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La primera Carta de Cristóbal Colón tras el descubrimiento de América fue escrita en 1493, poco después de su regreso a España tras su primer viaje al Nuevo Mundo. Esta carta, dirigida a los Reyes Católicos y otras autoridades europeas, fue un informe oficial de sus descubrimientos, un testimonio clave de lo que Colón encontró en su travesía y una pieza propagandística diseñada para resaltar los logros de su expedición.

Historia verdadera de la conquista de la Nueva España (1568) de Bernal Díaz del Castillo https://www.josepenacoto.com/audiolibros/clasicos/historia-verdadera-de-la-conquista-bernal-d%C3%ADaz-del-castillo

Contextualmente, Colón había partido de España en agosto de 1492 con el objetivo de encontrar una nueva ruta hacia las Indias Orientales, navegando hacia el oeste a través del Atlántico. Sin embargo, en lugar de llegar a Asia, el 12 de octubre de 1492, Colón y su tripulación desembarcaron en una isla en el Caribe, en lo que hoy conocemos como América. En su carta, Colón describe las islas recién descubiertas, que él creyó parte del continente asiático, y las tierras que exploró, incluyendo lo que él llamaba "Cipango" (Japón) y "La Española" (actual Haití y República Dominicana).

La difusión de esta carta fue rápida y tuvo un gran impacto en Europa. Se tradujo a varios idiomas y circuló ampliamente, lo que ayudó a consolidar la fama de Colón y a incrementar el entusiasmo por la expansión hacia el oeste. Aunque Colón no había encontrado las riquezas de Asia que inicialmente buscaba, sus descubrimientos marcaron el comienzo de un nuevo capítulo en la historia mundial, abriendo el camino para la colonización y explotación de América por parte de las potencias europeas.

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© 2024. José Peña Coto. Todos los derechos reservados.
Transcripción
00:00Partí en nombre de la Santísima Trinidad, el miércoles 30 de mayo de 1498, de Sanlúcar
00:09de Barrameda, y navegué a las Islas Madera por camino no acostumbrado, por evitar los
00:16perjuicios que me hubiera causado una armada francesa que me aguardaba cerca del cabo de
00:23San Vicente, y de allí a las Islas Canarias.
00:28De aquí partí con una nave y dos carabelas.
00:32Envié los otros navíos directamente a la Isla Española, y yo navegué rumbo al sur
00:39con propósito de llegar a la línea equinocial, y de allí seguir al poniente hasta que la
00:46Española quedase al norte, llegando a las Islas de Cabo Verde, falso nombre porque son
00:54tan secas que no vi en ellas cosa verde alguna, con toda la gente enferma.
01:01No sé detenerme en ellas, y navegué al sudoeste 480 millas, donde anocheciendo tenía la estrella
01:11polar en cinco grados.
01:14Allí me desamparó el viento, y entré en una zona de calor y tan grande que creí que
01:20se me quemarían los navíos y la gente.
01:24El desorden fue tal que no había persona que osase descender bajo cubierta a reparar
01:30las vasijas y víveres.
01:33Duró este calor ocho días, el primero de los cuales fue soleado, y los siete siguientes
01:42de lluvia y nublados, que si hubiesen sido soleados como el primero creo que no hubiéramos
01:49podido escapar de manera alguna.
01:52Plugo a Nuestra Señora.
01:55Al cabo de esos ocho días, darme buen viento de levante, y yo seguí al poniente.
02:03Mas no sé declinar hacia el sur, porque allí he grandísimo cambio en el cielo y las estrellas.
02:11Decidí pues mantener rumbo oeste y navegar a la altura de Sierra Leona, hasta donde había
02:19pensado encontrar tierra para reparar los navíos, remediar la escasez de víveres y
02:26tomar agua, que ya no tenía.
02:29Al cabo de diecisiete días en que Nuestro Señor me dio viento favorable, el martes
02:34treinta y uno de julio, al mediodía, avistamos tierra.
02:40Yo la esperaba desde el lunes anterior y había mantenido el rumbo invariable hasta entonces.
02:46Tras el martes, al salir el sol, careciendo ya de agua, decidí dirigirme a las Islas
02:54de los Caribes, y tomé esa dirección.
