Colosal.
Ana Rosa Quintana, en su programa 'TardeAR' (Telecinco), lanzó varias preguntas al presidente del Gobierno, a Pedro Sánchez, a cuenta de la carta publicada en sus redes sociales donde se piensa si seguir o no en La Moncloa:
La palabra del día hoy es ¿victimismo o no? Desde ayer por la tarde hemos asistido a varios términos inéditos en democracia y cada uno de esos términos genera una incógnita a todos los españoles.
Término número uno, dimisión en diferido. Jamás ningún presidente del Gobierno había anunciado una posible dimisión. Suárez apareció en una televisión en blanco y negro el 29 de enero de 1981 y dijo presento irrevocablemente mi dimisión. El propio Papa de Roma dimitió sin pensárselo 43 años después de Suárez. Pedro Sánchez anuncia en una carta de amor a la ciudadanía que se va a pensar si dimite. Vaya por delante que toda persona tiene derecho a quebrarse. A lo que no tiene derecho un presidente del gobierno es a dejar a la ciudadanía en vilo durante cinco días.
La presentadora quiso saber quién o quiénes son los destinatarios de su diatriba epistolar:
Y la pregunta es ¿a quién lanza este órdago en diferido? ¿A los jueces que han abierto unas diligencias a su mujer ante una denuncia que según él es falsa y que viene de un denunciante sin credibilidad? ¿A los medios que se hacen eco de las diligencias, incluidos los medios internacionales, que por cierto hoy hablan de presunta corrupción? Él mismo ha puesto en la diana a quien quiere defender.
Consideró que Pedro Sánchez ha lanzado un globo sonda:
Término número dos. El globo del presidente que en realidad es un globo sonda. Las preguntas son. ¿Esta amenaza fantasma es una estrategia de cara a las elecciones catalanas y europeas? ¿Está buscando una moción de confianza para salir más fuerte? ¿Quiere desviar la atención de las investigaciones que se han retomado sobre el espionaje a su móvil con Pegasus?
No entiende por qué anula sus actos durante cinco días cuando, en todo caso, es una cuestión de índole particular:
Término número tres. ¿Chantaje sentimental? Sánchez se parapeta en su mujer señalando que es un hombre profundamente enamorado y que vive con impotencia el fango que esparcen sobre ella. Las preguntas son, ¿por qué deja al país en suspenso cogiéndose un puente de cinco días si se trata de una decisión puramente sentimental? ¿Quiere movilizar a la sociedad a golpe de sentimientos? ¿Dónde ha quedado la resiliencia que debe tener un presidente? Esa convicción que le convirtió en el hombre del no es no. ¿Ese sufrimiento es una confesión sincera o se trata del narcisismo de un hombre que sobrevivió al destierro de su propio partido? ¿Es un plebiscito populista y maquiavélico de conmigo o contra mí?
Ana Rosa dejó claro que aquí solo hay dos opciones y ella apostó porque Sánchez seguirá en La Moncloa:
Solo hay dos opciones, dimite o no dimite. El lunes España conocerá la respuesta y se admiten apuestas. La mía es no es no.
Ana Rosa Quintana, en su programa 'TardeAR' (Telecinco), lanzó varias preguntas al presidente del Gobierno, a Pedro Sánchez, a cuenta de la carta publicada en sus redes sociales donde se piensa si seguir o no en La Moncloa:
La palabra del día hoy es ¿victimismo o no? Desde ayer por la tarde hemos asistido a varios términos inéditos en democracia y cada uno de esos términos genera una incógnita a todos los españoles.
Término número uno, dimisión en diferido. Jamás ningún presidente del Gobierno había anunciado una posible dimisión. Suárez apareció en una televisión en blanco y negro el 29 de enero de 1981 y dijo presento irrevocablemente mi dimisión. El propio Papa de Roma dimitió sin pensárselo 43 años después de Suárez. Pedro Sánchez anuncia en una carta de amor a la ciudadanía que se va a pensar si dimite. Vaya por delante que toda persona tiene derecho a quebrarse. A lo que no tiene derecho un presidente del gobierno es a dejar a la ciudadanía en vilo durante cinco días.
La presentadora quiso saber quién o quiénes son los destinatarios de su diatriba epistolar:
Y la pregunta es ¿a quién lanza este órdago en diferido? ¿A los jueces que han abierto unas diligencias a su mujer ante una denuncia que según él es falsa y que viene de un denunciante sin credibilidad? ¿A los medios que se hacen eco de las diligencias, incluidos los medios internacionales, que por cierto hoy hablan de presunta corrupción? Él mismo ha puesto en la diana a quien quiere defender.
Consideró que Pedro Sánchez ha lanzado un globo sonda:
Término número dos. El globo del presidente que en realidad es un globo sonda. Las preguntas son. ¿Esta amenaza fantasma es una estrategia de cara a las elecciones catalanas y europeas? ¿Está buscando una moción de confianza para salir más fuerte? ¿Quiere desviar la atención de las investigaciones que se han retomado sobre el espionaje a su móvil con Pegasus?
No entiende por qué anula sus actos durante cinco días cuando, en todo caso, es una cuestión de índole particular:
Término número tres. ¿Chantaje sentimental? Sánchez se parapeta en su mujer señalando que es un hombre profundamente enamorado y que vive con impotencia el fango que esparcen sobre ella. Las preguntas son, ¿por qué deja al país en suspenso cogiéndose un puente de cinco días si se trata de una decisión puramente sentimental? ¿Quiere movilizar a la sociedad a golpe de sentimientos? ¿Dónde ha quedado la resiliencia que debe tener un presidente? Esa convicción que le convirtió en el hombre del no es no. ¿Ese sufrimiento es una confesión sincera o se trata del narcisismo de un hombre que sobrevivió al destierro de su propio partido? ¿Es un plebiscito populista y maquiavélico de conmigo o contra mí?
Ana Rosa dejó claro que aquí solo hay dos opciones y ella apostó porque Sánchez seguirá en La Moncloa:
Solo hay dos opciones, dimite o no dimite. El lunes España conocerá la respuesta y se admiten apuestas. La mía es no es no.
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