• hace 3 horas
Transcripción
00:00El sol se colaba tímidamente por las cortinas desgastadas de la pequeña casa en las afueras del pueblo.
00:06Ernesto, un hombre de 68 años, se levantaba como cada mañana desde hacía 5 años, solo.
00:14Sus pasos lentos y pesados resonaban en el silencio de la vivienda mientras se dirigía a la cocina para preparar su café matutino.
00:22Mientras la cafetera burbujeaba, Ernesto miró distraídamente por la ventana hacia el jardín.
00:28Las flores que María, su difunta esposa, había plantado con tanto amor seguían floreciendo cada primavera como si se negaran a aceptar su ausencia.
00:37Una punzada de dolor atravesó su pecho al recordarla.
00:40Con la taza de café en la mano, Ernesto se sentó en su viejo sillón.
00:45Sobre la mesita, una fotografía enmarcada mostraba a la pareja sonriente en su 40 aniversario de bodas.
00:52Parecía que hubiera pasado una eternidad desde entonces.
00:56Los días de Ernesto transcurrían con una rutina monótona.
01:00Leía el periódico, cuidaba del jardín, a veces caminaba hasta el pueblo para comprar víveres.
01:06Las tardes las pasaba viendo la televisión o releyendo viejos libros.
01:11Las noches eran lo más difícil, el silencio se hacía más pesado y los recuerdos más vívidos.
01:17Los vecinos, preocupados, a menudo lo invitaban a cenar o intentaban incluirlo en las actividades del pueblo.
01:24Ernesto agradecía su amabilidad, pero prefería la soledad de su hogar.
01:29Se había acostumbrado a ella, o al menos eso creía.
01:33El reloj de la sala marcó las diez de la mañana.
01:37Ernesto suspiró, dejó la taza vacía en el fregadero y se preparó para otro día más.
01:43Otro día igual a todos los demás.
01:46O eso pensaba él.
01:48La tarde caía sobre el pueblo cuando Ernesto decidió dar su acostumbrado paseo vespertino.
01:53El aire fresco de octubre acariciaba su rostro mientras caminaba por el sendero que bordeaba su propiedad.
02:00Sus pasos, antes pesados por la rutina, ahora se movían con un ritmo más ligero, como si presintiera el cambio que estaba por llegar.
02:09Fue entonces cuando lo escuchó un leve gemido que parecía provenir de los arbustos cercanos.
02:15Ernesto se detuvo, agusando el oído.
02:18El sonido se repitió, más claro esta vez, una mezcla de llanto y súplica que estrujó su corazón.
02:25Con cautela se acercó a la fuente del ruido.
02:28Apartó unas ramas y allí, acurrucado y temblando, encontró a un pequeño perro.
02:34Era un cachorro de no más de seis meses, de pelaje dorado y ojos marrones que lo miraban con una mezcla de miedo y esperanza.
02:42—Vaya, pequeño, ¿qué haces aquí solo? —murmuró Ernesto, sorprendido por la suavidad de su propia voz.
02:49Hacía tiempo que no hablaba con nadie más que consigo mismo.
02:53El perrito, como si entendiera, se acercó tímidamente.
02:57Fue entonces cuando Ernesto notó el collar rojo que adornaba su cuello.
03:01—¿Quién es dueño? —pensó, una extraña mezcla de alivio y decepción inundándolo.
03:07Con cuidado tomó al cachorro en sus brazos.
03:10Era ligero y cálido, y se acomodó contra su pecho como si hubiera encontrado su lugar en el mundo.
03:16Ernesto sintió algo removerse en su interior, una emoción que creía olvidada.
03:21—Bueno, no podemos dejarte aquí —dijo, iniciando el camino de vuelta a casa.
03:27—Te daremos algo de comer y luego buscaremos a tu familia.
03:32Mientras caminaba, Ernesto se sorprendió hablándole al perro, contándole sobre su casa,
03:37sobre María, sobre la soledad de los últimos años.
03:40El cachorro lo miraba con atención, como si entendiera cada palabra.
03:45Al llegar a casa, Ernesto preparó un improvisado plato de comida y un cuenco con agua.
03:51Observó con una sonrisa cómo el perrito devoraba la comida con entusiasmo.
03:56—Tranquilo, pequeño, que nadie te lo va a quitar —rió suavemente, sorprendido por el sonido de su propia risa.
04:03Mientras el cachorro comía, Ernesto examinó el collar, buscando alguna identificación.
04:09No había ninguna placa, solo un diseño de huesos grabado en el cuero rojo.
04:14—Parece que tendremos que hacer algo de trabajo, detectivezco —amigo, murmuró, acariciando suavemente la cabeza del perro.
04:22Esa noche, por primera vez en años, la casa de Ernesto no se sintió vacía.
04:28El suave respirar del cachorro, dormido en una cama improvisada junto a su sillón,
04:33llenaba el silencio con una calidez que había olvidado.
04:36Mientras se preparaba para dormir, Ernesto se dio cuenta de que, sin quererlo,
04:41ya estaba planeando cómo buscar al dueño del perro mañana.
