La fanaticada cubana vivió la Serie Mundial en la clandestinidad
Seguir desde Cuba los juegos de la Serie Mundial directo fue, si no imposible, al menos una complicada tarea. Desde garitos ilegales, donde se entra por recomendación y pagando un CUC -donde se grita bajito y no se saca ni un celular-, pasando por las ilegales "antenas" hasta lobbys de hoteles donde una vez ocupadas las mesas, no entraba nadie más, pocos fueron los privilegiados que pudieron ver las transmisiones.