02:58Como Su Alta Majestad siempre ha usado de misericordia conmigo, por suerte subió un
03:05marinero a la Gabia y vio al poniente tres montañas juntas.
03:11Dijimos la Salve Regina y otras oraciones, y dimos todos muchas gracias a Nuestro Señor.
03:20Después dejé el camino al norte y me dirigí a tierra.
03:24Llegué con el crepúsculo al cabo que llamé de la Galea, hoy Cabo Galeote, después de
03:31haber bautizado a la isla con el nombre de Trinidad.
03:36Allí hubiera encontrado puerto de haber sido más hondo.
03:41Había casas, gente y muy lindas tierras, tan hermosas y verdes como las huertas de
03:48Valencia en marzo.
03:50Besóme cuando no pude entrar a puerto, y recorrí la costa hasta el extremo oeste.
03:58Navegadas cinco leguas hallé fondo y anclé las naves.
04:03Al día siguiente me di a la vela buscando puerto para reparar los navíos y tomar agua
04:09y víveres.
04:11Tomé una pipa de agua y con ella anduve hasta llegar al cabo.
04:17Allí hallé abrigo del viento del Bante y buen fondo, donde mandé a echar el ancla,
04:25reparar los toneles y tomar agua y leña, y envié gente a tierra a descansar de tanto
04:31tiempo que andaban penando.
04:35A esta punta la llamé del Arenal, hoy punta de Icacos, y allí se halló la tierra hoyada
04:43de unos animales que tenían las patas como de cabra, que según parece había en abundancia,
04:51aunque no se vio sino uno muerto.
04:54Al día siguiente vino del oriente una gran canoa con veinticuatro hombres, todos mancebos,
05:03muy ataviados y armados de arcos, flechas y escudos, de buena figura y no negros, sino
05:10más blancos que los otros que he visto en las Indias, de lindos gestos y hermosos cuerpos,
05:18con los cabellos cortados al uso de castilla.
05:22Traían la cabeza atada con un pañuelo de algodón tejido a labores y colores tan finos
05:29que yo creí eran de gasa.
05:33Traían otro de estos pañuelos ceñido a la cintura, y se cubrían con él en lugar
05:40de taparrabo.
05:42Cuando llegó la canoa sus ocupantes hablaron de lejos, y ni yo ni otro alguno les entendimos,
05:50mas yo les mandaba hacer señas de acercarse.
05:54En esto se pasaron más de dos horas.
05:58Si se aproximaban un poco, luego se alejaban.
06:03Yo les hacía mostrar vacines y otras cosas que lucían, enamorándolos para que viniesen.
06:10Al cabo de buen rato se acercaron algo más de lo que hasta entonces habían hecho.
06:16Yo deseaba lograr información, y no teniendo ya cosa que mostrarles para atraerlos, mandé
06:23subir un tamboril al castillo de popa para que tañesen, y unos mancebos para que danzasen,
06:31creyendo que se acercarían a ver la fiesta.
06:35Mas cuando vieron tañer y danzar dejaron los remos y echaron mano a los arcos y los
06:41encordaron.
06:43Embrazó cada uno su escudo y comenzaron a tirarnos flechas.
06:49Empezó el tañer y el danzar, y mandé a sacar una ballesta.
06:54Ellos me dejaron y se dirigieron a otra caravela, y de golpe se fueron debajo de la popa.
07:01El piloto entró con ellos y dio un sallo y un bonete al que le pareció ser el principal
07:07de la canoa, concertando que iría a hablar con ellos a la playa.
07:13Ellos allá se fueron y le esperaron, pero como él no quiso ir sin mi licencia, al verlo
07:20venir con la barca a mi nave regresaron a la canoa y se fueron.
07:25Nunca más los vi, ni a ellos ni a otros de esta isla.
07:31Cuando llegué a la punta del arenal hallé una boca grande, de dos leguas de anchura
07:37de Poniente a Levante, que se abre entre la isla de Trinidad y la tierra de Gracia.
07:44Para pasar al sur había que pasar unos hileros de corrientes que atravesaban la boca y traían
07:50un rugir muy grande.
07:53Creí que sería un arrecife de bajos y peñas infranqueables.