04:45Por primera vez en mucho tiempo, se fue a la cama con un propósito, con algo que esperar al día siguiente.
04:51Lo que Ernesto no sabía era que este pequeño visitante no solo había interrumpido su rutina,
04:56sino que estaba a punto de cambiar su vida de maneras que jamás hubiera imaginado.
05:01El amanecer encontró a Ernesto despierto mucho antes de lo habitual.
05:06El suave roce de una cola peluda contra su pierna le recordó que la soledad, al menos por ahora, había quedado en pausa.
05:14El cachorro lo miraba con ojos brillantes, como si supiera que hoy era un día especial.
05:20Bueno, amiguito, dijo Ernesto mientras se servía su café matutino, hoy vamos a encontrar a tu familia.
05:27Las palabras salieron de su boca con una mezcla de determinación y un dejo de tristeza que no quiso reconocer.
05:34Tras un desayuno rápido para ambos, Ernesto se preparó para su misión.
05:39Hacía años que no salía con un propósito más allá de las compras rutinarias.
05:44Se sintió extrañamente nervioso, como si estuviera a punto de emprender una gran aventura.
05:50Con el perrito siguiéndolo fielmente, Ernesto comenzó su recorrido por el pueblo.
05:56Su primera parada fue la Plaza Central, corazón de la comunidad.
06:00Allí pegó algunos carteles que había preparado la noche anterior.
06:05El hombre encontrado rezaba el título, seguido de una descripción del cachorro y su número de teléfono.
06:11Mientras caminaban, Ernesto se sorprendió a sí mismo hablando con el perro.
06:16¿Ves esa panadería, muchacho?
06:19María solía comprar el pan allí todos los domingos.
06:22El cachorro la deó la cabeza, como si entendiera cada palabra.
06:27A medida que avanzaba el día, Ernesto se encontró interactuando más con sus vecinos de lo que lo había hecho en años.
06:34La presencia del perro actuaba como un imán, atrayendo sonrisas y conversaciones.
06:39—¡Vaya, Ernesto!
06:41—No sabía que tenías un perro —exclamó Doña Carmen, la dueña de la tienda de abarrotes.
06:47—Oh, no es mío —respondió él, sorprendido por la calidez en su propia voz.
06:53—Lo encontré ayer y estoy buscando a sus dueños.
06:56Cada persona con la que hablaba prometía estar atenta y correr la voz.
07:01Ernesto sintió una oleada de gratitud hacia esta comunidad que, se daba cuenta ahora,
07:06siempre había estado allí, esperando a que él volviera a conectar.
07:10A medida que el sol comenzaba a descender, Ernesto y su compañero Canino regresaron a casa.
07:16Aunque la búsqueda no había dado frutos, Ernesto se sentía extrañamente satisfecho.
07:22Había sido un día lleno de propósito, de conexiones humanas, de vida.
07:27Esa noche, mientras cenaban Ernesto su sopa y el perro un improvisado guiso de pollo,
07:33el teléfono permaneció en silencio. Ningún dueño preocupado llamó reclamando al cachorro.
07:38—Parece que pasarás otra noche aquí, amigo —murmuró Ernesto,
07:43sorprendiéndose al notar un tono de alivio en su voz.
07:46Antes de dormir, Ernesto se encontró mirando viejos álbumes de fotos, algo que no había hecho en años.
07:54Le contaba al perro historias sobre María, sobre su vida juntos, sobre los viajes que hicieron.
08:00El cachorro escuchaba atentamente su cabeza apoyada en el regazo de Ernesto.
08:05Mientras se preparaba para dormir, Ernesto se dio cuenta de que, por primera vez en mucho tiempo,
08:11no sentía el peso aplastante de la soledad.
08:14El suave ronquido del perro desde su cama improvisada llenaba la casa de una calidez que había olvidado.
08:20—Buenas noches, amigo —susurró en la oscuridad, una pequeña sonrisa dibujándose en sus labios.
08:26Los días se transformaron en semanas y la presencia del cachorro en la vida de Ernesto
08:31pasó de ser una novedad a convertirse en una dulce rutina.
08:35Cada mañana, el viejo despertaba con el suave hocico del perro rozando su mano,
08:40un recordatorio cálido de que ya no estaba solo.
08:43Ernesto había bautizado al cachorro como compañero,
08:47un nombre que reflejaba perfectamente el papel que estaba desempeñando en su vida.
08:52Juntos recorrían las calles del pueblo,
08:55continuando con una búsqueda que, con el paso de los días, se volvía cada vez menos entusiasta.
09:01Una tarde particularmente soleada, mientras paseaban por el parque,
09:05Ernesto se encontró con Matilde, una antigua amiga de María que no veía desde el funeral.
09:11Ernesto exclamó Matilde con sorpresa.
09:14—¡Qué alegría verte!
09:16—Y veo que tienes un nuevo amigo, añadió, inclinándose para acariciar a compañero.
09:22En realidad, comenzó Ernesto, dispuesto a explicar la situación, pero se detuvo.
