No entiendo nada.
Tengo las pelotas negras del humo de mil batallas y cada día más dudas y menos certezas.
Quizá sea la edad, pero soy incapaz de comprender el mundo que me rodea.
Me refiero en concreto al agilipollamiento general, profundo y creciente de la sociedad española.
Les voy a poner algunos ejemplos.
Imagine que un buen día, en esa casa de pueblo que heredaste de tus padres o en el piso que vas comprando poco a poco y que alquilas para suplementar tu magro sueldo o tu esquelética pensión, se meten unos tíos, cambian la cerradura y cuando acudes indignado a Comisaría te dice la Policía que han pasado ya más de 48 horas y no pueden hacer nada.
Que acudas al juez, que te aprestes a pasar un par de años litigando y ni se te ocurra acercarte por allí o cortarles la luz, el agua o el servicio de Internet. O que seas comprensivo, negocies y les ofrezcas unos miles de euros si salen de tu propiedad.
¡Vamos a ver paisanos!
Nadie con dos dedos de frente una pizca de humanidad, quiere ver en la calle a una madre soltera con una niña, pero no es el ciudadano quien debe sacrificarse en pro de los vulnerables. Para eso pagamos impuestos y es el Estado quien debe encargarse.
Pero no, no lo hace. Ellos, los políticos, estos progreso de mierda que padecemos, se gastan nuestro dinero en coches oficiales, tabletas, móviles ultima generación, comilonas, viajes y oropel.
¿Y que me dicen de la legitima defensa?
Entran un par de cacos en tu casa de madrugada, armados con una motosierra y un destornillador y si se te ocurre coger la pala de Padel, emboscarlos en el pasillo y mandarlos a urgencias con la nariz rota, terminas condenado y no sólo a cárcel, sino también a pagarles una indemnización. Imagino que lo que esperaran los jueces y legisladores es que dejes hacer a los facinerosos, reces para que no violen a tu hija y si se fijan en ti, que te relajes y disfrutes.
¡Acongojante!
Casi tanto como lo de ‘La Ley Trans’, porque en España es más sencillo cambiar de género y convertirte en Mariloli siendo Ramón, que cambiar de compañía telefónica.
Basta entrar en el Registro, coger un bolígrafo y rellenar unos formularios.
Y después, a competir con ventaja en carreras de atletismo, adelantar a los varones por la derecha en las oposiciones a bombero o sanitario, tienes preferencia para acceder a vivienda pública.
Podría desgranar aquí una docena de muestras de estulticia colectivas similares, pero les ahorro el trago.
Tampoco voy a concluir con eso tan socorrido de que paren el mundo que me bajo.
Pero coincidirán conmigo en que algo hay que hacer.
Y que Elon Musk y Donald Trump algo han hecho ya.
Tengo las pelotas negras del humo de mil batallas y cada día más dudas y menos certezas.
Quizá sea la edad, pero soy incapaz de comprender el mundo que me rodea.
Me refiero en concreto al agilipollamiento general, profundo y creciente de la sociedad española.
Les voy a poner algunos ejemplos.
Imagine que un buen día, en esa casa de pueblo que heredaste de tus padres o en el piso que vas comprando poco a poco y que alquilas para suplementar tu magro sueldo o tu esquelética pensión, se meten unos tíos, cambian la cerradura y cuando acudes indignado a Comisaría te dice la Policía que han pasado ya más de 48 horas y no pueden hacer nada.
Que acudas al juez, que te aprestes a pasar un par de años litigando y ni se te ocurra acercarte por allí o cortarles la luz, el agua o el servicio de Internet. O que seas comprensivo, negocies y les ofrezcas unos miles de euros si salen de tu propiedad.
¡Vamos a ver paisanos!
Nadie con dos dedos de frente una pizca de humanidad, quiere ver en la calle a una madre soltera con una niña, pero no es el ciudadano quien debe sacrificarse en pro de los vulnerables. Para eso pagamos impuestos y es el Estado quien debe encargarse.
Pero no, no lo hace. Ellos, los políticos, estos progreso de mierda que padecemos, se gastan nuestro dinero en coches oficiales, tabletas, móviles ultima generación, comilonas, viajes y oropel.
¿Y que me dicen de la legitima defensa?
