• hace 9 meses
La cuestión de la salud de los huevos, y en particular el debate en torno a las yemas de huevo, es un tema con el que los profesionales de la dietética llevan lidiando décadas.
Los defensores de este punto de vista citan el contenido de colesterol de las yemas de huevo como razón para evitarlas.
Sin embargo, investigaciones posteriores sobre este tema han establecido una distinción entre el colesterol dietético y el colesterol sanguíneo.
El colesterol dietético procede de fuentes alimentarias como la carne con alto contenido en grasa, los huevos, la mantequilla y la nata.
El colesterol sanguíneo mide el nivel de HDL (colesterol bueno) y LDL (colesterol malo) en el cuerpo humano.
Antes se pensaba que el colesterol alimentario era la causa de los niveles elevados de LDL, que provocaban infartos y derrames cerebrales.
Sin embargo, investigaciones posteriores concluyeron que no era así y que la grasa saturada era la principal causa de las enfermedades cardiovasculares.
Así pues, aunque los investigadores afirman que las yemas de huevo no son malas para la salud, las personas con colesterol alto deben evitar los alimentos ricos en colesterol.

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