09:28Por primera vez se dio cuenta de que la idea de encontrar al dueño de compañero
09:32le provocaba un nudo en el estómago.
09:35—Es complicado, finalizó con una sonrisa tímida.
09:40Matilde lo miró con comprensión.
09:42—Sabes, Ernesto, María estaría feliz de verte así.
09:47Hacía tiempo que no te veía sonreír.
09:50Esas palabras resonaron en Ernesto durante todo el camino de vuelta a casa.
09:55Realmente estaba sonriendo más.
09:58Se dio cuenta de que sí, que la presencia de compañero había traído luz a sus días grises.
10:04En casa, mientras preparaba la cena para ambos,
10:07Ernesto se encontró hablando en voz alta algo que se había vuelto habitual.
10:12—¿Sabes, compañero?
10:14—Creo que te has convertido en mi mejor amigo, dijo, riendo suavemente ante la ironía de la situación.
10:20El perro, como si entendiera, ladró alegremente y meneó la cola.
10:25Esa noche, sentado en su sillón con compañero a sus pies, Ernesto tomó una decisión.
10:31Sacó el viejo álbum de fotos y lo abrió en una página donde él y María sonreían en su jardín.
10:37María, susurró, acariciando la fotografía,
10:40—Creo que nos has enviado un ángel guardián de cuatro patas.
10:44Compañero, como si supiera que hablaban de él,
10:47alzó la cabeza y miró a Ernesto con sus ojos llenos de lealtad.
10:52Ernesto se dio cuenta de que, sin proponérselo,
10:55había dejado de buscar activamente al dueño de compañero.
10:58Los carteles en el pueblo se habían desvanecido con la lluvia y él no los había reemplazado.
11:04El teléfono ya no sonaba con falsas alarmas de posibles dueños.
11:08Quizás, pensó Ernesto, quizás esto es lo que debía pasar.
11:13Sin embargo, el destino tenía otros planes.
11:17Justo cuando Ernesto empezaba a imaginar una vida con compañero a su lado,
11:21el universo decidió que era momento de sacudir las cosas una vez más.
11:26Al día siguiente, mientras paseaban por la plaza del pueblo,
11:30una voz familiar llamó su atención.
11:33—Ernesto.
11:34—Espera, gritó Lucía, su vecina de dos casas más allá.
11:39—Creo, creo que sé de quién es ese perro.
11:42El mundo de Ernesto se detuvo por un instante.
11:46Miró a compañero, quien le devolvió la mirada con sus ojos llenos de confianza,
11:51ajeno al torbellino de emociones que se desataba en el corazón de su cuidador temporal.
11:56La búsqueda había terminado, pero para Ernesto,
11:59una nueva etapa de su viaje estaba a punto de comenzar.
12:03Una etapa que pondría a prueba su corazón recién despertado
12:06y lo enfrentaría a decisiones que nunca imaginó tener que tomar.
12:11—Estás.
12:13—¿Estás segura?, preguntó Ernesto, su voz apenas un susurro.
12:17Lucía sintió.
12:19—Es el perro de los Gutiérrez.
12:22Ya sabes, la familia que vive en la calle del Olivo.
12:26Su hija pequeña, Ana, ha estado muy enferma últimamente.
12:31Creo que el perro se escapó durante una de sus visitas al hospital.
12:35Ernesto sintió como si el suelo se abriera bajo sus pies.
12:39Conocía a los Gutiérrez, aunque solo de vista.
12:42Recordaba haber visto a la pequeña Ana jugando en el parque, su risa llenando el aire.
12:48La idea de que esa niña estuviera enferma y, además, hubiera perdido a su mascota,
12:53le provocó una punzada de culpa.
12:56—Gracias, Lucía, logró decir Ernesto.
12:59—Yo. Me encargaré de devolverlo.
13:03El camino de regreso a casa fue silencioso.
13:06Compañero, sintiendo el cambio en el ánimo de Ernesto,
13:10caminaba pegado a su pierna como ofreciendo consuelo.
13:14Una vez en casa, Ernesto se desplomó en su sillón, la cabeza entre las manos.
13:19Compañero se acercó, apoyando su cabeza en la rodilla del anciano.
13:23—Oh, amigo, murmuró Ernesto, acariciando las orejas del perro.
13:28¿Qué vamos a hacer?
13:30Por un momento, un pensamiento egoísta cruzó su mente.
13:34Podría fingir que nunca había hablado con Lucía,
13:37que no sabía nada sobre los verdaderos dueños de Compañero.
13:41Podría quedarse con él, continuar con esta nueva vida que apenas comenzaba a disfrutar.
13:46Pero tan pronto como el pensamiento apareció, la culpa lo invadió.
13:51Pensó en la pequeña Ana, enferma y extrañando a su mascota.
13:55¿Cómo podría privar a una niña de la alegría y el consuelo
13:59que Compañero podría brindarle en un momento tan difícil?
14:02Ernesto pasó la noche en vela,
14:04debatiéndose entre su deseo de mantener a Compañero y lo que sabía que era correcto.
14:09Al amanecer, con los primeros rayos de sol filtrándose por la ventana, tomó su decisión.
