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Madrid, 07 oct (efesalud.com). La doctora Marta Guillén Vicente, traumatóloga especialista en brazos y manos de la Clínica CEMTRO de Madrid, nos explica en este videoblog, con la ayuda de una manualidad colegial elaborada por una de sus hijas, la mejor respuesta quirúrgica al denominado dedo en resorte o dedo en gatillo del bebé, patología flexora del pulgar, en la mayoría de los casos de origen congénito, que se suele diagnosticar "cuando el movimiento en pinza de estos dedos alcanza su desarrollo hacia el décimo mes de vida".

El pulgar del ser humano se opone a los otros cuatro dedos de la mano y puede tocarlos desde la yema y la uña hasta la base de palma, pasando por todos sus pliegues o articulaciones y huesos -falanges distal, medial y proximal-; incluso es capaz de llegar a su parte dorsal. Estas funciones anatómicas nos permiten coger, sostener o manipular todo tipo de objetos.

Si el dedo de tu bebé se suele quedar flexionado después de un movimiento para intentar agarrar el biberón, el chupete o un juguete, no te alarmes demasiado; seguramente se trate del llamado dedo en resorte o dedo en gatillo, una patología liviana que engrosa la vaina tendinosa del pulgar impidiendo su estiramiento natural.

"El dedo pulgar de los niños se queda enganchado porque el tendón flexor sufre una tenosinovitis estenosante que causa una falta parcial de extensión. La flexión, en cambio, es totalmente normal. Esta patología registra ciertas diferencias con los adultos, entre ellas, que es diez veces más frecuente y que para el bebé es ciertamente difícil estirar el dedo hasta su posición natural. Lo deja curvado permanentemente", dice la doctora Marta Guillén.

El dedo en resorte se debe a un engrosamiento u obstrucción en una de las poleas del pulgar: condensaciones de tejido fibroso que discurren a lo largo de las vainas tendinosas extensoras de los dedos de las manos.

"Este problema es poco evidente por debajo del año de vida del bebé, pero esta dificultad biomecánica puede llevar a los padres a los Servicios de Urgencia de los centros hospitalarios. El tratamiento se realiza, en primer lugar, con fisioterapia, ejercicios de estiramiento repetitivos, o con la colocación de una férula estabilizadora", apunta.

"En los casos más comprometidos o irreductibles se lleva a cabo una microcirugía que consiste en desatascar o abrir la polea engrosada -continúa-, aunque la operación quirúrgica no se efectúa hasta que el bebé cumple su primer año de vida. Es un momento óptimo para intervenir ya que el tamaño del tendón es más apropiado y existe un menor riesgo para el nervio colateral radial, que pasa justo por encima de la polea atascada".

Para la doctora Marta Guillén Vicente, traumatóloga responsable del departamento de Miembro Superior de la CEMTRO, "los padres deben acudir al especialista hacia el primer año de vida de su retoño, cuando el pulgar puede hacer la pinza correctamente. Antes es posible que el diagnóstico no sea totalmente preciso y certero", asegura.

El dedo engatillado conviene tratarlo adecuadamente para que el futuro físico y psíquico del niño no se vea condicionado. El dedo en resorte es una patología fácil de subsanar.

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