07:58Detrás de ésta había otro hilero, y otro más, trayendo todos un rugir tan grande como
08:06las olas de la mar que van a romper y dar empeñas.
08:10Fondé en dicha punta, fuera de la boca, y hallé que venía agua del oriente hasta el
08:18poniente, con tanta furia como hace el Guadalquivir en tiempos de avenida.
08:24Y esto continuó día y noche, tanto que creí que no podría volver atrás por la corriente
08:31ni ir adelante por los bajos.
08:34En la noche, ya muy tarde, estando a bordo de la nave, oí un rugir muy terrible que
08:42venía del sur hacia nosotros.
08:45Me paré a mirar, y vi que, levantando la mar de Poniente a Levante, venía una loma
08:52tan alta como la nave, y todavía venía hacia mí poco a poco.
08:58Para ella venía un hilero de corriente rugiendo con gran estrépito, con aquella furia de
09:06rugir que, dije, me parecían ondas de la mar que daban empeñas.
09:12Aún hoy en día tengo el miedo en el cuerpo, pues creí me volcaría la nave cuando llegase
09:20bajo ella.
09:22Pasó la ola, y llegó hasta la boca, donde se mantuvo por mucho tiempo.
09:28Al día siguiente envié la barca a sondear la boca, y hallé que en el lugar más bajo
09:33tenía seis o siete brazas de fondo, y de continuo andaban aquellos hileros, unos por
09:41entrar y otros por salir.
09:44Plugó a nuestro señor darme buen viento, y atravesé la boca hacia adentro, donde hallé
09:51tranquilidad.
09:53Por suerte se sacó agua del mar y la hallé dulce.
09:57Navegué hacia el sur, hasta una sierra muy alta, distante unas veintiséis leguas de
10:04la punta del Arenal.
10:06Allí habían dos cabos de tierra muy alta, el uno hacia el oriente, perteneciendo a la
10:13isla de Trinidad, y el otro hacia occidente, correspondiente a la tierra de Gracia.
10:21Hallé una boca muy angosta, boca grande, más estrecha que la existente en la punta
10:28del Arenal, con los mismos hileros y el mismo rugir fuerte del agua.
10:35Como allá, la mar era dulce.
10:38Hasta entonces yo no había logrado información de ninguna gente de estas tierras, y lo deseaba
10:44vivamente.
10:45Por tanto, navegué a lo largo de la costa hacia el poniente.
10:51Cuanto más andaba, hallaba el agua de la mar más dulce y sabrosa.
10:58Navegando un gran trecho, llegué a un lugar cuyas tierras me parecieron labradas.
11:03Allí fondé y envié las barcas a tierra, donde hallaron que los habitantes se habían
11:10ido recientemente, y encontraron el monte cubierto de monos.
11:16Regresaron, y considerando que esta era tierra montuosa, y que me parecía que hacia el poniente
11:23las tierras eran más llanas y estarían más pobladas, mandé elevar anclas y recorrí
11:29la costa hasta el cabo de la serranía, donde anclé en un río.
11:36Luego vino mucha gente, y me dijeron que llamaban a esta tierra Paría, y que hacia el poniente
11:43estaba más poblado.
11:46Tomé cuatro de ellos y navegué hacia ese rumbo, andadas unas ocho leguas, más allá
11:52de una punta que llamé de la Aguja, punta de Alcatraces, allí las tierras más hermosas
11:59del mundo, muy pobladas.
12:03Llegué allí una mañana, antes del mediodía, y por ver este verdor y esta hermosura acordé
12:11fondear y ver los pobladores, de los cuales algunos vinieron en canoas a rogarme, de parte
12:19de su rey, que descendiese a tierra.
12:24Cuando vieron que no hice caso de ellos, vinieron a la nave en numerosas canoas, y muchos traían
12:30piezas de oro al cuello, y algunos, perlas atadas a sus brazos.
12:37Me alegró mucho verlas, y procuré con empeño saber dónde las hallaban.
12:43Me dijeron que allí, y en la parte norte de aquella tierra.
12:49No pude detenerme, mas los víveres que traía, trigo, vino y carne, para esta gente de acá,
12:56que obtuve en España con tanta fatiga, se me hubieran echado a perder.
