A Coruña estaba ansiosa por una demostración de la fuerza del mar, pero el mar fue mucho más allá de una exhibición de olas: en cuestión de minutos barrió el Paseo Marítimo de Riazor, llevándose por delante unos 50 metros de balaustrada, farolas y bancos de hormigón."Fue muy rápido, en la pleamar las olas se lo llevaron todo", explica Carlos García Touriñán, director de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de A Coruña.La furia del mar levantó bloques mil quilos de peso como si fuesen de gomaespuma y sembró el asfalto de toneladas de arena y escombros que los operarios municipales se afanan en recoger desde primera hora de la mañana. "Venía por aquí y me quedé pasmado", dice un vecino. No es la única zona de la ciudad herida por el temporal. En este otro barrio de Adormideras, el agua consiguió sortear el muro de contención, inundar calles y este parque infantil. En el paseo de Orillamar, se repite la imagen de una balaustrada arrasada. La cuantía de los daños aún está por determinar. Todo ocurrió durante la pleamar de esta madrugada, mientras la ciudad dormía, y nadie resultó herido. Hoy los coruñeses se despertaban con una imagen nunca vista. Es la violencia de unas olas que llegaron hasta los 22 metros de altura en las costas de Galicia y que nos han dejado una lección de prudencia que todavía no acabamos aprender.
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