14:15—Vamos, Compañero, dijo con voz temblorosa.
14:19—Es hora de llevarte a casa.
14:22El camino hacia la casa de los Gutiérrez fue el más difícil que Ernesto había recorrido en años.
14:27Cada paso le pesaba, cada metro lo acercaba más a una despedida que no quería enfrentar.
14:33Cuando llegaron frente a la casa de los Gutiérrez, Ernesto se detuvo,
14:38miró a Compañero, quien le devolvió la mirada con esos ojos llenos de lealtad
14:43que habían sido su consuelo durante las últimas semanas.
14:46—Has sido el mejor amigo que pude haber pedido,
14:49susurró Ernesto, agachándose para abrazar al perro.
14:52—Gracias por traer luz a mi vida.
14:55Con el corazón pesado, Ernesto alzó la mano para tocar el timbre.
15:00El sonido pareció resonar en su interior,
15:03marcando el final de un capítulo que apenas había comenzado a escribir.
15:07La puerta se abrió, y Ernesto se encontró cara a cara con el señor Gutiérrez.
15:12Detrás de él, se escuchaba la voz débil pero emocionada de una niña.
15:16—¿Papá?
15:17—¿Es Loki?
15:19—¿Ha vuelto Loki?
15:21Ernesto sintió un nudo en la garganta.
15:23Compañero, no, Loki, movió la cola al escuchar su verdadero nombre y la voz de su dueña.
15:30—Buenas tardes, logró decir Ernesto.
15:33—Creo que he encontrado algo que les pertenece.
15:36El señor Gutiérrez miró a Ernesto con una mezcla de sorpresa y gratitud.
15:41—¿Usted encontró a Loki? —preguntó, su voz cargada de emoción.
15:46Antes de que Ernesto pudiera responder,
15:49un pequeño torbellino de energía apareció detrás del señor Gutiérrez.
15:53Era Ana, la niña enferma, que al ver a Loki soltó un grito de alegría.
15:58—¡Loki! —exclamó, arrojándose al suelo para abrazar al perro.
16:04Loki respondió con entusiasmo, lamiendo la cara de la niña y moviendo la cola frenéticamente.
16:10Ernesto observó la escena con una mezcla de alegría y tristeza.
16:14Ver la felicidad en el rostro de Ana confirmaba que había tomado la decisión correcta,
16:19pero no hacía que la despedida fuera menos dolorosa.
16:22—Pase, por favor —dijo el señor Gutiérrez, invitando a Ernesto a entrar.
16:27—Mi esposa acaba de preparar café.
16:31Es lo mínimo que podemos hacer para agradecerle.
16:34Dentro de la casa, Ernesto se encontró sentado en una acogedora sala de estar,
16:39una taza de café humeante entre sus manos.
16:42Ana jugaba en el suelo con Loki, su risa llenando la habitación.
16:47—No sabe cuánto significa esto para nosotros —dijo la señora Gutiérrez, sentándose frente a Ernesto.
16:53—Ana ha estado tan enferma últimamente.
16:56Perder a Loki fue un golpe duro.
16:59Fue entonces cuando Ernesto notó algo que no había visto antes.
17:03Ana, aunque llena de alegría, se movía con cierta dificultad.
17:08Sus movimientos parecían débiles, como si cada gesto le costara un gran esfuerzo.
17:13—Puedo preguntar qué le ocurre a Ana —se atrevió a preguntar Ernesto.
17:18Los Gutiérrez intercambiaron una mirada cargada de preocupación.
17:22—Es una enfermedad rara —explicó el señor Gutiérrez.
17:27Afecta sus músculos, haciendo que pierda fuerza progresivamente.
17:33Los médicos dicen que no hay cura conocida.
17:36Ernesto sintió que el corazón se le encogía.
17:39De repente, su propia pérdida parecía insignificante en comparación con lo que esta familia estaba enfrentando.
17:46—Pero no perdemos la esperanza —continuó la señora Gutiérrez, con una sonrisa valiente.
17:52—Hemos oído hablar de una planta rara que podría ayudar.
17:56—El problema es que es casi imposible de conseguir.
17:59Algo en la mente de Ernesto hizo clic.
18:02—Una planta rara —preguntó, inclinándose hacia adelante con interés.
18:07—¿Saben cómo se llama?
18:09—Creo que era.
18:11—Camellia sinensis var, asamica —respondió el señor Gutiérrez, pronunciando el nombre científico con cuidado.
18:20Aparentemente, solo crece en algunas partes remotas del mundo.
18:24Ernesto sintió que el aire abandonaba sus pulmones.
18:28Conocía esa planta.
18:30No solo la conocía, sino que tenía una creciendo en su jardín trasero.
18:35María, su difunta esposa, había sido una ávida coleccionista de plantas exóticas y había logrado cultivar esa variedad rara desde hace años.
18:45—Yo. Creo que puedo ayudarles —dijo Ernesto, su voz temblando ligeramente.
18:51Los Gutiérrez lo miraron con una mezcla de confusión y esperanza.
