• hace 7 meses
De norte a sur y de este a oeste, la crisis de las naranjas se extiende por todo el mundo y, a priori, parece tener difícil solución ante los diversos problemas que afectan a esa fruta. El zumo de naranja se ve directamente afectado por el golpe del cambio climático y las enfermedades incurables que atacan a los naranjos a lo largo y ancho del planeta y, en vistas a un futuro negro, el sector busca soluciones que pasan incluso por inventar una nueva bebida que supla al jugo de toda la vida.

Brasil, el mayor exportador de naranjas del mundo, y EEUU, el segundo mayor productor, están sufriendo un doble azote: el mal tiempo (huracanes, heladas...) ha destrozado hectáreas de cultivos y las enfermedades de los naranjos son irreversibles.

Con este panorama de escasez crónica, los precios del zumo de naranja se han disparado a niveles récord, y los futuros con los que la industria se protege de futuras vacas flacas llevan al alza desde finales de 2022 tras el temporal que devastó cultivos en Florida, principal región productora de EEUU. El golpe final ha llegado este mes de mayo con la mala perspectiva de cosechas de Brasil, llevando los futuros del zumo de naranja concentrado, negociados en la Bolsa Intercontinental de Nueva York, hasta los 4,92 dólares el medio kilo, casi el doble que hace un año.

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