• hace 3 días
"Vivimos tiempos inciertos. Si somos atacados, todos debemos poner de nuestra parte para defender nuestra independencia y democracia. Nuestra valentía y voluntad de defender nuestra sociedad abierta son vitales, aunque ello nos exija ciertos sacrificios". Los ciudadanos suecos comenzaron el pasado lunes a recibir en sus buzones un manual elaborado por las autoridades y dirigido a "todos los residentes del país" bajo el título 'Si la crisis de la guerra llega'. A lo largo de sus 32 páginas, la Agencia Sueca de Contingencias Civiles (MSB) detalla de forma clara y con ilustraciones cómo deben estar preparados los ciudadanos de a pie en caso de guerra u otras amenazas: eventos meteorológicos extremos, patógenos peligrosos, ciberataques, sabotajes a la infraestructura, apagones, desinformación y ataques terroristas. Su máxima: "Si Suecia es atacada, nunca nos rendiremos. Cualquier sugerencia en sentido contrario es falsa".

En muchos países de la Unión Europea, este tipo de manuales y las instrucciones que contienen podrían resultar distópicos. Sin embargo, para los socios nórdicos contienen una valiosa información que saben que no deben tomar a la ligera y que entra dentro de su 'normalidad', teniendo en cuenta el contexto histórico marcado por su vecino ruso, cuya amenaza es cada vez más impredecible. De hecho, la publicación del manual coincide con la apertura este martes de una investigación por sabotaje sobre las roturas de dos cables de telecomunicaciones submarinos en el mar Báltico que unen a Lituania con Suecia y a Finlandia con Alemania. Además, el permiso concedido por Joe Biden (a dos meses de que finalice su mandato) para que Kiev use misiles estadounidenses en territorio ruso cruza una de las líneas rojas marcadas a Occidente por Vladimir Putin, quien acaba de firmar una nueva doctrina nuclear, que permite responder a un bombardeo con armas convencionales en su territorio con armamento atómico.

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