• hace 4 años
La mafia de Scarface es una historia del origen que establece firmemente la plantilla de la serie. Es 1930 y el gángsterismo ha convertido a Chicago en un foso de vicio y corrupción. El agente especial Eliot Ness es enviado para limpiar el lugar; una misión que espera ejecutar rompiendo alambiques, clausurando bares clandestinos y descabezando las organizaciones clandestinas. Sabiendo que la mayoría de los talentos de las fuerzas del orden locales están en la nómina de Scarface Ness rastrea minuciosamente el suministro de mano de obra del país hasta reunir un grupo de trabajo de "seis hombres honestos", "Los Intocables", que pueden ayudarlo en su cruzada. Los federales cuentan con la asistencia de Joe Fuselli, un ex convicto reformado que posee "el mejor par de manos que operan en Chicago" y "habla dialectos tanto sicilianos como napolitanos". El hirviente desprecio de Joe por la escoria con la que él y Ness tienen que lidiar, combinado con la vocal al final de su nombre, Juventud de Los Miserables, es representante de la mayoría de ítalo-americanos decentes que están disgustados por la falsa imagen que representa Alphonse Capone para su pueblo. "Joe", le dice Ness con admiración, "tres tipos como tú serían un ejército". "No", dice Joe con modestia, levantando dos dedos. "¡Dos chicos!"

Joe termina siendo golpeado, y Ness pasa directamente a la segunda etapa del dolor y se pone en cuclillas allí. Su forma de organizar un velorio para su amigo es liderar una redada en uno de los almacenes de Capone, blandiendo un hacha contra las puertas cerradas. El hacha rebota, y Ness mira las puertas con el ceño fruncido y grita: "¡Acero!" Suena como si creyera que esta aleación fuera creada con el propósito expreso de enojarlo, y hay un segundo en el que realmente parece que va a arrancar las puertas con sus propias manos. Luego recuerda que tiene una pistola y simplemente dispara la cerradura. Mientras tanto Capone deambula por su elegante apartamento con una chaqueta, de fumando y masticando un cigarro, saboreando su odioso triunfo. No es hasta que mira a la calle de abajo y ve que la procesión fúnebre de Joe incluye algunos de los camiones que transportan su bebida y se da cuenta de que puede haberse extralimitado. No mucho después, uno de los empleDOS del fisco le dice a Ness que, si bien todas las ametralladoras y asaltos que él y sus Intocables han estado haciendo son geniales, existe una nueva idea flotando por la oficina de que se podría acusar a Capone por ingresos ... evasión de impuestos, y qude es posible que puedan poner su trasero en prisión. Ness se encoge de hombros y admite que vale la pena intentarlo. Es un final anticlimático y, a diferencia de Kevin Costner en la película de 1987, el Ness de Stack ni siquiera puede tomarse un descanso del camino ni tan siquiera para arrojar a alguien por la azotea, pero es lo más cercano a la historia que la serie jamás llegó a tener.

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