18:55Ana, que había estado escuchando la conversación, se acercó cojeando, con Loki siguiéndola fielmente.
19:02—De verdad puede ayudar a que me ponga mejor —preguntó la niña, sus grandes ojos llenos de una esperanza que hizo que el corazón de Ernesto se derritiera.
19:11En ese momento, Ernesto supo que el destino había tejido una red mucho más compleja de lo que él podía imaginar.
19:18Lo que comenzó como la simple devolución de un perro perdido se estaba convirtiendo en algo mucho más grande, algo que podría cambiar vidas.
19:27—Sí, pequeña —respondió Ernesto, con una sonrisa cálida. —Creo que puedo ayudar.
19:34La mañana siguiente amaneció con una energía diferente.
19:38Ernesto se despertó temprano, su mente zumbando con pensamientos sobre la planta y la pequeña Ana.
19:45Se vistió rápidamente y salió al jardín trasero, donde el legado botánico de María florecía en toda su gloria.
19:52Allí, en una esquina protegida, crecía la camellia sinensis var.
19:57ASAMICA
19:59Ernesto la observó con nuevos ojos, maravillándose de cómo algo que había considerado simplemente un recuerdo de María podría ahora ser la clave para salvar la vida de una niña.
20:09Con cuidado, Ernesto comenzó a recolectar algunas hojas y brotes tiernos.
20:14Mientras lo hacía, no pudo evitar hablar en voz alta, como si María pudiera escucharlo.
20:20—¿Lo sabías, querida?
20:22¿Sabías que un día tu pasión por las plantas raras sería tan importante?
20:27Justo cuando terminaba de recolectar, escuchó que llamaban a la puerta.
20:32Era el señor Gutiérrez, con Ana y Loki.
20:35—Espero que no sea muy temprano —dijo el señor Gutiérrez, con una mezcla de ansiedad y esperanza en su voz.
20:42—Para nada —respondió Ernesto con una sonrisa, notando cómo Loki movía la cola al verlo.
20:48—Pasen, por favor.
20:51Dio a sus visitantes al jardín trasero.
20:54Los ojos de Ana se abrieron de par en par al ver la variedad de plantas exóticas.
20:58—¡Guau! —exclamó la niña, su voz llena de asombro a pesar de su debilidad.
21:04—Es como un jardín mágico.
21:06Ernesto no pudo evitar sonreír.
21:09—Así es como mi María lo llamaba —dijo con nostalgia.
21:13Les mostró la planta de camellia y les explicó cómo María había logrado cultivarla.
21:18El señor Gutiérrez escuchaba con atención, mientras Ana acariciaba suavemente las hojas de la planta.
21:24—¿Y esto realmente puede ayudarme? —preguntó Ana, su voz mezclando esperanza y duda.
21:30Ernesto se arrodilló junto a ella, ignorando el crujido de sus viejas rodillas.
21:35—No puedo prometerte nada, pequeña —dijo con suavidad.
21:39—Pero vamos a hacer todo lo posible.
21:42Pasaron la siguiente hora discutiendo cómo preparar la planta.
21:46Ernesto compartió las notas detalladas que María había dejado sobre su cultivo y uso.
21:52—Necesitaremos consultar con el médico de Ana —dijo el señor Gutiérrez—
21:57para asegurarnos de que lo hagamos de la manera correcta y segura.
22:01Ernesto asintió.
22:03—Por supuesto. Y quiero que sepan que pueden venir aquí siempre que necesiten más hojas.
22:09El jardín de María ahora es el jardín de Ana también.
22:14Los ojos del señor Gutiérrez se llenaron de lágrimas.
22:18—No sé cómo agradecerle —dijo con voz quebrada.
22:22—No hay nada que agradecer —respondió Ernesto.
22:25—Es lo que María hubiera querido.
22:28Mientras veía a Ana jugar con Loki entre las flores,
22:31Ernesto sintió una calidez en el pecho que no había experimentado en años.
22:36Por primera vez desde la muerte de María, sintió que tenía un propósito,
22:40una razón para levantarse cada mañana.
22:43—Sabes, Ana —dijo Ernesto, sentándose en un banco del jardín—,
22:48creo que tú y Loki han traído tanta magia a mi vida como esta planta podría traer a la tuya.
22:54Ana le sonrió, una sonrisa que iluminó todo el jardín.
22:58—Entonces todos nos estamos ayudando —dijo con una sabiduría más allá de sus años.
23:04Mientras el sol ascendía en el cielo, bañando el jardín en una luz dorada,
23:08Ernesto supo que este era sólo el comienzo de un nuevo capítulo en su vida.
23:13Un capítulo lleno de esperanza, de nuevas conexiones y, quizás, de un poco de magia botánica.
23:20Lo que ninguno de ellos sabía era que el verdadero desafío apenas comenzaba.
23:24El camino hacia la recuperación de Ana sería largo y difícil,
23:28pero ahora tenían algo que no habían tenido antes,
23:31una comunidad unida por la esperanza y el amor cultivada en el jardín de Ernesto.
