mundial de la Alimentación.
El evento se celebró en el Diseño Hub de Barcelona y allí no solo se encontró con el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y la alcaldesa capitalina, Ada Colau.
También tuvo que aguantar el chorreo de una activista animalista que quiso tener su momento de gloria.
Y eso que, inicialmente, cautivó a los políticos allí presentes defendiendo los hábitos alimenticios propulsados por el Gobierno socialcomunista:
Perdone, interrumpo este acto para exigir a los gobiernos, tanto catalán como español, una transición a un sistema de alimentación basada en plantas, justo y sostenible para todos, tanto para las personas humanas como para los animales
Pero en cuanto cogió confianza, empezó a dar palos a diestro y siniestro:
Muchos diálogos, pero no se está haciendo nada. Estamos hartas de actos y reuniones y no vemos ninguna acción.
A partir de ahí, la organización le reclamó que dejase el escenario y ella, más ancha que pancha, dijo haberse pegado con cola al atril
Inicialmente, la moderadora del acto no daba crédito y la invitaba a abandonar la tribuna de oradores, pero al ver que era cierto que se había adherido al atril con pegamento tuvo que requerir ayuda.
Hasta allí fueron varios operarios para demontar el atril y desconectar varios cables antes de poderse llevar a la activista.
Esta, ya sin micrófono delante, grito antes de ser sacada por la puerta:
Justicia animal, ya. No tenemos planeta B.
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