Entran un par de cacos en tu casa de madrugada, armados con una motosierra y un destornillador y si se te ocurre coger la pala de Padel, emboscarlos en el pasillo y mandarlos a urgencias con la nariz rota, terminas condenado y no sólo a cárcel, sino también a pagarles una indemnización. Imagino que lo que esperaran los jueces y legisladores es que dejes hacer a los facinerosos, reces para que no violen a tu hija y si se fijan en ti, que te relajes y disfrutes.
¡Acongojante!
Casi tanto como lo de ‘La Ley Trans’, porque en España es más sencillo cambiar de género y convertirte en Mariloli siendo Ramón, que cambiar de compañía telefónica.
Basta entrar en el Registro, coger un bolígrafo y rellenar unos formularios.
Y después, a competir con ventaja en carreras de atletismo, adelantar a los varones por la derecha en las oposiciones a bombero o sanitario, tienes preferencia para acceder a vivienda pública.
Podría desgranar aquí una docena de muestras de estulticia colectivas similares, pero les ahorro el trago.
Tampoco voy a concluir con eso tan socorrido de que paren el mundo que me bajo.
Pero coincidirán conmigo en que algo hay que hacer.
Y que Elon Musk y Donald Trump algo han hecho ya.
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00:00No entiendo nada. Tengo las pelotas negras del humo de mil batallas y cada día más dudas y menos certezas.
00:09Quizás sea la edad, pero soy incapaz de comprender el mundo que me rodea.
00:15Me refiero en concreto al español, al agilipollamiento general profundo y creciente de la sociedad española.
00:24Les voy a poner algunos ejemplos.
00:27Imaginen que un buen día en esa casa de pueblo que le daste de tu padre,
00:32o en el piso que vas comprando poco a poco y que alquilas para suplementar tu magro sueldo o tu esquelética pensión,
00:40se meten unos tíos, cambian la cerradura y cuando acudes indignado a comisaría,
00:46te dice la policía que han pasado ya más de 48 horas y no pueden hacer nada.
00:51Que acudas al juez, que te aprestes a pasar un par de años litigando y ni se te ocurra acercarte por allí
00:59o cortarles la luz, el agua o el servicio de internet.
01:02O que seas comprensivo, negocies y les ofrezcas unos miles de euros a estos malandrines si salen de tu propiedad.
01:11Vamos a ver, paisanos.
01:13Nadie con dos dedos de frente y una pizca de humanidad quiere ver en la calle a la intemperie a una madre soltera con una niña.
01:23Pero no es el ciudadano quien debe sacrificarse en pro de los vulnerables.
01:28Para eso pagamos impuestos.
01:30Y es el Estado quien debe, quien tiene que encargarse.
01:36Ellos, los políticos, estos progres de mierda que padecemos, se gastan nuestro dinero en coches oficiales,
01:45tablets, móviles última generación, comilonas, viajes y Oropel.
01:51Y hasta amiguitas.
01:53¿Y qué me dicen de la legítima defensa?
01:55Entran un par de cacos en tu casa de madrugada armados con una motosierra y un destornillador
02:03y si se te ocurre coger la pala de paddle, emboscarlos en el pasillo y mandarlos a urgencias con la nariz rota,
02:11terminas condenado y no solo a la cárcel, sino también a pagarles una indemnización.
02:17Imagino que lo que esperarán los jueces y legisladores es que dejes hacer a los facinerosos,
02:23reces para que no violen a tu hija y si se fijan en ti y te cogen cariño, que te relajes y disfrutes.
02:31¡Ah, congojante!
02:33Casi tanto como lo de la ley trans, porque en España es más sencillo, señores,
02:39cambiar de género y convertirte en Mariloli siendo Ramón que cambiar de compañía telefónica.
02:47Basta entrar en el registro, coger un bolígrafo y rellenar unos formularios.
02:51Y después, a competir con ventaja en carreras de atletismo,
02:56adelantar a los varones por la derecha en las oposiciones a bombero o a sanitario
03:01y además tienes preferencia para acceder a una vivienda pública.
03:06Podría desgranar aquí una docena de muestras de estulticia colectiva similares,
03:12pero les ahorro el trago.
03:14Tampoco voy a concluir con eso tan socorrido, tan español de que paren el mundo que debajo,
03:20pero coincidirán conmigo en que algo hay que hacer
03:24y que Elon Musk y Donald Trump algo han hecho ya.