23:36Las semanas siguientes pasaron en un torbellino de actividad.
23:40El jardín de Ernesto se convirtió en el centro de una misión compartida, la recuperación de Ana.
23:46El doctor Ramírez, el médico de Ana,
23:49se mostró inicialmente escéptico sobre el uso de la camellia sinensis VAR.
23:54Asamica.
23:55Sin embargo, después de investigar y consultar con colegas especialistas,
24:00accedió a supervisar un tratamiento experimental.
24:03No puedo prometer nada, advirtió el doctor Ramírez durante una reunión en la sala de Ernesto,
24:09pero dada la rareza de la enfermedad de Ana y la falta de tratamientos convencionales efectivos,
24:14creo que vale la pena intentarlo.
24:16Así comenzó una rutina diaria.
24:19Cada mañana, Ernesto preparaba cuidadosamente una infusión de las hojas de camellia
24:24siguiendo las instrucciones detalladas de María.
24:27Los gutierres venían a recogerla y Ana la tomaba bajo la supervisión de sus padres y el doctor Ramírez.
24:33Loki, ahora un visitante frecuente en la casa de Ernesto,
24:37parecía entender la importancia de estas visitas.
24:40Se quedaba quieto mientras Ernesto preparaba la infusión, como si estuviera montando guardia.
24:46Los primeros días no hubo cambios notables.
24:49Ana seguía débil, sus movimientos aún limitados.
24:53Pero ni ella ni sus padres perdieron la esperanza.
24:56Cada tarde, Ana y Loki jugaban en el jardín de Ernesto,
25:00llenando el aire con risas que el anciano no había escuchado en años.
25:04Fue en la tercera semana cuando notaron el primer signo de mejoría.
25:09Papá, mira, exclamó Ana una tarde,
25:12levantando un pequeño rastrillo de jardinería que Ernesto le había regalado.
25:16Su mano, que antes temblaba con el esfuerzo,
25:19ahora sostenía la herramienta con más firmeza.
25:22El señor Gutiérrez miró a Ernesto con los ojos llenos de lágrimas de alegría.
25:27¿Lo ve? Está funcionando.
25:30Ernesto sintió que su corazón se hinchaba de emoción.
25:34María estaría tan feliz, murmuró para sí mismo.
25:38A medida que pasaban los días, las mejorías de Ana se hicieron más evidentes.
25:43Su paso se volvió más seguro,
25:45su voz más fuerte.
25:47El doctor Ramírez, aunque cauto,
25:50no podía ocultar su asombro en cada visita de seguimiento.
25:53Es realmente notable, dijo durante una de sus visitas.
25:57Necesitaremos hacer más pruebas, por supuesto,
26:00pero los resultados son muy prometedores.
26:03Para Ernesto, ver a Ana recuperar su fuerza día a día
26:07era como ver florecer una de las plantas más preciosas de María.
26:11Se encontró esperando ansiosamente las visitas diarias,
26:14disfrutando no sólo de ver el progreso de Ana,
26:17sino también de la compañía de la familia Gutiérrez y de Loqui.
26:21Una tarde, mientras Ana jugaba con Loqui en el jardín,
26:24la señora Gutiérrez se acercó a Ernesto.
26:27¿Sabe? Dijo ella suavemente.
26:30Antes de todo esto, Ana solía preguntar por qué no tenía abuelos como sus amigos.
26:34Creo que ahora ha encontrado uno.
26:37Ernesto sintió que se le formaba un nudo en la garganta.
26:40Nunca había tenido hijos propios,
26:43y la idea de ser una figura de abuelo para Ana
26:46lo llenó de una alegría que no podía expresar con palabras.
26:49Sin embargo, a pesar de todas las buenas noticias,
26:52Ernesto no podía evitar sentir una punzada de preocupación.
26:55¿Qué pasaría cuando Ana se recuperara por completo?
26:58¿Volverían las cosas a como eran?
27:01¿Qué pasaría si Ana se recuperara por completo?
27:04¿Volvería a quedarse solo?
27:07Mientras observaba a Ana correr tras Loqui,
27:10más fuerte y ágil que nunca,
27:13Ernesto se dio cuenta de que,
27:16sin importar lo que deparara el futuro,
27:19su vida había cambiado para siempre.
27:22Y por primera vez en mucho tiempo,
27:25estaba emocionado por lo que vendría.
27:28Lo que Ernesto no sabía era que el destino
27:31tenía muchas cosas para él
27:34y que su jardín de esperanza pronto se convertiría
27:37en algo mucho más grande de lo que jamás hubiera imaginado.
27:40El otoño había llegado al pequeño pueblo,
27:43tiñendo el jardín de Ernesto con tonos dorados y rojizos.
27:46Habían pasado tres meses
27:49desde que comenzó el tratamiento de Ana con la camellia Sinensis Var.
27:52Azamica, y los resultados eran nada menos que milagrosos.
27:55Esa mañana, Ernesto esperaba con ansiedad
27:58la visita de los Gutierres.
28:01Era el día de la revisión final con el Dr. Ramírez
28:04y todos contenían la respiración esperando buenas noticias.
