• hace 3 años
Las partidas que ilustran el peligro de renunciar al enroque, dejando el rey en el centro, suelen ser desiguales: el castigador es claramente más fuerte que el castigado. Pero esta (Botvinik-Euwe) corresponde al Campeonato del Mundo de 1948, disputado por tres jugadores que en algún momento fueron campeones (Botvínik, Euwe y Smyslov) y dos que estuvieron muy cerca de serlo (Keres y Reshevsky). Euwe no captó el peligro en toda su dimensión, porque estaba realmente escondido, lo que aumenta el disfrute para el aficionado.

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