• hace 7 meses
Desde hace mucho, los documentos históricos de Cuba se han referido a las santeras con desprecio. Las llamaban “brujas” y las nombraban por su nombre de pila y la primera letra de su apellido. Vicenta B. vive en la La Habana y tiene un don para ver el futuro de las personas. Cada día recibe a mujeres y hombres que llegan en busca de una solución a sus problemas. Cuando su único hijo decide irse del país, Vicenta entra en una crisis que no la deja entender por qué se ha quedado sola en un lugar donde todos parecen haber perdido la fe. El tercer largometraje del director cubano Carlos Lechuga se aleja de los estereotipos del cine de su país para abordar la crisis de una mujer negra frente al mundo contemporáneo.

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