28:07El sonido del timbre hizo que Ernesto se levantara de un salto,
28:10sorprendido por su propia agilidad.
28:13Al abrir la puerta, fue recibido por una visión
28:16que le llenó el corazón de alegría,
28:19Ana corriendo hacia el con Loqui a su lado,
28:22sin ningún rastro de la debilidad que antes la atormentaba.
28:26Abuelo Ernesto, gritó Ana, lanzándose a sus brazos.
28:29Ernesto la abrazó con fuerza,
28:32maravillado por cómo ese título, Abuelo,
28:35se había vuelto tan natural y preciado para él.
28:38Los señores Gutierres lo saludaron con amplias sonrisas
28:41y detrás de ellos, el Dr. Ramírez entró
28:44con una carpeta en la mano y una expresión de asombro en su rostro.
28:47Los resultados son increíbles,
28:50anunció el Dr. una vez que todos estuvieron sentados en la sala.
28:54No sólo hemos detenido el avance de la enfermedad,
28:57sino que hemos revertido gran parte del daño.
29:00Ana está, para todos los efectos, curada.
29:03Un silencio cargado de emoción llenó la habitación,
29:06roto sólo por el solloso ahogado de la señora Gutiérrez
29:09y los ladridos emocionados de Loqui,
29:12como si entendiera la magnitud del momento.
29:15Esto es, esto es un descubrimiento médico sin precedentes,
29:18continuó el Dr. Ramírez.
29:21Con su permiso, me gustaría publicar un estudio sobre este caso.
29:24Podría ayudar a muchos otros niños con condiciones similares.
29:27Ernesto sintió una mezcla de orgullo y humildad.
29:30María estaría tan feliz, murmuró,
29:33sus ojos humedeciéndose al pensar en su difunta esposa.
29:36Pero la sorpresa del día no terminaba ahí.
29:39El Sr. Gutiérrez se aclaró la garganta,
29:42captando la atención de todos.
29:45Ernesto, comenzó, miraba a los niños
29:48Gracias a ti, nuestra hija tiene una segunda oportunidad en la vida.
29:51Queremos hacer algo para agradecerte
29:54y para asegurarnos de que otros puedan beneficiarse de este milagro.
29:57La Sra. Gutiérrez continuó.
30:00Hemos decidido crear una fundación.
30:03La Fundación María, en honor a tu esposa.
30:06Su propósito será cultivar y distribuir la camellia sinensis var.
30:09Azamica Afamiliana, en honor a tu esposa.
30:12La Fundación María, en honor a tu esposa.
30:15Azamica Afamiliana, en honor a tu esposa.
30:18Azamica Afamiliana, en honor a tu esposa.
30:21Azamica Afamiliana, en honor a tu esposa.
30:24Azamica Afamiliana, en honor a tu esposa.
30:27Azamica Afamiliana, en honor a tu esposa.
30:30Ernesto se quedó sin palabras, abrumado por la emoción.
30:33Y queremos que tú seas parte fundamental de esto,
30:36añadió el Sr. Gutiérrez.
30:39Tu conocimiento sobre el cultivo de la planta es invaluable.
30:42Antes de acuerdo, Ana, que había estado escuchando atentamente,
30:45saltó de emoción.
30:48Sí, el jardín mágico del abuelo Ernesto ayudará a más niños.
30:51Ernesto miró a su alrededor a Ana,
30:54rebosante de salud y felicidad.
30:57A los Gutiérrez, con sus rostros llenos de gratitud y determinación.
31:00Al Dr. Ramírez, emocionado por las posibilidades médicas.
31:03Y a Loki, fiel compañero en todo este viaje.
31:06Sintió que su corazón se expandía con un amor y propósito
31:09que no había experimentado en años.
31:12Sería un honor, respondió finalmente,
31:15su voz cargada de emoción.
31:18María siempre decía que las plantas tenían el poder de sanar
31:21no sólo el cuerpo, sino también el alma.
31:24Creo que tenía razón en más formas de las que imaginamos.
31:27Mientras el grupo comenzaba a discutir emocionadamente
31:30los planes para la fundación,
31:33Ernesto miró por la ventana hacia su jardín.
31:36Las hojas otoñales danzaban en el viento,
31:39como celebrando este nuevo comienzo.
31:42Ernesto sonrió, sintiendo que este no era el final de una historia,
31:45sino el comienzo de una nueva y emocionante aventura.
31:48Una aventura en la que el legado de María,
31:51el milagro de Ana y su propio renacimiento
31:54se entrelazaban para crear algo hermoso y duradero.
31:57Y en medio de todo, estaba Loki,
32:00el pequeño perro que había sido el catalizador de todo este milagro,
32:04recordándole a Ernesto que a veces
32:07las bendiciones más grandes llegan en los paquetes más inesperados.
32:10Un año había pasado desde aquel día
32:13en que la Fundación María había sido concebida.
32:16El jardín de Ernesto, una vez un refugio solitario,
32:19ahora bullía de actividad y vida.