13:02Por tanto, yo no buscaba sino llevar los bastimentos al lugar seguro y no detenerme en parte alguna.
13:10Procuré conseguir algunas perlas, y envié las barcas a tierra.
13:15Esta gente es muy numerosa, toda muy bien parecida, del mismo color que los que vi,
13:22y muy tratable.
13:24La gente nuestra que fue a tierra los halló muy tratables, y fueron recibidos muy honrosamente.
13:33Dicen que luego que llegaron las barcas a tierra, vinieron dos personajes principales
13:39con todo el pueblo.
13:41Dicen que el uno era el padre, y el otro el hijo.
13:45Los llevaron a una casa muy grande, hecha a dos aguas.
13:50No redonda como tiendas de campo, cuáles son otras.
13:55Allí tenían muchas sillas, donde los hicieron sentar, y también ellos tomaron asiento.
14:02E hicieron traer pan, gran variedad de frutas, y vino de muchas clases, blanco y tinto, aunque
14:09no de uvas.
14:11Deben ser producidos de diversas frutas, así como de maíz, que es una simiente que
14:18hace una espiga como una mazorca, de la cual llevé yo allá, y hay mucha en Castilla.
14:26Parece que el que lo producía mejor lo tenía en alta estima, y lo vendía en alto precio.
14:32Los hombres estaban todos juntos a un extremo de la mesa, y las mujeres al otro.
14:39Estaban ambas partes gran pena porque no podían entenderse.
14:44Ellos para preguntar a los otros por nuestra patria, y los nuestros por saber de la de
14:49ellos.
14:51Después de haber comido en casa del más viejo, los llevó el mozo a la suya, donde
14:56hicieron otro tanto.
14:58Más tarde los llevaron a las barcas, en que vinieron a la nave.
15:03Yo levé anclas porque andaba muy deprisa por poner en lugar seguro los víveres que
15:08había obtenido con tanta fatiga, y que estaban deteriorándose, y también por remediarme
15:15a mí mismo, pues estaba enfermo de los ojos por falta de sueño, pues si bien es cierto
15:22que cuando fui a descubrir la tierra firme, estuve treinta y tres días sin dormir, y
15:28quedé algún tiempo sin vista, no se me dañaron tanto los ojos, ni se me inyectaron de sangre,
15:35ni sufrí tantos dolores como ahora.
15:39Esta gente, como ya dije, son todos de muy linda estatura, altos de cuerpo y de lindos
15:47gestos, de cabellos largos y lacios, y traen las cabezas atadas con unos pañuelos labrados,
15:55como ya dije, hermosos, que parecen de lejos de seda y gasa, traen otro más largo, ceñido
16:04a manera de taparrabo, tanto los hombres como las mujeres.
16:09El color de esta gente es más blanco que otros que he visto en las Indias.
16:14Todos traían al cuello algo a la usanza de esta tierra, y muchos traían piezas de oro
16:22bajo colgadas al cuello.
16:25Sus canoas son muy grandes y de mejor hechura que otras que he visto, y más livianas, en
16:32medio de cada una tienen un apartamento como cámara, en que vi andaban los principales
16:38con sus mujeres.
16:39Llamé a este lugar jardines, porque esto asemejan.
16:47Asiduamente procuré saber dónde cogían aquel oro, y todos me señalaban una tierra
16:53frente a ellos hacia el poniente que era alta, mas no lejana.
16:59Pero todos me decían que no fuera, porque allá se comían a los hombres, de lo que
17:05deduje que sus habitantes eran caníbales y que serían como los caribes, mas después
17:12he pensado que pudiera ser que lo dijeran porque allí habían animales feroces.
17:19También les pregunté dónde cogían las perlas, y me señalaron el poniente y el norte, detrás
17:26de las tierras en que estábamos.
17:29No intenté comprobarlo por lo de los víveres, por la enfermedad de mis ojos y porque una
17:35nave grande que traigo no es apropiada para semejante hecho.
17:40El tiempo transcurrido en tierra fue breve y se pasó todo en preguntas.
