• el mes pasado
Quienes perciben que tienen más poder en una relación son más propensos a engañar a su pareja y considerar otras opciones, poniendo en riesgo la estabilidad de la relación. 

Un estudio publicado en Archives of Sexual Behavior confirmó que los hombres y mujeres con sensación de poder son más propensos a engañar.

El sentimiento de poder conlleva una mayor confianza en uno mismo, acciones impulsivas, un sentimiento de autonomía sobre los demás y una creencia en el atractivo. 

En cuatro estudios sobre parejas monógamas, los que sentían que tenían un papel dominante en la relación mostraron más coqueteo, fantasías sexuales e interés por posibles parejas alternativas. 

Esta dinámica puede tener un efecto destructivo en la pareja, ya que quienes se perciben a sí mismos como más fuertes tienden a centrarse en sí mismos y a considerar alternativas a su pareja, lo que socava la estabilidad de la relación. 

El verdadero factor clave no es el poder absoluto, sino la relación entre el poder percibido y la pareja: el que se siente «superior» tiende a anteponer sus propias necesidades.
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