El rublo ruso ha caído a su valor más bajo frente al dólar desde principios de 2022, situándose en 110 por dólar tras las nuevas sanciones occidentales y el aumento de las tensiones geopolíticas.
Este descenso se produce tras las sanciones de Estados Unidos a Gazprombank, el tercer mayor banco de Rusia, que afectan a la tramitación de los pagos de las exportaciones de gas ruso a Europa.
La debilidad del rublo está agravando la inflación, con una fuerte subida de los precios de productos básicos como los alimentos.
Para combatirla, el Banco Central de Rusia subió los tipos de interés al 21%, su nivel más alto en más de 20 años, y se espera otra subida en diciembre.
Aunque la debilidad del rublo merma el poder adquisitivo nacional al aumentar el coste de los bienes importados y podría incrementar aún más la inflación, ayuda al Kremlin al aumentar los ingresos por exportaciones.
«No estoy diciendo si el tipo de cambio es bueno o malo. Sólo digo que hoy el tipo de cambio es muy, muy favorable para los exportadores», declaró el Ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov.
Como Europa ha reducido considerablemente su dependencia de la energía rusa, Rusia ha reorientado las exportaciones de petróleo a China e India, lo que ha atenuado el impacto de las sanciones.
A pesar de los retos económicos, el gasto militar de Rusia se ha disparado debido al conflicto de Ucrania, representando casi un tercio del presupuesto de 2024.
Los analistas advierten de que la economía está mostrando signos de estanflación, con un crecimiento estancado fuera de los sectores relacionados con el ejército.
Según el Instituto de Previsión Económica de Rusia, la «ralentización de la actividad económica» y el «deterioro de los indicadores financieros» son cada vez más evidentes en varios sectores».
Este descenso se produce tras las sanciones de Estados Unidos a Gazprombank, el tercer mayor banco de Rusia, que afectan a la tramitación de los pagos de las exportaciones de gas ruso a Europa.
La debilidad del rublo está agravando la inflación, con una fuerte subida de los precios de productos básicos como los alimentos.
Para combatirla, el Banco Central de Rusia subió los tipos de interés al 21%, su nivel más alto en más de 20 años, y se espera otra subida en diciembre.
Aunque la debilidad del rublo merma el poder adquisitivo nacional al aumentar el coste de los bienes importados y podría incrementar aún más la inflación, ayuda al Kremlin al aumentar los ingresos por exportaciones.
«No estoy diciendo si el tipo de cambio es bueno o malo. Sólo digo que hoy el tipo de cambio es muy, muy favorable para los exportadores», declaró el Ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov.
Como Europa ha reducido considerablemente su dependencia de la energía rusa, Rusia ha reorientado las exportaciones de petróleo a China e India, lo que ha atenuado el impacto de las sanciones.
A pesar de los retos económicos, el gasto militar de Rusia se ha disparado debido al conflicto de Ucrania, representando casi un tercio del presupuesto de 2024.
Los analistas advierten de que la economía está mostrando signos de estanflación, con un crecimiento estancado fuera de los sectores relacionados con el ejército.
Según el Instituto de Previsión Económica de Rusia, la «ralentización de la actividad económica» y el «deterioro de los indicadores financieros» son cada vez más evidentes en varios sectores».
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