17:46Cuando los nuestros agresaron a los navíos, lo que sería al atardecer, levé anclas y
17:52navegué al poniente, y así al día siguiente, hasta que hallé que no había más que tres
17:59brazas de fondo, creyendo yo todavía que esta era una isla y que no podría salir
18:05al norte, y así visto envié una carabela ligera adelante a ver si había salida o si
18:12estaba cerrado.
18:14Así anduve mucho camino hasta un golfo grande, en el cual parecía que habían otros cuatro
18:21medianos.
18:22Saliendo de uno de ellos, un río grandísimo.
18:27Hallaron siempre cuatro brazas de fondo y el agua muy dulce, en cantidad tan grande
18:33como jamás antes vi.
18:36Quedé muy descontento cuando comprendí que no podía salir al norte, al sur ni al poniente
18:43porque estaba cercado por todas partes de tierra.
18:46Por tanto, levé anclas y torné atrás para salir al norte por la boca que antes descubrí,
18:55sin poder regresar a la población que había visitado por causa de las corrientes que me
19:00desviaron.
19:01En todo cabo hallaba el agua dulce y clara que me llevaba con fuerza al oriente, hacia
19:08las dos bocas a que me he referido.
19:12Y entonces conjeturé que los hilos de la corriente y aquellas lomas que salían y entraban
19:17en estas bocas con aquel rugir tan fuerte, era la pelea del agua dulce con la salada.
19:25La dulce empujaba a la otra para que no entrase, y la salada luchaba para que la otra no saliese.
19:31Conjeturé que allí donde están situadas las dos bocas, en un tiempo hubo tierra continua
19:38que unía la isla de Trinidad con Tierra de Gracia, como podrán ver vuestras altezas
19:45del mapa que con esta les envío.
19:49Salí por la boca del norte y hallé que el agua dulce siempre vencía.
19:55Cuando pasé, lo que hice a fuerza de viento, estando en una de aquellas lomas hallé en
20:01aquellos hilos de la parte de dentro el agua dulce, y en los de fuera, salada.
20:09Yo siempre creí que la tierra era esférica.
20:12Las autoridades y las experiencias de Ptolomeo y todos los demás que han escrito sobre este
20:18tema daban y mostraban como ejemplo de ello los eclipses de luna y otras demostraciones
20:25que hacen de oriente a occidente, como el hecho de la elevación del polo de Septentrion
20:31en Austro.
20:33Mas ahora he visto tanta deformidad que he puesto a pensar en ello, hallo que el mundo
20:39no es redondo en la forma que han descrito, sino que tiene forma de una pera que fuese
20:45muy redonda, salvo allí donde tiene el pezón o punto más alto, o como una pelota redonda
20:54que tuviere puesta en ella como una teta de mujer, en cuya parte es más alta la tierra
21:01y más próxima al cielo.
21:04Es en esta región, debajo de la línea equinocial, en el mar Océano, el fin del oriente, donde
21:12acaban todas las tierras e islas, torno a mi propósito referente a la tierra de Gracia,
21:20al río y lago que allí hallé, tan grande que más se le puede llamar mar que lago,
21:28el lago es lugar de agua, y en siendo grande se le llama mar, por lo que se les llama de
21:35esta manera al de Galilea y al muerto.
21:38Y digo que si este río no procede del paraíso terrenal, viene y procede de tierra infinita,
21:48del continente austral, del cual hasta ahora no se ha tenido noticia.
21:53Mas yo, muy asentado, tengo en mi ánima que allí donde dije, en tierra de Gracia,
22:01se haya el paraíso terrenal.
22:04Y ahora, hasta tanto sepan las noticias de las nuevas tierras que he descubierto,
22:11en las cuales tengo asentado en mi ánima que está el paraíso terrenal, irá el adelantado
22:19con tres navíos bien aviados para ello haber más adelante, y descubrirá todo lo que pudiere
22:26hacia aquellas partes.
22:29Entretanto yo enviaré a vuestras altezas esta carta y el mapa de las nuevas tierras,
22:35y acordarán lo que se deba hacer, y me enviarán sus órdenes, que se cumplirán diligentemente
22:43con ayuda de la Santísima Trinidad, de manera que vuestras altezas sean servidos y hayan placer.
22:51Deocratia.

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