32:22Era una soleada mañana de primavera
32:25y Ernesto se encontraba en su porche
32:28observando el ir y venir de voluntarios y trabajadores.
32:32El antiguo jardín se había expandido considerablemente
32:35con invernaderos modernos que albergaban
32:38cientos de plantas de camellia sinensis var.
32:41Azamica en diferentes etapas de crecimiento.
32:44Ana, ahora completamente recuperada y rebosante de energía,
32:47corría entre las plantas con Loki pisándole los talones.
32:50Se había convertido en la ayudante jefe de Ernesto,
32:53absorbiendo ávidamente todo el conocimiento
32:56que podía sobre el cultivo y cuidado de las plantas.
32:59Abuelo Ernesto llamó a Ana
33:02acercándose con una maceta en sus manos.
33:05—Mira. Esta está lista para ser enviada.
33:08Ernesto sonrió examinando la planta con ojo experto.
33:11—Excelente trabajo, pequeña.
33:14Esta ayudará a otro niño, justo como te ayudó a ti.
33:17El sonido de un automóvil acercándose
33:20captó su atención.
33:23Era el doctor Ramírez,
33:26acompañado por un grupo de médicos e investigadores
33:29de diversos países.
33:32—Buenos días, Ernesto, saludó el doctor con entusiasmo.
33:35Estos son los especialistas de los que te hablé.
33:38Están ansiosos por ver el vivero y discutir
33:41los resultados de los últimos ensayos clínicos.
33:44Ernesto se puso de pie, sintiendo una mezcla
33:47de orgullo y humildad.
33:50En el último año, la Fundación María había logrado ayudar
33:53a docenas de niños con condiciones similares a la de Ana.
33:56Los resultados habían captado la atención
33:59de la comunidad médica internacional.
34:02Mientras guiaba al grupo por el jardín,
34:05Ernesto no pudo evitar pensar en María.
34:08—Si pudieras ver esto, querida, murmuró para sí mismo.
34:11Tu pasión por las plantas está cambiando el mundo.
34:14La señora Gutiérrez se unió al grupo,
34:17llevando una bandeja con refrescos.
34:20Había convertido en la directora ejecutiva de la Fundación,
34:23canalizando su gratitud en una dedicación incansable a la causa.
34:26—Tengo noticias emocionantes —anunció ella
34:29mientras servía las bebidas.
34:32—La Universidad Nacional ha aprobado nuestra propuesta.
34:35Van a establecer un departamento de investigación
34:38dedicado exclusivamente al estudio de las propiedades medicinales
34:41de la camellia y otras plantas raras.
34:44Un murmullo de emoción recorrió el grupo.
34:47Esto significaba más recursos, más investigación
34:50y, potencialmente, más vidas salvadas.
34:53Mientras la conversación técnica continuaba,
34:56Ernesto se apartó un momento,
34:59caminando hacia un rincón tranquilo del jardín.
35:02Allí, en un pequeño claro rodeado de flores,
35:05había una placa conmemorativa, en memoria de María,
35:08cuyo amor por las plantas sembró las semillas de esperanza para muchos.
35:11Ernesto tocó suavemente la placa,
35:14sintiendo una profunda gratitud.
35:17Su vida, que una vez pareció acabada con la partida de María,
35:20ahora estaba llena de propósito y conexiones.
35:23De repente sintió una mano pequeña
35:26deslizarse en la suya.
35:29Era Ana, que lo miraba con ojos llenos de comprensión
35:32más allá de sus años.
35:35—La Abuela María estaría muy orgullosa, ¿verdad? —dijo suavemente.
35:38Ernesto asintió, con un nudo en la garganta.
35:42—Sí, pequeña. Muy orgullosa.
35:45Loki se acercó, apoyando su cabeza
35:48contra la pierna de Ernesto,
35:51como ofreciendo su propio consuelo silencioso.
35:54En ese momento, rodeado por el legado floreciente de María,
35:57el amor de su nueva familia y el impacto tangible
36:00que estaban teniendo en el mundo, Ernesto se sintió completo.
36:03—Sabes, Ana —dijo,
36:06mientras caminaban de vuelta al grupo—,
36:09a veces la vida nos presenta desafíos que parecen insuperables.
36:12Pero si mantenemos nuestros corazones abiertos
36:15y nuestras manos dispuestas,
36:18podemos transformar esos desafíos en bendiciones
36:21que se extienden mucho más allá de nosotros mismos.
36:24Ana asintió solemnemente, apretando la mano de Ernesto.
36:27Mientras se reincorporaban al grupo,
36:30con Loki trotando felizmente a su lado,
36:33Ernesto miró al cielo, sintiendo una brisa suave
36:36como si pudiera consurrar el nombre de María.
36:39Sonrió, sabiendo que aunque el camino había sido largo
36:42y a veces difícil, cada paso lo había llevado exactamente
36:45a donde necesitaba estar.
36:48El jardín, una vez un refugio de soledad,
36:51ahora era un faro de esperanza para muchos.
36:54Y Ernesto, quien una vez pensó que su vida había terminado,
36:57descubrió que en realidad apenas estaba comenzando.