El mayor hallazgo de petróleo en 20 años en Irak está a punto de quedar en manos de Rusia. Tras varios años compartiendo los trabajos, la investigación y la extracción de crudo con la empresa japonesa Inpex, Moscú quiere poner fin a esta colaboración para tener un control absoluto de esta fuente de petróleo que, además, parece contener más crudo del que se creía en un primer momento. Según explican fuentes cercanas, la empresa rusa Lukoil y Moscú están dispuestos a hacer casi lo que sea por no compartir este rico yacimiento con una empresa cercana a los intereses de Occidente.
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