Vídeo realizado por Aníbal Clemente en exclusiva para la página de Historia y Arqueología de las pinturas rupuestres del Parque Nacional de Monfragüe.
En Monfragüe se encuentran uno de los más representativos e importantes núcleos de Pinturas Rupestres de la Península Ibérica. Prueba de ello son los 107 abrigos de Arte Rupestres hasta el momento catalagados tanto en el Parque Nacional como en la Reserva de la Biosfera.
El abrigo del Castillo de Monfragüe posee una amplia representación de arte rupestre prehistórico, que recoge pinturas realizadas entre la época Epipaleolítica (Hace unos 9000 años) y la Edad del Hierro (Hace unos 2500 años). La mayoría de las pinturas existentes corresponden al Arte Esquemático, surgido con el Neolítico, cuando se produce un cambio social importantísimo, cuando la humanidad abandona la caza y la recolección como método funcional de supervivencia y comienza la domesticación de animales y plantas a través de su cultivo.
Existen varios tipos de pinturas: las antropomorfas (con variadas formas humanas), zoomorfas (formas de animales) e ideomorfos (figuras esquemáticas como barras y puntos). Están realizadas con los dedos, las más gruesas de ellas, pero también se utilizan para las más finas pequeñas ramas, pinceles de pelo o plumas de aves. Hay diversos tipos de pigmentos, los realizados en rojos, son en su mayor parte óxido de hierro, mientras que los negros está ejecutados con óxido de Manganeso. En Monfragüe también hay pigmentaciones blancas, surgidas del yeso o del caolín.
Como hemos significado el Abrigo del Castillo de Monfragüe es el único punto de la zona de uso público que puede contemplarse las pinturas rupestres en el Parque Nacional de Monfragüe. Aquí podemos admirar figuras que fueron pintadas en el Epipaleolítico (8000-7000 A.C). El mejor ejemplo es un ciervo que está difuminado entre el bloque más conocido: el de las pinturas antropomorfas. Parte de las figuras de este panel, las superiores más gruesas y con un color rojo más apagado, son de la época neolítica, mientras las que se encuentran más abajo, más finas y mejor acabadas serían más modernas, pudiéndose fechar en la edad del bronce. Precisamente de esa misma época es el resto de pinturas rupestres existentes, que tienen diferentes formas zoomorfas, líneas y representaciones dactilares.
La mayoría de las representaciones que se pueden observar son figuras humanas pintadas de modo muy sencillo, esquemático, en el que se pueden observar la estructura social de la época. También se pueden observar diferentes animales de los que existían en la época.
En el mismo refugio se encuentra también representaciones de la escritura tartesa, ya de la Edad del Hierro, que se puede ver en negro. Su transcripción fónica sería: KO.N.KO.L.TI.R.U.
Tanto el Abrigo del Castillo de Monfragüe como el Centro de Interpretación del Arte Rupestre de Monfragüe están incluidos en el Itinerario Cultural de Caminos del Arte Rupestre Prehistórico (CARP)
En Monfragüe se encuentran uno de los más representativos e importantes núcleos de Pinturas Rupestres de la Península Ibérica. Prueba de ello son los 107 abrigos de Arte Rupestres hasta el momento catalagados tanto en el Parque Nacional como en la Reserva de la Biosfera.
El abrigo del Castillo de Monfragüe posee una amplia representación de arte rupestre prehistórico, que recoge pinturas realizadas entre la época Epipaleolítica (Hace unos 9000 años) y la Edad del Hierro (Hace unos 2500 años). La mayoría de las pinturas existentes corresponden al Arte Esquemático, surgido con el Neolítico, cuando se produce un cambio social importantísimo, cuando la humanidad abandona la caza y la recolección como método funcional de supervivencia y comienza la domesticación de animales y plantas a través de su cultivo.
Existen varios tipos de pinturas: las antropomorfas (con variadas formas humanas), zoomorfas (formas de animales) e ideomorfos (figuras esquemáticas como barras y puntos). Están realizadas con los dedos, las más gruesas de ellas, pero también se utilizan para las más finas pequeñas ramas, pinceles de pelo o plumas de aves. Hay diversos tipos de pigmentos, los realizados en rojos, son en su mayor parte óxido de hierro, mientras que los negros está ejecutados con óxido de Manganeso. En Monfragüe también hay pigmentaciones blancas, surgidas del yeso o del caolín.
Como hemos significado el Abrigo del Castillo de Monfragüe es el único punto de la zona de uso público que puede contemplarse las pinturas rupestres en el Parque Nacional de Monfragüe. Aquí podemos admirar figuras que fueron pintadas en el Epipaleolítico (8000-7000 A.C). El mejor ejemplo es un ciervo que está difuminado entre el bloque más conocido: el de las pinturas antropomorfas. Parte de las figuras de este panel, las superiores más gruesas y con un color rojo más apagado, son de la época neolítica, mientras las que se encuentran más abajo, más finas y mejor acabadas serían más modernas, pudiéndose fechar en la edad del bronce. Precisamente de esa misma época es el resto de pinturas rupestres existentes, que tienen diferentes formas zoomorfas, líneas y representaciones dactilares.
La mayoría de las representaciones que se pueden observar son figuras humanas pintadas de modo muy sencillo, esquemático, en el que se pueden observar la estructura social de la época. También se pueden observar diferentes animales de los que existían en la época.
En el mismo refugio se encuentra también representaciones de la escritura tartesa, ya de la Edad del Hierro, que se puede ver en negro. Su transcripción fónica sería: KO.N.KO.L.TI.R.U.
Tanto el Abrigo del Castillo de Monfragüe como el Centro de Interpretación del Arte Rupestre de Monfragüe están incluidos en el Itinerario Cultural de Caminos del Arte Rupestre Prehistórico (CARP)
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