Cómo Jorge Negrete enloquecía a las mujeres de toda América
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00:00Como Jorge Negrete enloquecía a las mujeres de toda América, el llamado charro cantor
00:12gozaba de gran fama no solo en México, sino en varios países que se dedicó a visitar
00:16y en los que generó caos debido a los cientos de personas que esperaban tocarlo, o al menos
00:21verlo. Jorge Negrete se convirtió en una de las
00:26voces favoritas del cine mexicano durante sus años de fama, pues fue él uno de los
00:31primeros en cautivar a gran parte del continente americano con su carisma y talento, tanto
00:36en la actuación como en el canto, por tanto, mujeres se desbordaban por él y hombres celosos
00:41lo abuchaban en cada país en el que se presentaba. El llamado charro cantor saltó a la fama
00:47en 1937 cuando protagonizó su primera película, La Madrina del Diablo, a la que llegó por
00:53recomendaciones, pues antes se había presentado en diversos lugares como corista y cantante
00:58bajo un seudónimo. A partir de ese momento tuvo una apretada agenda, pues muchos productores
01:03lo querían para que estelarizara películas y otros lo buscaban para que cantara, por
01:08lo que desde 1939 comenzó a viajar por todo el mundo para cantar y deleitar a sus fans
01:13con su voz. Fue en la década de los años 40 cuando Negrete
01:17comenzó una gira por América Latina. En mayo de 1949 llegó a Caracas, Venezuela, después
01:23de presentarse en Cuba. Venezuela era uno de los países después de México en donde
01:28más le tenían aprecio al charro cantor, por lo que su visita no pasó desapercibida
01:32por nadie. Negrete reconocido por su porte y voz se presentaría en Nuevo Circo, el escenario
01:38más importante de Caracas en ese entonces, y cientos de mujeres estaban dispuestas a
01:42ir a verlo. Sin embargo, no todas habrían esperado el día de su concierto y desde que
01:47llegó a la ciudad, miles de personas se arremolinaron en cada lugar por el que se sabía pasaría
01:52el cantante. Las calles estaban repletas de seguidoras del charro, tanto así que nadie
01:56podía pasar. Hubo desmayos y llantos de alegría en el recibimiento del actor y todo se habría
02:01salido de control. Según habría reportado la prensa caraqueña, gran parte de las trabajadoras
02:06de ese lugar que estuvieron en la posibilidad no acudieron a elaborar, con tal de asegurar
02:11su encuentro con Negrete. La presentación del protagonista del rapto en el Nuevo Circo
02:16habría sido similar y las autoridades habrían tenido que intervenir para que nada se saliera
02:20de control y se pudiera salvaguardar la integridad de los asistentes. Lo mismo habría ocurrido
02:25en Cuba, Argentina, Chile y Perú, siendo este último otro de los lugares en donde
02:29sus fanáticas habrían hecho de todo por poder ver de cerca a su ídolo, o inclusive tocarlo
02:35mientras caminaba al escenario. Era ya una costumbre que cientos de seguidoras del charro
02:40cantor se dieran siete en las afueras del hotel en el que se hospedara porque se sabía
02:44que por muy cansado que estuviera del viaje o del concierto brindado, él saldría a saludar
02:49por el balcón de su habitación a quien estuviera abajo esperando verlo. En España el recibimiento
02:54habría sido tal que algunas fans le arrancaron botones de su traje en el pequeño trayecto
02:59del avión al automóvil que lo transportaría a su hotel. Su llegada a Lima, Perú fue en
03:04julio de 1946 y en su última presentación ya se encontraban maridos descontentos que
03:10se habrían acomodado entre las primeras filas del recinto en donde se presentaría y se
03:14comportaron de manera fría, haciendo enojar al actor. Supuestamente ese habría sido el
03:19inicio de la mala aceptación de los hombres que se habría extendido por varios países
03:24hasta su llegada a Venezuela. Se dice que después de que hizo su show en Caracas, algunos
03:28hombres se habrían abuchado al cantante y a su partida habrían emprendido una huelga
03:33que consistía no solo en no aceptar el talento del cantante, sino en reprochar a las mujeres
03:38su comportamiento con la visita de Negrete y criticarlas.