• 5 năm trước
Esta es Mariana. Tiene una historia muy inspiradora para aquellos que se avergüenzan de su peso y se sienten mal al respecto. Hace un par de años, ella era conocida en su escuela como “la gorda Mari”, pero hoy en día todo el mundo quiere salir con ella. Increíblemente, no necesitó perder un solo kilo para lograr ese cambio. Esta es la historia de su vida.
Ella siempre ha tenido sobrepeso. Todos en su familia son bastante delgados, y nadie sabía por qué había nacido más ancha que los demás. Creyeron que se solucionaría solo con los años. Pero no. Ella no comía de más y era una niña muy activa. Practicaba todo tipo de deportes desde que era muy pequeña. Sus padres pensaron que quizá tenía problemas hormonales o intestinales, así que la llevaron diferentes doctores, sin ningún resultado. Finalmente, se rindieron. No tenía ningún problema, ni siquiera lo consideraron un “problema”.
Cuando comenzó a ir a la escuela, destacó desde el primer momento. Ya sabes lo crueles que pueden ser los niños: muchos intentaron burlarse de ella. Desafortunadamente para ellos, no sabían que, además de ser una “bola de grasa”, como solían llamarla, también tenía mucha musculatura. Ella practicaba rugby y karate, así que, después de un par de narices rotas, sus compañeros aprendieron a respetar a la “Gran M”.
Hasta hizo unos cuantos amigos, y así vivió unos cuantos años felices. Hasta que tuvo que ir a la secundaria, donde no conocía a nadie. Eso significaba que debía comenzar de nuevo. De todas maneras, tenía la esperanza de que todos fueran más adultos ahora y que no les importara su apariencia.
Estaba en lo cierto y a la vez equivocada. Por un lado, ya nadie la llamaba bola de grasa. Por el otro, en lugar de insultos directos, hablaban a sus espaldas y recibía miradas de asco. Esa era la época en que estar en forma se había puesto de moda y todo el mundo pasaba sus tardes en el gimnasio. Mariana seguía practicando muchos deportes, y había intentado explicar muchas veces a sus compañeros que no era una perezosa, que en realidad era una atleta. Pero no le creían.
Con el tiempo, se acostumbraron a su apariencia; pero, desafortunadamente, no interactuaba con nadie. La llamaban “la gorda Mari” y se convirtió en uno de los fenómenos de la escuela. Triste pero cierto. Lo peor es que, tiempo después, todos comenzaron a tener citas, y ella quedó excluida de todo el proceso. Mariana sabía que le gustaba a algunos chicos, pero jamás se le hubieran acercado, porque ¿quién hubiera salido con la gorda Mari? Ocurre que, además de tener sobrepeso, siempre había tenido un cuerpo entrenado y, más importante aún, una cara bonita. Así que la situación le parecía muy injusta.
Mariana recuerda claramente el día que cambió su vida. Una de sus primas tenía el sueño de convertirse en modelo, así que fue a una audición de una gran agencia. Estaba nerviosa, y le pidió a Mariana que la acompañara. Ella se imaginó cómo se vería frente a todas esas muñequitas, y se sintió bastante miserable. Pero

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